Luis Rubiales se atrinchera y se resiste a dimitir. Pese al escándalo provocado por sus actuaciones machistas durante el Mundial de fútbol femenino, el presidente de la RFEF ha anunciado este viernes su negativa a dejar su cargo. De hecho, defiende que el beso forzado a Jenni Hermoso se trató de un "pico consentido" y que él está siendo víctima de un linchamiento público.

Así comunicó su decisión en la Asamblea Extraordinaria de su institución, bajo un discurso agresivo en el que cuestionó el feminismo y atacó a dirigentes políticos como la vicepresidenta en funciones del Gobierno, Yolanda Díaz, o a la ministra de Igualdad, Irene Montero.

Sin embargo, aunque Rubiales se aferre al sillón de su cargo sus días podrían estar contados. El Gobierno, tras escuchar la comparecencia de este viernes, ha anunciado que tomará medidas inmediatas y ha iniciado un procedimiento ante el TAD (Tribunal Administrativo del Deporte) para suspender al presidente federativo por falta muy grave.

Y es que, a veces, no es lo que uno logra, sino cómo se comporta en la cima lo que determina la duración de su estancia. Las acciones de Luis Rubiales han dejado una mancha indeleble en su carrera que acabarán teniendo consecuencias.

Escándalo en un día de celebración

El escándalo comenzaba el pasado domingo, un día de celebración para el fútbol español pero que se acabó nublando con la actuación de Rubiales en la ceremonia de recogida de la copa del Mundial. El mandatario rompió todo protocolo al besar a la jugadora Jenni Hermoso sin su consentimiento, algo considerado agresión con las leyes españolas en la mano y una acción que generó revuelo a nivel mundial.

Horas después del incidente, el presidente de la RFEF decidió contestar con desdén y mediante insultos a todos aquellos que habían criticado los hechos. "No hagamos caso de los idiotas y de los estúpidos (...) No estamos para gilipolleces", declaraba en una entrevista a la Cadena Cope.

Disculpas cargadas de justificaciones

Sin embargo, tras la creciente indignación pública, llegaron las repercusiones. Después de que deportistas y dirigentes políticos y deportivos censurasen su actitud y reclamaran su dimisión, Rubiales grabó un vídeo el pasado lunes pidiendo disculpas. Una grabación en la que trata de justificar su actitud al asegurar que se trató de "un momento de máxima efusividad" y "sin ninguna mala fe". Unas disculpas que el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, calificó de "insuficientes e inadecuadas".

El dirigente, según Relevo, habría pedido a Hermoso que apareciese en el vídeo de disculpas junto a él en un intento de apaciguar la situación, pero la futbolista rechazó la solicitud. Además, el mismo día que hace públicas sus disculpas salen a la luz más imágenes de la celebración donde Rubiales continúa con un comportamiento inapropiado. Esta vez, al tocarse sus genitales a modo de celebración tras conseguir el título.

Indignación pública y primeras denuncias

El miércoles tomaba partido el Gobierno, a través de Miquel Iceta, ministro de Cultura y Deporte, que advirtió que si la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) no tomaba medidas lo haría el Consejo Superior de Deportes (CSD). Fue en ese momento cuando Rubiales comenzó a darse cuenta de la magnitud del problema, trató de acercarse a la jugadora para volver a pedirle su apoyo, pero de nuevo sin éxito.

El abismo del mandatario se profundizaba cada día más, sobre todo después de que el miércoles la propia Jenni Hermoso se posicionase, a través de su sindicato, y pidiese que la RFEF "tome medidas ejemplares" para que la selección española esté representada por "figuras que proyecten valores de igualdad y respeto".

La conciencia feminista se expandía y las demandas eran cada vez mayores, los pilares que sostenían al presidente de la federación en su cargo se tambaleaban a un ritmo in crescendo.

Las primeras denuncias vendrían del sindicato de futbolistas, que pidió que se aplicase la Ley del Deporte para así destituir a Rubiales. Por su parte, la propia Liga Profesional de Fútbol Femenino presentó una denuncia ante el CSD en la que solicitaba la inhabilitación de Rubiales. Y, la última en unirse a las demandas fue la FIFA, que decidió este jueves abrir un expediente disciplinario contra Rubiales por violar el artículo 13.1 y 13.2. Además de los estamentos futbolísticos, la Fiscalía de Madrid también ha abierto una investigación para determinar si este caso se podría tratar de una agresión sexual.

Rubiales resiste, de momento

Cuando se creía que el fin de Rubiales ya tenía fecha y hora de salida, ocurrió todo lo contrario. Varios medios, incluido Público, anticiparon que Luis Rubiales anunciaría su dimisión como presidente de la RFEF este viernes en la Asamblea extraordinaria de la RFEF. Sin embargo, el mandatario cambió de opinión para aferrarse a su cargo al considerar que fue "un pico consentido" y que está viviendo un "asesinato social".

Jenni Hermoso no tardó en desmentir esta versión de los hechos y remarcó que "en ningún momento" consintió el beso. Lo hizo mediante un comunicado conjunto en el que con otras 55 jugadoras anuncian su renuncia a jugar para la selección nacional mientras continúen "los actuales dirigentes".

Además, algunos futbolistas masculinos como Isco Alarcón, Héctor Bellerín y Borja Iglesias también han mostrado su indignación, este último también ha renunciado a 'La Roja' mientras estos actos sigan impunes.

Por el momento, Rubiales se mantiene, pero su futuro lo resolverá el TAD, así lo ha anunciado este viernes el presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD), Víctor Francos, después de que el Gobierno iniciase todos los trámites para presentar la denuncia contra el presidente federativo por falta muy grave.