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El Molinón se abona a la épica

El Sporting vence al Sevilla con un bonito gol de Diego Castro (1-0)

ÁNGEL GARCÍA

Casi media hora fue lo que le duró el partido al Sporting. Tiempo suficiente para sacarle los colores a un Sevilla que, sin los pesos pesados, huele a mentiras. Le falta consistencia, personalidad y abono para crecer. Sólo la expulsión de Canella hizo que entrara en ebullición el ritmo cardíaco de los de Jiménez.

Hasta ese momento, los asturianos se presentaron con un fútbol pulcro, cuidado, mimando la pelota desde las bandas. Algo que le pudo costar caro a la desidia inicial sevillista. Era tal la superioridad de los de Preciado que, incluyendo la pena máxima errada por Mate Bilic, contabilizaron hasta tres ocasiones claras de peligro antes del gol de Castro.

Con uno menos, el Sporting se acomodó a las circunstancias ante un Sevilla que alternó su estado de ánimo, de sufridor a sacar el látigo con Chevantón fustigando a la zaga local antes de la reanudación. En la segunda mitad, el Sevilla, con toda la pólvora disponible sobre el tapete, magnificó la resistencia asturiana y la victoria volvió a quedarse en El Molinón.

 

 

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