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La opulencia de la Roja en Qatar

España se aloja en un lujoso hotel de Doha en forma de antorcha y con habitaciones controladas desde Ipads. El estadio Khalifa, donde mañana jugará contra Uruguay, es la joya de un complejo deportivo y de ocio de lo más o

JORGE YUSTA

La selección española de fútbol aterrizó este lunes por la tarde en Doha, capital de Qatar y una de las ciudades con más progreso económico del mundo. El lujo desbordante del que se ha envuelto la expedición de la Federación Española de Fútbol contrasta de una forma brutal con la dificilísima situación por la que atraviesan miles de familias españolas.

En Qatar la crisis ha pasado de largo. Es uno de los privilegiados rincones del planeta en los que el progreso sigue su curso y en los que se nada en la abundancia. Y el fútbol también se ha aprovechado de ello. Como ejemplo es el amistoso que mañana va a disputar la campeona del mundo contra Uruguay. La Federación de Qatar ha pagado tres millones de euros por ver en su territorio a la mejor selección del planeta aunque parte de ese montante irá destinado a la Asociación de Futbolistas Españoles, que ya tenían reservada la fecha de mañana para que España disputase un partido con Portugal. El amistoso servirá para promocionar el Mundial que se disputará en suelo qatarí en 2022. Eso sí, mencionar la compra de votos para hacerse con el campeonato que denunció hace una semana L'Équipe es un tema tabú.     

El combinado nacional se ha instalado en una de las zonas más lujosas de Doha y se halla alojado en el Torch Doha Hotel, un hotel de máximo esplendor, que se encuentra a escasos metros del estadio donde mañana se disputará el encuentro. El edificio, de cinco estrellas, adquiere la forma de una antorcha gigante, mide 300 metros de altura y tiene 51 plantas. Cuenta con los últimos avances tecnológicos para la comodidad de sus exigentes y adinerados clientes.

Sus habitaciones, con unos precios que varían desde los 250 hasta los 1.700 euros, cuentan con un Ipad con el que manejan gran parte de sus funciones. A través de él se puede manejar las televisiones de 40 pulgadas, cambiar de color la luz ambiente y elegir entre los 12 disponibles, correr las cortinas automáticas, controlar la temperatura o reservar el desayuno. Uno de los restaurantes del hotel, situado en la planta 47, permite tener una visión panorámica de 360º de la capital qatarí. También cuenta con una piscina ovalada con vistas a la ciudad. Y por supuesto no podía faltar el Spa, sauna y gimnasio de última generación.

El hotel, además, se encuentra situado en lo que se llama Aspire Zone, un área surgida de la nada que se ha convertido en un inmenso complejo deportivo y de ocio. Creada para los Juegos asiáticos de 2006, el área también alberga el Khalifa Stadium, campo en el que España disputará mañana el amistoso ante Uruguay. Pero además, contempla otros recintos deportivos como un centro acuático, un mayor pabellón cubierto multiusos del mundo y otro pabellón exclusivo para mujeres. A eso se añade una academia deportiva en la que se forma a las jóvenes promesas qataríes y un hospital especializado en medicina deportiva. Todos estos edificios se encuentran en un inmenso parque ajardinado de 88 hectáreas con lago propio. Y si después de hacer deporte apetece ir de compras, no podía faltar un centro comercial con las tiendas de ropa y joyas más exclusivas.

El Khalifa Stadium es uno de los iconos deportivos de Qatar. Se inauguró en el año 1976 pero fue ampliamente renovado para acoger los Juegos de Asia 2006. En ella se amplió la capacidad de 20.000 a 50.000 espectadores y se le dio el toque de innovación que le hacen uno de los estadios más modernos del mundo. Cuenta con un tejado en uno de los laterales y un inmenso arco que cruza el estadio, que se ilumina y que alcanza los 75 metros de altura.

El estadio contó con mano de obra de diversos puntos del planeta. Arquitectos australianos pertenecientes a la empresa encargada de las obras, expertos británicos en acero, ingenieros canadienses y alemanes y trabajadores indios. Todos ellos lograron completar la remodelación en doce meses y sin escatimar esfuerzos económicos por parte de las autoridades qataríes. En total, se calcula que se gastaron alrededor de 130 millones de euros.

El recinto fue reinaugurado en junio de 2005. Después acogió la final de la Copa de Asia en la que Japón se impuso a Australia (1-0) y diversos de carácter amistoso como un Brasil-Inglaterra disputado en 2009, o un Brasil-Argentina en 2010. Ahora, será la selección española la que pise por primera vez su césped para disputar mañana un partido tan alejado de la realidad que vive el país al que representa.

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