Continúa el Zaragoza en la zona noble de la clasificación tras su elaborado triunfo ante Las Palmas. No era un rival sencillo, por mucho que su engañosa situación en la tabla invitase a pensar lo contrario. Pero si el conjunto canario se presentaba complicado, el mayor problema partía de dentro del vestuario maño.

En principio, era un partido llamado a la especial competencia por el pichichi. Ewerthon, por los maños (ya 16 goles), y Marcos Márquez, por los amarillos (13 tantos), son los máximos realizadores de la categoría. Pero la grave lesión sufrida por Goni durante la semana, que le obligará a perderse ya la temporada, hizo que todos sus compañeros quisieran dedicarle la victoria.

Por misteriosas circunstancias, este año parece claro que el puesto de central en el Zaragoza tiene gafe. No es de extrañar que empiece a ser un quebradero de cabeza para Marcelino. Más allá de cuestiones técnicas, las lesiones se han cebado en esa faceta defensiva. La pareja Ayala-Sergio Fernández fue flor de un día en el inicio del campeonato (dos partidos). Con el argentino en baja forma, apareció un nuevo binomio en Pavón y Pulido, que perduró ocho semanas.

Las delicadas fibras de Pavón permitieron la vuelta de Ayala, ahora con Pulido. Y una nueva lesión, esta vez del ex rayista, hizo posible el debut de Goni, haciendo pareja tanto con Ayala como con un recuperado Pulido. Eran una relativa garantía para los aragoneses, pero la rodilla del canterano no permitió saborear las mieles de su primera convocatoria con la selección sub-21. Un mal movimiento acabó con su ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha.

Y por si esto fuera poco, Marcelino ha tenido que reinventar a última hora, por nuevas bajas tanto de Pulido como de Ayala. Pavón y el reconvertido lateral Chus Herrero han sido la nueva pareja de circunstancias en el eje de la defensa. Cabría preguntarse hasta cuándo.

El otro nombre de la jornada vive todavía en Murcia. Los problemas extradeportivos de Movilla no parecen afectarle sobre el rectángulo de juego. Metido en litigios con el club, cada vez que se viste de corto demuestra una profesionalidad no por debida, menos encomiable. Su regreso al trabajo normal se produjo con la llegada de José Miguel Campos al banquillo. Desde entonces ha participado en ocho partidos, con seis victorias y dos derrotas. Y lo que viene al caso, con una activa y destacada participación que dice mucho de su buen hacer deportivo y profesional.