Nibali comienza a flaquear

Dicen que el francés Warren Barguil, de 21 años, recuerda por su mentalidad y ambición al mítico Bernard Hinault, y no debe ser un juicio gratuito, ya que el 'becario' del Argos tiró de una maestría impropia de su edad para hacer doblete en la Vuelta con una victoria en la meta en alto de Formigal, donde superó en duelo al colombiano Rigoberto Urán.

Barguil fue el más poderoso en la escapada multitudinaria del día. Se metió en ella, esperó el momento y se marchó solo a falta de 10 kilómetros de meta. No esperaba que lo alcanzara Urán a un kilómetro de la pancarta. Pero no se puso nervioso. Ahorró unas pocas energías y remató al colombiano por centímetros. De nuevo en el podio, donde se cruzó con Vincenzo Nibali (Astana).

El italiano pasó un momento de miseria y cedió unos segundos que animan la Vuelta. Sólo perdió 28 con Purito Rodríguez, 25 con Valverde y 22 con Horner, pero esa debilidad final pone en duda la garantía de su prenda roja. Es humano y esperan etapas peliagudas.

La decimosexta etapa entre Graus y la Estación de Formigal, la tercera y última en Pirineos, era corta, de 146 kilómetros, y en principio mucho más suave que las dos anteriores. Pero la gente anda cansada, y eso se reflejó en la carretera. Tarde, pero con un interesante final que implicó a los "gallos" de la general".

Mientras Barguil construía su nueva hazaña, empezó la gresca en el grupo del líder. Caruso, compañero de Purito, cantó las cuarenta tensando el ritmo a 3 de meta. Después Valverde salió al combate con un tímido ataque que no fue a ninguna parte. Pero Nibali no respondió como en otras ocasiones y alguien tomó nota.

Fue Purito. Por fin apareció. Más vale tarde que nunca. El catalán apretó los dientes y puso asfalto por medio. Fue la prueba que dejó en evidencia a Nibali, que se retorcía mientras buscaba alguna rueda amiga. Debilidad del 'Tiburón', esperanza para los demás candidatos. Horizonte para la Vuelta. Nada grave, ni definitivo. Sólo un recorte en las diferencias en la general, pero eso sí, tras unos síntomas significativos. Nibali se fue a descansar a Zaragoza con "la roja". Horner le sigue a 28 segundos y Valverde a 1.14. Más lejos Purito, a 2.29.

El dorsal 22, a punto de cumplir los 22 años, fue la alegría de la etapa. Ya lo fue en Castelldefels, donde se presentó en sociedad. Ese día, este diplomado en gestión de pequeñas empresas, llegó solo, con tiempo para recrearse en la gloria. Esta vez lo que gestionó fue una jugada que muy bien podía haber firmado su paisano bretón Bernard Hinault, ya saben, 'El Caimán', el de los 5 Tours de Francia, famoso entre otras cosas por su tozudez para buscar las victorias.

Barguil terminó metiéndose en el grupo de 23 escapados que hicieron de avanzadilla. Estaba medio enfermo por el frío que pasó el día de Andorra, pero su director le dijo que se metiera en la escapada. A ver qué pasaba. Y eso hizo. Allí estaban los Intxausti, Flecha, Txurruka, Maté, Gárate... entre otros. Mucha veteranía.

El vencedor del Tour del Porvenir 2012 decidió lanzar su carta en el ascenso a Formigal, que culmina en un paraje de ensueño tras subir 15 kilómetros al 4 por ciento de desnivel. A 10 de meta se marchó con decisión y descaro. Un mordisco de caimán para sus compañeros de aventura, que poco a poco se acercaban. No todos. Sí lo hizo Rigoberto Urán, dispuesto a sacar al Sky del anonimato. A 1.000 metros de meta se puso a su altura. Peligro.

Fue cuando Barguil tiró de manual. "Esperé a que llegara a mi lado, guardé fuerzas para el esprín y le rematé sobre la línea". Mejor explicado imposible. Comprometido contra el dopaje -asiste a las reuniones del Movimiento por el Ciclismo Limpio-, Barguil apunta a su próximo sueño: ganar una etapa del Tour. Un día despertará en el podio de la "grande boucle". Está empeñado. Mentalidad Hinault.

La Vuelta se traslada a Zaragoza para disfrutar de la segunda jornada de descanso. El miércoles vuelve la etapa entre Calahorra y Burgos. Queda Vuelta.