Este artículo se publicó hace 14 años.
La versión original de Pep
Guardiola se entrenó un tiempo a las órdenes de Lillo en el Ciudad de Murcia
Enrique Marín
"Nada más acabar los entrenamientos, antes de ducharse, Pep apuntaba todo lo que había dicho y hecho Lillo". El Loco Abreu, vecino de taquilla de Guardiola en los Dorados, fue testigo de las inquietudes del ahora técnico del Barça y de la devota atención que prestaba a los métodos del entrenador guipuzcoano. El uruguayo, abducido por las ganas de aprender de Pep, rescató esta costumbre durante su estancia en la Real, donde volvió a coincidir con Lillo. Así, después de cada entrenamiento en Zubieta, El Loco pedía a Iñigo Domínguez, ayudante de Juanma, las hojas donde habían preparado la sesión. "Me decía que él no valía para tomar apuntes como Pep", recuerda Domínguez.
La relación Lillo-Guardiola nació en 1997. "Siendo yo entrenador del Oviedo, Pep me pidió si podíamos estar en contacto. Lo nuestro fue como una hermandad de ideas", suele decir Lillo. Hace cuatro años, en la recóndita península del Culiacán, Guardiola jugó unos meses a sus órdenes. La aventura mexicana ha sido la única ocasión en la que ambos han trabajado juntos, pues en el Ciudad de Murcia su encuentro fue testimonial. "Pep había dicho públicamente que quería que yo le entrenara y a mí me entusiasmaba esa posibilidad. Los dos cumplimos ese sueño a la vez", recuerda Juanma.
Antes y después de entonces, su relación fue muy estrecha. Ambos prepararon en Italia el proyecto deportivo de la candidatura de Lluis Bassat a la presidencia del Barça. Entonces, Pep aún no tenía título y seguía siendo jugador, pero ya tenía claro lo que quería. "Sí, en ese momento lo concebía desde la dirección deportiva y con alguien de entrenador que pudiera trasladarlo. Lo que entonces hablamos se puede acercar a lo que es hoy su Barça", comenta Lillo.
En México, antes de ducharse, Pep anotaba lo que Lillo había dicho y hecho
La temporada en la que Guardiola se estrenó como técnico al frente del Barça Atlètic también fue de una gran intensidad futbolística y de estrecha relación entre ambos. "Pep me visitó en Salamanca para hablar de la pretemporada y planificar los entrenamientos", cuenta Juanma. Más tarde, cuando Laporta le confió el primer equipo, él fue uno de los primeros en enterarse. "Fue una decisión acertadísima, pues ya estaba muy formado", confirma con rotundidad.
Cuando Pep cogió el Barça, Juanma entrenaba a la Real, circunstancia que, cuando menos, condicionó lo que se podía presumir, que al fin compartieran vestuario. "Siempre hemos querido trabajar juntos", se limita a comentar Lillo al respecto, aunque cada uno siguió su camino. El catalán batió todos los récords como entrenador con el Barça, mientras que el vasco no logró ascender a la Real. El pasado mes de diciembre, el mismo día en el que Lillo hablaba de Guardiola en Público, llegó a un acuerdo para dirigir al Almería. El Barça de Guardiola y el Almería de Lillo, dos equipos con apellido y una misma denominación de origen, quedaban citados para el 6 de marzo. Ese día ha llegado.
Martí, ahora en el Mallorca y antes con Juanma en la Real, asegura que cuando ve jugar al Barça, ve a Lillo. ¿Pero cómo planteará el tolosarra este duelo ideológicamente fratricida? Si alguien conoce el antídoto, es él, aunque una cosa es la fórmula y otra, los ingredientes necesarios para que esta surta efecto. "Esos planteamientos no existen", comenta Juanma. "Son reduccionistas y no tienen respuesta. Por más que se sepa del Barça, lo único que cabe es elegir los jugadores para hacerle más daño, siempre desde el balón. No cambiar tu alineación para tumbarte patas arriba".
"Lo que hablamos para el proyecto de Bassat se acerca a lo que es hoy su Barça"
Como puntos en común de Guardiola y Lillo se pueden destacar el entrenamiento estructurado, cuyo padre es Paco Seirulo.o (preparador físico del Barça), y conceptos del fútbol de posición. "Algunos entrenadores piden a sus jugadores que se la pasen, pero tanto Juanma como Pep hacen hincapié en explicarles para qué se la pasan", explica Íñigo Domínguez. "No sólo se trata de pasársela, sino de provocar situaciones de superioridad a través de los pases", añade el también técnico tolosarra.
Raúl Caneda, otro ayudante de Lillo que coincidió con Guardiola en México, comenta que de Pep siempre le ha sorprendido su humildad para aprender. "No se ha conformado con vivir del nombre de jugador. Si en la formación de Guardiola como jugador Cruyff fue fundamental, en la de entrenador Lillo le ayudó a completarla. Es el único miembro del Dream Team que ha sabido trasladar el legado de Johan".
Según el técnico gallego, "Pep hereda el fútbol de Cruyff, pero tiene inquietud por conocer más cosas, como, por ejemplo, el Milan de Sacchi, y encontró en Juanma dónde completar sus conocimientos". "Ambos han interactuado, pero en ese flujo bidireccional ha sido más intenso de Juanma a Pep", comenta otra voz autorizada, pues ha vivido de cerca la conexión Lillo-Guardiola. "Yo soy un ladrón de ideas", confesó el técnico del Barça en un clínic organizado por Valero Rivera en Lanzarote el pasado verano. El principal botín de Pep se lo debe a Lillo, a quien por algo quiso llevarse como técnico del Barça y con quien hoy se reencontrará, aunque en banquillos diferentes.
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