Público
Público

Verticalidad y vértigo juvenil

Rusia es una selección que puede batir a cualquiera siempre que su rol en el partido no sea el de favorita

MARCOS LOPEZ

Contar con un especialista en rendimiento como Hiddink en el banquillo es una garantía. El parón invernal es la pausa adecuada para llegar a la Eurocopa con una marcha más y tener juventud es atrevimiento. Si a esto le sumas velocidad, calidad y primer toque, estamos hablando de una selección capaz de batir a cualquiera, siempre que su rol no sea el de favorita. Castigada por la sanción de Arshavin y la lesión de Pogrebnyak, Rusia tiene dos bajas significativas con un impacto diferente en el equipo. Paradojas del destino, la baja de este último condiciona más los planes de los rusos. El 9 del Zenit le aporta juego directo, prolongación y rechace y sobre su rol no hay nadie en la selección con características parecidas.

En la previa, la duda está en el sustituto del crack Arshavin como segunda punta por detrás de Pavlyuchenko. Todas las quinielas para Sychev, rápido, directo, menos talento, pero con más experiencia que Arshavin. En lo táctico, la duda está en el 1-3-5-2 o el 1-4-1-4-1, ambos con variantes. Es el sistema ruso o el método Hiddink. Con el sistema rusom jugaron la clasificación; con el método Hiddink, parece que afrontarán la presente Eurocopa.

Fútbol directo, mucha velocidad en la triangulación y un contraataque de gran nivel. Los rusos viven del error del rival, cualquier equivocación en la fase de creación se traduce en ocasión manifiesta de gol. No perdonan el fallo, es su salvoconducto para pasar la fase de grupos. En ataque estático, ya no es oro todo lo que reluce. Les cuesta generar fútbol, les incomoda llevar el peso del partido, buscando el juego directo a Pavlyuchenko una y otra vez. Un crack, Roman, tan bueno como irregular.

Detrás del punta, una línea de cuatro para ganar la segunda jugada aunque la baja de Arshavin hace que sean menos directos. El plan A es Shirokov juega en largo, Pogrebnyak prolonga y Pavlyuchenko/Arshavin finalizan. Las lesiones llevan a un cambio de roles: Pavlyuchenko prolonga y ahí está la duda de la alineación rusa: Zyrianov buscará el rechace y Sychev la prolongación. Para no tener que elegir, Hiddink se ha decantado por una línea de cuatro, con dos jugadores por dentro que garanticen que el balón largo a Pavlyuchenko sea ruso. Una debilidad es la escasa calidad en la salida.

 

Presión tras pérdida y repliegue intensivo. El objetivo es tirarse atrás. Se espera que contra España abusen de tirarse atrás obligando a los centrales a estar muy lejos de Iker Casillas para que sus locomotoras lleguen a los espacios libres a la espalda de la defensa tras un juego de pase de precisión, velocidad y pocos toques por jugador. Su juego táctico no es brillante, los cambios de sistema y la juventud hacen que los desajustes sean algo habitual. Cubren esas lagunas defendiendo por amontonamiento, que hace que los agujeros existan, pero que sea complicado aprovecharlos.

  

Zyryanov combina fuerza con precisión. Cuando toca golpeo con la zurda, el encargado es Bilyaletdinov, jugador elegante, veloz, mejor en banda abierto que por dentro como interior. En los córners y faltas laterales, tres jugadores a la corta. Entran uno tras otro haciendo el trenecito. El cuarto va al segundo palo para marcar en la prolongación o en el rechace. El quinto elemento es el rechace. Un jugador a la corta y otro a la larga por dentro de los vértices del área grande. A balón parado defensivo, un marcaje mixto con tendencia al marcaje al hombre.

 

 Dos posiciones sin resolver: lateral izquierdo y mediocentro. En el lateral, todo son pruebas; un central, Aleksei Berezutsky, y cuatro defensas. Un interior, Zhirkov, es el habitual con defensa de cinco. En el mediocentro, todo son probaturas. Semak, Torbinski y Shirokov sirven para un roto y un descosido.

 

De golpe y porrazo, se caen del once tres defensas indiscutibles: Vasili y Aleksei Berezutski, así como su Kaiser, Ignashevich. Después de esto, llega el contrasentido. Se filtra a Zhirkov de lateral cuando es interior. Si quiere jugar ofensivo, elección perfecta, pero después Hiddink se destapa con una línea de cuatro muy defensiva. Algo huele mal.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?