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La clase de Kanouté sonroja al Athletic

El Sevilla da la vuelta al partido gracias a la exhibición ofensiva del delantero africano (1-2)

ALBERTO CABELLO

Sevilla y Athletic de Bilbao airearon su fondo de armario en las vísperas de la cita copera del miércoles que hará desfilar por San Mamés a las dos mismas plantillas, esta vez, con sus mejores costuras. Fue un partido inoportuno en el que ninguno de los dos equipos quiso arriesgar más de lo necesario.

Por tanto, dos contendientes con ropa de andar por casa pero un tipo con chaqueta y corbata: Freddy Kanouté. El fútbol agradeció el riesgo de Jiménez al alinear al delantero antes de un encuentro tan decisivo en cuatro días. El malí marcó las distancias en un partido que se le puso cuesta arriba a los sevillistas en el primer tiempo. Cada balón que pasó por sus botas fue un compendio de agilidad en el control, habilidad para deshacerse del contrario y pegada para marcar goles.

El Sevilla salió con ventaja de la propuesta de alineaciones alternativas. Y es que Caparrós dejó toda su artillería en la grada. El Athletic no pasa por demasiadas urgencias en la Liga así que prefirió reservar todos sus estiletes para la Copa del Rey. Mientras, Jiménez tiene el lujo de contar con gente como Capel o Romaric en una noche en la que había que guardar a las figuras.

El control de la pelota fue monopolio de los andaluces. Sin demasiada claridad ni profundidad, el Athletic perseguía el balón ante la mayor calidad de la propuesta visitante. Capel estuvo de lo más activo en la primera parte aunque siempre intentó la proyección por dentro. Cada vez es más extraño ver al almeriense en una progresión pegado a la cal. Cierto es que, en ocasiones, al jugar cambiado de banda le perjudica pero tampoco en la izquierda se atreve a correr paralelo a la línea de banda.

Pero el equipo vasco no necesita demasiado para poner el partido de cara. Caparrós ha recuperado la épica de un córner o de una falta cercana al área rival en San Mamés. Gabilondo aprovechó un mal despeje de Mosquera para adelantar al Athletic a la salida de un córner.

Los rojiblancos encontraron su oasis y equilibraron el partido hasta que llegó el primer prodigio de Kanouté. Con una pirueta de ballet controló un balón imposible con la izquierda que sirvió para deshacerse de su escolta. Con la derecha fusiló a Armando de un pepinazo.

El africano amansó otra pelota inverosímil, al comienzo de la segunda parte, giró el cuerpo y enganchó un remate a bote pronto que salvó el paradón de Armando. El Athletic regresó al campo sin alma, fue un títere en las botas del Sevilla. Romaric creció en el centro del campo a la par que bajaba el empuje de Gurpegui y Muñoz.

El de Costa de Marfíl puso otra buena pelota a Kanouté para poner a su equipo por delante con un buen remate desde el borde del área. Le bastó una hora para marcar la diferencia del partido. Hasta los últimos minutos no resucitaron los de San Mamés. Toquero tuvo un mano a mano que la pierna de Palop salvó en una gran intervención.

 

 

 

 

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