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El Málaga rentabiliza un rato de buen juego

El Villarreal tuvo sus ocasiones, pero los costasoleños matan a la contra

ALBERTO CABELLO

¿Quién dijo que de los retales no puede hilvanarse un pret a porter? La demostración, el Málaga. Un equipo zurcido con un poco de aquí, otro poco de allá; futbolistas jóvenes con todo por demostrar, otros veteranos ya en la cara B de sus carreras o cedidos con el orgullo herido para reivindicar que cuentan con un sitio allí de donde tuvieron que salir.

Así se ha gestado este equipo. Mucha de esta plantilla ya demostró que era válida para salir de Segunda y está claro que es igual de valiosa para aguantar en Primera.

Con querencia al fútbol apetitoso, el equipo de Tapia se asoma al ático de la Liga con una frescura inusual para un recién ascendido. Por ahí aparecen peloteros como Apoño, Lolo, Baha o Duda que rinden a un nivel sobresaliente. La última degustación fue en un campo tan venenoso como es el del Villarreal. Los amarillos recibieron durante 45 minutos su propia medicina de un equipo que no se asusta ni en el hogar de un posible semifinalista de la Champions League. Los castellonenses reaccionaron en el segundo tiempo sin acertar con la portería.

Pellegrini apenas rotó. Su equipo salió como una moto en busca de finiquitar el partido cuanto antes y pensar en la cita de Londres. El acelerador lo pisó Bruno. El joven centrocampista engarzó al equipo con varios detalles exquisitos. De la chistera sacó dos magníficos pases para Rossi. El Málaga aún se desperezaba. Pero si hay que destacar a sus jugadores de campo, también su portero merece su espacio. Goitia aguantó de manera magistral en un mano a mano con Nihat.

Despertó Apoño, apareció el Málaga. Convierte en terciopelo todo lo que pasa por su campo de acción. Mueve al equipo con una claridad transparente. De una de sus virguerías apareció un pase en diagonal a Duda, que ejecutó con tranquilidad a Diego López. Los costasoleños se abren como un abanico en apenas dos o tres toques. Impuso su autoridad en una primera parte en la que el Villarreal ejerció de mirón. No tuvo ni sitio como extra en la película.

Tan mal veía Pellegrini el partido que nada más comenzar el segundo tiempo abrió la jaula a sus depredadores del banquillo. Llorente y Guille Franco le metieron más mecha al equipo. El Málaga perdió un poco el paso y se acurrucó en Goitia a la espera del contraataque que matara el resultado.

Rossi fue el más beneficiado por los cambios. Aprovechó el trabajo de los dos arietes para moverse con libertad entre los centrales malaguistas. Le faltó puntería para igualar el partido.

Al Villarreal se le puso la noche todavía más negra con la lesión de Senna. Con los tres cambios hechos, el hispanobrasileño optó por retirarse del campo y dejar a su equipo en inferioridad al sentir unas molestias en la corva. A tres días de un partido decisivo y después de la lesión de Cazorla, riesgos los mínimos. El Málaga sentenció en la contra que esperaba todo el segundo tiempo.










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