Público
Público

La dictadura del miedo escénico

Fue un fenómeno social en los ochenta que sucedió en el Bernabéu y que permitió al Madrid lograr enormes remontadas como la de esta noche necesita en Copa ante el Atlético

Los jugadores del Madrid celebran la remontada ante el Inter en 1985.

ALFREDO VARONA

MADRID.- "¿Estamos o no estamos?" Así terminaban aquellas charlas de Camacho en el vestuario. Charlas que, como recuerda el periodista Julio César Iglesias, apelaba en esas noches al "fútbol asambleario". "Al margen de lo que el entrenador mandase, los jugadores se imponían sobreesfuerzos durante el partido". Era una de las exigencias del miedo escénico, el término que empleó Valdano para justificar aquellas inexplicables remontadas del Madrid en los ochenta y que pidió prestado de la literatura de Gabriel García Marquez. La diferencia es que Gabo se refería a su miedo escénico como escritor, "que vive de contar sus experiencias y que, sin embargo, tiene que vivir resignado al desastre final de no poder contar la más importante y dramática de todas: la muerte". Sin embargo, Valdano lo situó en el Bernabéu en aquellas inolvidables noches europeas. "Resultados escandalosamente desfavorables fueron superados frente a gloriosos representantes de potencias futbolísticas como Alemania, Italia o Bélgica gracias a actuaciones poco menos que milagrosas pero eternamente explicables".

El miedo escénico fue un símbolo de los ochenta como la movida o la caída del Muro de Berlín. Fue una marca registrada que impresionó al mundo entero y que Julio César Iglesias recuerda como si fuese hoy. Trabajaba entre semana en un magazine en RNE, de seis de la mañana a una de la tarde, pero a la vez escribía un artículo deportivo semanal en El País que le permitió un contacto amistoso con los jugadores del Madrid. "Iba al hotel de concentración por las mañanas de los domingos a verles".

Por eso siempre recordará lo que representaba el miedo escénico. "Hablaba con los propios jugadores de lo que significaba. En realidad, era el fútbol que agitaban los jugadores, el fútbol que no dependía del jefe. Arrancaba con una exigencia de Camacho que era como un dogma, 'tenemos que tirar a puerta antes del minuto dos', decía. Después, fue Juanito el que popularizó aquello de que '90 minutos en el Bernabéu son molto longo' con esa picaresca suya tan imprescindible".

'Valdanagoras'

El fenómeno recorrió el mundo en los ochenta. Símbolo de rebeldía y admiración, fue un estricto desafío de lo imposible en el fútbol. El Madrid llegó a remontar un 4-0 frente al Borussia alemán o un 3-0 frente al Anderlecht de Scifo, que entonces era de lo mejor de Europa. Heredero de García Márquez, su escritor de cabecera, Valdano puso nombre a ese fenómeno, y Julio César Iglesias se refirió a Valdano como Valdanagoras en uno de sus artículos periodísticos. "Siempre que iba al hotel de concentración de los jugadores, Jorge estaba apartado a un lado leyendo un libro". De hecho, siendo aún futbolista, Valdano publicó en el año 86 un ensayo en la revista Occidente en el que explicó el miedo escénico como "un carnaval a destiempo, ruidoso y orgullosamente disfrazado de blanco, con una confianza casi irresponsable en nuestras posibilidades".

Sin embargo, las constantes remontadas del Madrid, tras espectaculares fracasos en los partidos de ida, no cayeron del cielo. "El escudo del Madrid no tiene el poder de las hadas para hacer ganar sin esfuerzo". Pero la noticia no estuvo ahí, sino en "la confianza ortopédica de 80.000 entusiasmados deseos que al mismo tiempo colgaban en cada jugador adversario una mochila cargada de inseguridad, timidez y miedo". Y eso fue esa extraña ruta hacia el éxito llamada miedo escénico. Un fenómeno social, inseparable de los años ochenta, que después pasó de moda. Quizá porque el Madrid no volvió a necesitarlo con esa frecuencia hasta noches como las de hoy frente al Atlético (20.00 horas) en Copa. "El resultado (2-0) es de los peores posibles", admite Julio César Iglesias desde su domicilio. "Pero lo que no sé es cual de los jugadores actuales del Madrid tendrá la influencia que tenía Camacho para dar esas charlas. Yo ya no tengo ese trato que tenía con los futbolistas".

¿Te ha resultado interesante esta noticia?