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Rooney desquicia a Wenger

El United tumba al Arsenal por 2-1

IÑIGO SAENZ DE UGARTE

El fútbol tiene a veces un perverso sentido del humor. Arsène Wenger reaccionó indignado esta semana al saber que su delantero Eduardo puede ser castigado por el piscinazo del partido de la Liga de Campeones ante el Celtic. Este sábado probó parte de su propia medicina con una jugada casi similar, un penalti muy discutible que permitió al Manchester empatar el partido.

El primer partido entre los grandes de la Premier produjo una afortunada victoria del equipo de Ferguson por 2-1, momentos de confusión en el juego impropios de estos dos equipos y un árbitro muy poco inglés por su propensión a las tarjetas.

El Arsenal se plantó en Manchester con un expediente inmaculado en el arranque de la Liga y un centro del campo con más músculo del habitual en el fino equipo de Wenger. Pero le faltaba Cesc y el equipo lo notó. Nunca antes se había visto al Arsenal perder tantos balones en el centro del campo.

Incluso así, casi siempre le fue suficiente para contener al United, que todavía no sabe cómo superar la baja de Ronaldo. Le faltan goles y cede la posesión del balón como si fuera un equipo pequeño. Sus carencias se hicieron más evidentes poco antes del descanso, cuando Arshavin lanzó un trallazo estupendo desde fuera del área y las manos blandas de Foster hicieron el resto. Remontar con dos goles parecía fuera de sus posibilidades.

Y eso fue lo que ocurrió en dos jugadas aparentemente irrelevantes. Un pase largo al área del Arsenal terminó en un penalti que quizá obligue a Wènger a cambiar el discurso. Rooney llegó al balón medio segundo antes que Almunia y acabó en el suelo. Hubo contacto pero pareció que el delantero ya se estaba cayendo antes de recibir el toque. Cinco minutos después de que Rooney lograra el empate, un centro de Giggs fue rematado con precisión por Diaby a su propia portería. Estaba solo, nadie le presionaba y hasta marcó los tiempos para cabecear al lugar equivocado. Un regalo impropio de un partido de esta altura.

El United se encontró con una victoria que no merecía y decidió no tentar a la suerte. Se echó atrás sin complejos y el Arsenal respondió poniendo en cancha a todos sus delanteros: Arshavin, Van Persie, Eduardo y Bendtner. Fue inútil. El problema estaba en el centro del campo, muy alejado del ritmo y la fluidez en la circulación que caracterizan al equipo de Wenger. Además, Arshavin se quedó encerrado en la banda izquierda y dejó de ser una amenaza.

El Arsenal estuvo a punto de aprovechar los cinco minutos de descuento. En el minuto 95, Van Persie anotó un gol que fue anulado por fuera de juego. Wenger fue expulsado por protestar. Su brillante inicio de temporada se ha difuminado en menos de dos semanas.

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