Amante de los retos, Fernando Alonso se embarcará a partir de 2008 en un nuevo proyecto. El español decidirá en las próximas semanas qué bólido lucirá la próxima temporada el más que goloso número 3 que viaja en su maleta.

La Fórmula 1 vive pendiente del futuro del bicampeón del mundo. Su ruptura con McLaren y su llegada a una nueva escudería provocará importantes movimientos en cadena en varios equipos.

Si se confirma que Ron Dennis, director de McLaren, accedió a firmar la libertad de Alonso a cambio de su promesa de no fichar por una escudería que pueda hacer sombra a la británica, Renault estaría descartada.
El asturiano ganó sus dos títulos mundiales pilotando para los franceses. Volvería encantado bajo las órdenes de su padre deportivo Flavio Briatore con firmes posibilidades de éxito pero, además del probabe veto de Dennis al respecto, el problema radica en la duración del contrato.

Muchas novias tras el divorcio 

Renault no está dispuesto a dejarse utilizar por Alonso en su anunciado viaje hacia Ferrari. El español no desea comprometerse por más de dos años, período considerado insuficiente por la marca del rombo.

Toyota, en cambio, no pone objeción alguna a los planes de futuro del ovetense. La casa japonesa exhibe la peor relación de la Fórmula 1 entre un enorme presupuesto -138,5 millones de euros, el tercero más elevado, y la nula cosecha de éxitos. Darían lo que fuese por ponerse en manos de Alonso y dejar que éste lleve el orden y las mejoras técnicas a un bólido con gran margen de mejora.

En un escalón inferior está Red Bull. También de generoso presupuesto, el equipo austríaco anhela dar el gran salto. Sueñan incluso con auparse al tercer puesto por equipos, por detrás de Ferrari y McLaren, en dura lucha con BMW. Por eso quieren fichar a Fernando Alonso.