Este artículo se publicó hace 13 años.
Navarro, un tirador sin parangón
El capitán del Barça se convierte en el máximo anotador histórico de la Euroliga
Cuando uno pretende glosar la vida y milagros de Juan Carlos Navarro por las canchas de Europa, corre el riesgo de adentrarse en una espiral interminable de cifras, récords y premios. La Bomba lo ha ganado todo: campéon del mundo, de Europa, subcampeón olímpico, dos Euroligas, seis Ligas, cinco Copas; mejor jugador del pasado Europeo, MVP de la final four de París... Y, desde ayer, máximo anotador en la historia de la Euroliga, con 2.716 puntos.
Lo consiguió Navarro, ante el Union Olimpija, en el Palau, su casa por siempre como asegura su nuevo contrato, y escenario de momentos tan emotivos como el vivido ayer, cuando anotó su punto 14, superó a Marcus Brown, antiguo detentor del récord (2.715 puntos), y el partido se paró para reconocer la enésima gesta del jugador "con más clase en la historia del baloncesto español", en palabras de Andrés Jiménez. "Junto a Kicanovic, Kukoc, Pau Gasol y Sabonis, Navarro formaría uno de los mejores quintetos europeos de la historia", afirma el exala-pívot del Barça.
"Es el mejor escolta europeo desde hace años", asegura Scariolo
"Navarro es, sin duda, el mejor escolta europeo desde hace años", coincide Sergio Scariolo. "Y este récord nos enorgullece a todos, a Juan Carlos el primero, porque es una prueba de su clase, su talento, su continuidad y reiteración en la excelencia", prosigue el seleccionador español, que también dirigió a Brown. "Los récords son relativos, pero, en el caso de Juan Carlos, prueban su estabilidad, lo gran jugador que se ha hecho, cómo ha ido de un éxito a otro, mejorando, pero siendo siempre fiel a sí mismo", añade Aíto García Reneses, el primer técnico de Navarro en la élite.
A Xavi Pascual, el actual, le cuesta encontrar palabras para definir la grandeza del jugador "más importante en la historia del Barça". "En Europa, ha habido otros grandes anotadores en lo individual, pero lo que a él lo convierte en más grande es que lo hace desde lo colectivo", resume el técnico del Barça. Ese espíritu grupal y su capacidad innata para liderar empresas colectivas sin necesitar el halago permanente singularizan el estrellato de Navarro, un tipo que, como Leo Messi, se preocupa por su familia y sus amigos, y juega a baloncesto porque es lo que más le divierte.
Una estrella sencillaLa fidelidad a sus valores y al Barça singularizan los éxitos de 'la Bomba'
"Lo que diferencia a Navarro es que no es nada folclórico: él va a lo suyo, sin aspavientos, sin meterse en otros líos como, por ejemplo, la publicidad. Siempre ha mantenido su personalidad", destaca Aíto. "Lo conozco desde cadete y no ha cambiado: tiene los mismos amigos, es feliz con su familia y en su pueblo. Eso lo hace aún más grande", dice Roberto Dueñas, excompañero y uno de los cuatro jugadores cuya camiseta cuelga del techo del Palau, junto a las de Jiménez, Epi y Solozábal. "El récord habla, sobre todo, del compromiso de Navarro, de su capacidad para mantenerse en el mismo club durante tantos años, compitiendo siempre por ser campeón", apunta Epi, otro tirador excelso.
"Preparar una defensa contra él es un quebradero de cabeza", constata Scariolo. "Navarro siempre vio el aro muy grande, pero ahora tiene una extraordinaria visión de pase, sabe leer el momento del partido y defiende mejor", resalta Aíto. "Su capacidad de subir el nivel de juego en los partidos importantes y de simplificar las cosas cuando todo se complica sólo se ve en los grandes deportistas", concluye Ettore Messina, extécnico del Madrid y ahora ayudante en los Lakers.
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