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El nirvana de Bryant

Los Lakers de Pau Gasol disputarán la final ante los Celtics gracias a la excelencia de su estrella

ALBERTO CABELLO

Con la mirada perdida a años luz del pabellón US Airways Arena de Phoenix, Kobe Bryant (37 puntos) autorretrató en sus facciones la concentración suprema, el nirvana mental antes de emprender su misión redentora. Una vez desanudada la mente de cualquier distracción y puesto el foco en el aro de los Suns, la estrella de los Lakers anduvo una cuarta por encima del parqué durante los dos minutos finales del encuentro. Un éxtasis jordanesco en el que el talento supremo neutralizó la defensa de hasta tres jugadores. La bestia de seis brazos fue derrotada por una muñeca divina. Anotó 11 de los últimos 14 puntos del quinteto y regaló la asistencia en la canasta que no llevó su marca.

El equipo californiano disputará su tercera final consecutiva de la NBA tras vencer en el sexto partido de la conferencia Oeste a Phoenix (103-111). A partir de la madrugada del viernes, los amarillos buscarán su segundo anillo consecutivo ante el rival más enconado: Boston Celtics. La oportunidad de vengar la derrota de 2008, son tres ya las finales para Pau Gasol en los últimos 28 meses.

En la que ya ha sido bautizada como la mejor serie de su carrera, Bryant recibió la pleitesía del orbe baloncestístico estadounidense. Desde los comentaristas más ácidos, como Charles Barkley, al propio entrenador de los Suns, Alvin Gentry. '¿Era Kobe o era Jordan?. No podría decir la diferencia. Fue una actuación grandiosa. Hicimos todo lo posible. Nuestra defensa fue enorme, pero consiguió acertar tiro tras tiro. Es un asesino', reconoció un técnico que ha recibido un promedio de 33.7 puntos, 8.3 asistencias, 7.2 rebotes y 1.2 tapones de Bryant en los seis partidos de la eliminatoria.

A día de hoy, Kobe ha acabado con el debate sobre quién es la fotocopia más parecida al original. Primero Michael, luego él. Lebron James asombra, pero todavía no cuenta con ese don para decidir en situaciones tan extraordinariamente decisivas como la del sábado noche en Phoenix.

Rescató a su equipo de un apuro. Los Suns recortaron hasta 15 puntos para situarse a tres en los últimos minutos. Los Lakers habían llevado hasta entonces una noche tranquila gracias al acierto de Artest (27 puntos). Un codazo del esloveno Vujacic sobre su compatriota Dragic, base de Phoenix, hizo saltar la chispa. Apareció entonces Kobe para convertir en sencillo lo que sólolo es para él y para Jordan.

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