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El promedio terrorífico de Villa

El Guaje acredita 0,68 tantos por partido disputado. Para Del Bosque, David y Torres forman un dúo atacante innegociable

JOSÉ MIGUÉLEZ

'No, no, Torres es nuestro nueve'. Lo dijo Del Bosque a su modo, con contundencia pero sin alterarse, mientras abandonaba tranquilamente el Green Point Stadium de Ciudad del Cabo, el campo que le devolvió enteramente la sonrisa al seleccionador y a su equipo la confianza. Lo dijo ante quien al teléfono a última hora de la noche ya le planteaba, visto lo visto ante Portugal, si no sería conveniente que El Niño fuera carne de banquillo. Pero el técnico, incluso con cara de sorpresa ante el requerimiento, lo dejó claro: 'No, no, Torres es nuestro nueve'. Y sí, el delantero madrileño es el referente ofensivo de La Roja, su hombre más adelantado, pero el gol es cosa de otro, de Villa, que ayer se dedicó a coleccionar elogios.

'Para mí, sin duda, es la figura del Mundial', dijo sin titubear Tiago, el mediocampista portugués del Atlético. Y eso que lo ha visto todo por la televisión, que incluso ya se ha enfrentado a la todopoderosa Brasil. Pero como Villa, ninguno. El asturiano lleva ya cuatro goles una media de un tanto por partido disputado, y desde una posición que realmente no es la suya. Escorado a la izquierda, como falso extremo, y trazando diagonales desde ahí o perfilándose para el tiro.

Villa, desde una posición inhabitual, es el máximo realizador del torneo

En el estreno del Mundial, ante Suiza, apenas apareció. Jugó como único punta del equipo (Torres se quedó en el banquillo) y acabó incrustado y bloqueado por la fornida pareja de centrales del único equipo que en 2010 ha conseguido derrotar a La Roja. Apenas tuvo ocasiones y pareció agotado. Fue ante Honduras, cuando, ya con El Niño en el once, Villa viajó hacia la banda izquierda y, de pronto, encontró una autopista por donde desalojar sus goles. Ya había jugado por ahí en el Mundial de Alemania.

Cada tanto ha tenido en común el lugar de partida, pero el repertorio de ejecución ha sido variado. El 1-0 ante Honduras, de jugada personal, tras driblar con un uno-dos a dos defensas, recortar a otro y ajustar un tiro a la escuadra. El 2-0, tras desmarcarse hacia la frontal en un contragolpe, controlar y rematar duro a la red con la ayuda de un defensa. El 1-0 frente a Chile, una vaselina delicada y perfecta desde el medio campo, por su costado, tras un mal despeje del portero. Y el 1-0 contra Portugal, al segundo intento, tras recibir un servicio claro a la izquierda del área. No coinciden ni los pasadores (Piqué, Navas y Xavi) ni la pierna (tres con la derecha, uno con la izquierda). Sólo la zona de la que partió para romper cada partido.

Ha firmado tantos de todos los pelajes y con ambas piernas

Cuatro goles en Suráfrica (de 19 disparos, 12 ellos a puerta, y un penalti desperdiciado) para hacer un total ya de 42 tantos con la selección. A dos goles ya tan sólo de Raúl, el techo absoluto de La Roja. Para llegar a sus 44, el madridista necesitó de 102 partidos. El ya azulgrana lleva sólo 62 disputados. Su media es terrorífica (0,68 por partido), a la altura de los mejores goleadores del mundo y de la historia en partidos internacionales con las grandes selecciones del universo balompédico.

Cuatro goles en Suráfrica empatado con el argentino Higuaín y el eslovaco Vittek, este ya eliminado, los mismos que le convirtieron ya en el máximo realizador de la Eurocopa 2008 pese a perderse la final.

Entonces, España ganó el título con el inolvidable gol de Torres a Alemania en la final. Por eso El Guaje asturiano y El Niño madrileño son intocables para Del Bosque. 

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