Como toda obra de autor, el Atlético de Quique es indescifrable. El entrenador padece una extraña alergia a la estabilidad en las alineaciones, y el equipo transmite esa provisionalidad en cada acción. Sobre todo, cuando la pelota está en movimiento. Cuando transitas por el caos permanente las posibilidades de siniestro son abundantes, pero nunca hay que descartar un golpe de suerte. O dos, los que le permitieron al Atlético encarrilar con facilidad una victoria que pareció imposible durante los primeros diez minutos. El resultado, balsámico para un club en zapatiesta permanente, es lo único destacable de otra noche soporífera.

Quique fulminó de un plumazo a la defensa del Bernabéu -excepto a Ujfalusi, al que quitó del lateral para colocarlo en el centro en lugar de Perea, baja por amigdalitis-, se cargó a Raúl García y Juanfran, e hizo debutar a Elías. El brasileño, recién llegado en el mercado de invierno, tardó en situarse, pero al menos regaló a la grada un motivo para la esperanza. Por lo visto, es un tipo de gatillo fácil, de esos que tienen la portería en la cabeza y disparan sin pensar desde fuera del área. Un instrumento a tener en cuenta para desatascar la demasiado habituales citas espesas de los rojiblancos.

Elías, perdido en el centro de la cancha, chocó más de una vez con su compatriota Assinçao y empujó a Tiago hacia la banda derecha. El portugués -que ayer anunció que no volverá a vestir la camiseta de su selección- y Reyes sostuvieron al Atlético durante el arreón inicial balear. Precisamente de la bota izquierda del andaluz nació el gol que desbrozó la senda de la victoria. Acarició el balón en un saque de esquina y Valera sólo tuvo que elevarse y cabecear a la red.

El Mallorca, ambicioso y respondón hasta ese momento, acusó el golpe con más estrépito del que anunciaba el Atlético. Los chicos de Laudrup insistieron en el dominio de la pelota, pero se olvidaron de los rivales.

En dos acciones puntuales, el conjunto local clausuró un choque feo, raro y áspero

Permitieron que los rojiblancos, a su aire, vivieran un partido cómodo. Especialmente cuando Fran Mérida recogió un balón suelto en el centro del campo para inventar un pase perfecto, una puñalada a la espalda de la defensa que Forlán no desaprovechó.

En dos acciones puntuales, dos versos sueltos, el conjunto local clausuró un choque feo, raro y áspero. Un encuentro en el que, pese a los tres puntos, no faltaron episodios de pánico en el centro del área y esperpentos encadenados como el del brazalete de capitán. Lo portó Antonio López, su legítimo propietario, pero al ser expulsado corrió el turno hacia Forlán -que ruega ser traspasado en cada entrevista- y, en la pirueta final, acabó en el brazo de Valera cuando el uruguayo fue sustituido.

Amén del triunfo, sobresalieron la frescura a ráfagas de Juanfran y, por encima de todo y de todos, la figura de De Gea. El joven portero despejó dudas y críticas con una actuación perfecta. Seguro y bien colocado en todas las acciones, ninguna especialmente comprometida, rubricó una noche sobresaliente al detener un penalti lanzado por Webó. El rubio toledano sacó su manual de la frialdad, se plantó en el centro de la portería, miró con dejadez a los ojos del camerunés, le dejó elegir y se lanzó a la izquierda. Detuvo el disparo del delantero mallorquinista y puso freno al pesimismo.

3- Atlético: De Gea; Valera, Ujfalusi, Godín, Antonio López; Assunçao, Tiago; Reyes, Elías (Juanfran, m. 46), Fran Mérida (Diego Costa, m. 86); y Forlán (Filipe Luis, m. 72)

0 - Mallorca: Aouate; Cendrós, Nunes, Rubén (Cavenaghi, m. 74), Kevin; Joao Víctor, Nsue, Pereira, De Guzmán; Víctor (Chori Castro, m. 26) y Webó

Goles: 1-0. M. 13. Reyes bota un córner desde la izquierda y Valera cabecea en el primer palo. 2-0. M. 33. Pase al hueco de Fran Mérida a Forlán, que bate por bajo a Aouate. 3-0. M. 93. Diego Costa sirve a Reyes, que se adentra en el área y marca.

Árbitro: Ayza. Expulsó a Antonio López (m. 68) por cometer penalti al agarrar a Nsue en el área y a De Guzmán (m. 87), por dar una patada por detrás a Juanfran. Amarilla a Nsue, Cendrós, Forlán, Assunçao y Pereira

Vicente Calderón: 35.000 espectadores. En el m 69 De Gea detiene un penalti a Webó.