Todo lo que habían preparado Jiménez y Caparrós para la ida de la semifinales hubo que dejarlo en la caseta 45 minutos e improvisar un plan alternativo. Una tromba de agua una hora de antes del partido convirtió el Sánchez Pizjuán en una alberca, que dejó poca tierra seca en la que rasear la pelota. En el segundo tiempo, con el terreno sin tanto líquido el Sevilla puso desplegar su juego arrollador. Los neumáticos de seco le vinieron de lujo.

Antes, Sevilla y Athletic tuvieron que desnudarse, desprenderse de las alhajas y los abalorios para limitarse a un fútbol rústico. Cuando hay agua toca familiarizarse con los charcos, saber dónde bota mejor el balón y dejarse de zarandajas; de cualquier pelotazo insípido puede inventarse una jugada de peligro.

Fue, por tanto, un duelo de hombres boya: Kanouté en un área y Fernando Llorente en la otra. Dos pilastras en busca de un balón frenado por el agua o un error defensivo. Al balón le tocó viajar en puente aéreo de una portería a otra. El agua hizo imposible el transporte por carretera. La única alternativa viable fue la jugada a balón parado. Cada equipo sacó a relucir su repertorio.

El Sevilla perdió todo su oropel en la banda derecha. Jesús Navas no sólo tuvo que enfrentarse a Koikili, también al lago que se había originado en su campo de acción. El muestrario de ocasiones fue o por errores del contrario con la pelota parada. Ion Vélez casi sorprende a Palop desde lejos. Romaric cabeceó al larguero un saque de esquina. Llegó el momento Llorente. Primero enganchó una gran volea a la que respondió el portero sevillista con un parada sensacional. El córner siguiente tuvo los mismos protagonistas, pero esta vez Palop no tuvo tanta pericia y el delantero vasco mandó el balón a la portería.

Dejó de llover, el campo comenzó a secarse; muy buenas noticias para el Sevilla. Todavía por la inercia del gol, el Athletic tuvo presencia en el área como para darle otro revolcón a la eliminatoria.

Sin esperar más, Manolo Jiménez instigó su golpe de estado con los cambios y metió el partido en un acelerador de partículas. Navas fue otro sin charcos, Capel y Acosta pudieron bajar la pelota y sorprender con su velocidad. El pequeñito argentino dejó una impresión de futbolista revolucionario, ideal para conectar centro del campo y delantera.

Al Athletic volvió a lloverle. Un chaparrón de ocasiones que no amainó con el empate de Duscher. Iraizoz sacó el paraguas, pero el aguacero terminó por inundarle.

Sevilla (2): Palop; Mosquera, Escudé, Squillaci, Navarro; Navas, Duscher, Romaric, Adriano (Capel m.60) ; Renato (Acosta m.46) y Kanouté.

Athletic (1): Iraizoz; Iraola, Ocio, Amorebieta, Koikili; David López, Orbaiz, Javi Martínez, Yeste (Balenciaga m.70); Ion Vélez (Toquero m.61) y Llorente.

Goles: 0-1 M.42 Fernando Llorente se aprovecha de una mala salida de Palop y marca de cabeza a la salida de un saque de esquina. 1-1. Min. 60 Duscher culmina con un gran disparo una serie de rechaces en el área del Athletic. 2-1. M. 91. Acosta consigue batir a Iraizoz.

Árbitro: Velasco. Amonestó a Iraola, Yeste

Sánchez Pizjuán: 30.000 espectadores. Kanouté falló un penalty en el minuto 80.