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Loli Checa, la heredera de Marta Domínguez

Loli Checa, la única atleta española en el 5.000, regresa a una gran competición cinco años después de los Juegos de Pekín... como madre de dos hijos

ALFREDO VARONA

En la última década no ha salido una atleta como Loli Checa (Valencia, 1982) en España. Tiene, incluso, una marca dos segundos mejor en el 5.000 que Marta Domínguez, tan reputada en otro tiempo. En realidad, Loli Checa, siete años más joven, era su heredera. Todavía podría, pero, si se valora el tiempo, han pasado cinco años desde su última gran competición de verano. Sucedió en los Juegos de Pekín cuando salió llorando de la pista, en semifinales, y su entrenador le dijo: 'No te preocupes, Loli, tus Juegos serán los de Londres 2012'.

Fue una falsa profecía. El año pasado, en plena preparación olímpica, Loli se quedó embarazada por segunda vez. Otra vez sin buscarlo como en el verano de 2009, la primera vez, cuando tenía 26 años y se la veía como un tiro para el Mundial de Berlín. En el horizonte aparecía al verano siguiente el Europeo de Barcelona 2010 en el que no había nadie de su talla en el 5.000. Pero entonces Loli empezó a sentirse mal, 'a tener mucho sueño, a entrenar con frustración por culpa del cansancio'. Sin saberlo, sin pretenderlo siquiera, se había quedado embarazada y, de repente, en la flor de la vida, dejó de soñar con ser campeona de Europa. Y fue todo tan raro que una noticia tan extraordinaria como la de ser madre la hizo llorar muchísimo. Porque no era el momento para una atleta que, básicamente, vive a comisión. 'Además, mi marido, que es ingeniero técnico, estaba en paro'. Durante unos días se la tragó la tierra. 'Me costaba dar la cara y tuvo que ser él quien bajase a la pista a decírselo a mi entrenador'.

Entonces Loli no dejaba de preguntarse: '¿Por qué a mí? Jamás pensé en quedarme embarazada a los 26 años. Estaba tan bien... Aun estando en estado, llegué a correr un 5.000 en 15.08 en Oslo. Pero, claro, si lo pienso fríamente, mi vida parece una carrera de obstáculos. Antes de venir a Madrid a entrenar, estuve a punto de dejarlo, no hacía más que lesionarme'. Tuvo que apostar y lo hizo. 'Recuerdo que vine a Madrid sin nada. Al principio, la única forma de ganar algo fue la de cuidar a una señora mayor'. Su progresión la sacó rápido de ese trabajo, 'porque tiene una clase que muy pocas atletas tienen', explica su entrenador Antonio Serrano. 'Otra cosa es que debido a su forma de ser tan callada, tan reservada, apenas se haya dado publicidad a lo que ha hecho, porque hablamos de una atleta que ha sido capaz de correr el 5.000 en 14.46'.

Fue en 2011 cuando hizo esa magnífica marca. Se la veía casi para medalla en el Mundial de Daegu, con lo que eso significa en una prueba como la suya, gobernada por las africanas. Pero Loli Checa volvió a contradecir al mundo. De repente, dijo que no iba a ese Mundial y que se sentía saturada y no hubo nada que hacer. Ni siquiera para su entrenador. 'Loli es una mujer a la que le cuesta mucho encontrar solución a los problemas'. El caso es que fue duro de aceptar, porque había vuelto tras el embarazo y estaba como nunca. 'Al principio, pensé que no iba a lograrlo. Paula, la niña, cogía todos los virus posibles y no paraba de llorar por las noches. Tenía que estar en brazos constantemente. Así no había manera de descansar para entrenar y llegue a coger una anemia muy fuerte'.

'Loli es así. Si queremos proteger su talento, hay que aceptarla como es'

El invierno pasó y en la primavera, en las pruebas de la Copa del Mundo, Loli ya era otra cosa. Llegó a hacer 14.46, que mejoraban en 9 segundos los 14.55 (la marca antes de quedarse embarazada) y que, como mínimo, la señalaban finalista en Daegu, pero no hubo manera de que fuese. 'Loli es así. Si queremos proteger su talento, hay que aceptarla como es', explica Antonio Serrano, un hombre que ya no se sorprenderá por nada. El año pasado, en plena preparación olímpica para los Juegos de Londres, Loli volvió a quedarse embarazada sin buscarlo. Entonces se negó a explicarlo en público, lo hizo a través de un comunicado y de su entrenador, que más o menos dio una lección de vida. 'Sí, porque la vida hay que relativizarla', explica. 'Prefiero quedarme con lo bueno a ver lo malo. Ha ocurrido y lo demás ya no vale de nada. Sólo se me ocurre dar la enhorabuena a una mujer que va a ser madre. Yo soy padre de dos hijas y es lo más maravilloso...'.

Hoy, una vez, que ya nació Alejandro y que todo pasó, Loli ha regresado no se sabe si para recuperar el tiempo perdido o para qué. Aún no ha vuelto a ser la que fue y a los 30 años, camino de 31, ya no se sabe si volverá. Ahora, habla de la madurez e, incluso, de los Juegos de Río 2016, pero, en fin... Sigue con ese talento que le ha permitido hacer sin problema la mínima para correr el Mundial de Moscú. Y ahí está Loli Checa como única española en las semifinales del 5.000... Porque en nuestro país sigue sin haber nadie como ella...

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