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A Zidane no le temblará el pulso con el vestuario madridista 

El francés no se va a dejar amilanar por los pesos pesados a quienes conoce perfectamente de su etapa como jugador, después junto a Mourinho y el año que trabajó en el equipo de Ancelotti. Si tiene que adoptar medidas drásticas, las tomará.

Zidane en su presentación como técnico del Real Madrid. EFE/Víctor Lerena

MADRID.- Este miércoles es el primer día oficial de Zinedine Zidane como entrenador de la primera plantilla del Real Madrid. Un estreno que se hará además de cara público, al socio y aficionado madridista dado que el club blanco tenía programado para este 5 de enero el entrenamiento a puerta abierta en la Ciudad de Valdebebas.

El pasado martes se acabó la corta etapa de Rafa Benítez como técnico del Real Madrid, una aventura que apenas ha durado 215 días. Una decisión que Florentino Pérez llevaba tiempo pensando y que adoptó finalmente el pasado domingo nada más finalizar el partido en Mestalla. Nunca los jugadores han confiado en él; ni en su forma de entrenar, ni de gestionar el vestuario.

Desde el principio ha mantenido conflictos con los pesos pesados del vestuario, Cristiano Ronaldo y el capitán Sergio Ramos; además de con el colombiano James y los más recientes con Isco o Jesé. Incluso se ha llegado a decir que sus métodos, su forma de trabajo está anticuada. Tampoco los resultados le han acompañado en las 18 jornadas de liga disputadas. No ha sido capaz de ganar a ninguno de los grandes como Barcelona, Atlético de Madrid, Sevilla, Valencia siendo especialmente llamativa la dura derrota en el clásico 0-4 ante el equipo azulgrana en el Bernabéu.

Hasta el mismo domingo por la noche Zidane estuvo tratando de convencer al presidente del Real Madrid para no tener que coger ahora las riendas del equipo. El quería hacerlo en otras circunstancias y no como revulsivo a una crisis. Pero no hubo forma. Esto es para lo que llevaba tiempo preparándose el astro francés. Especialmente desde que el presidente del Real Madrid le nombró entrenador del filial madridista en junio del 2014, evitando así que Zidane se marchara al fútbol francés donde tenía una gran oferta del club de sus orígenes, el Girondis de Burdeos.

Cuando Florentino Pérez adoptó esa decisión lo hizo porque no tenía ninguna duda de que, más temprano o más tarde, llegaría este momento. Pero la gran pregunta que se hace ahora todo el mundo es: ¿Será capaz Zidane de dominar este vestuario? ¿De verdad podrá tener mano dura el francés con los jugadores?

Su experiencia italiana, su carrera y sus títulos le acreditan

La respuesta es categóricamente sí. Zidane sabe perfectamente cómo funciona y respira ese vestuario. A algunos de los jugadores les conoce de su etapa como jugador, es el caso del capitán Sergio Ramos; y al resto de sus dos experiencias recientes cerca del banquillo madridista. La primera cuando José Mourinho le tuvo como enlace entre los jugadores y la Junta Directiva, una experiencia bastante corta por cierto, y la segunda cuando hace dos temporadas formó parte del grupo de trabajo de Carlo Ancelotti. Temporada que acabó con la consecución de la “Décima” Copa de Europa.

Es por eso que a “Zizou” no le va a temblar el pulso si tuviera que adoptar alguna medida drástica, sorprendente con los pesos pesados de ese vestuario. El francés, pese a lo que muchos puedan pensar, tiene mano dura con los jugadores. Quienes no esté en forma, no responda a lo que espera de él, no tendrá reparos en sentarlo en el banquillo.

Dos son las cosas que acreditan a Zidane ante un vestuario tan cargado de “egos” como el madridista. Lo primero su propia experiencia como jugador. No olvidemos que el jugador francés formó parte durante cinco años de la última gran etapa de la Juventus de Turín, la conocida “Vecchia Signora”.

Zidane se educó bajo los principios de la disciplina rígida y espartana existente en el fútbol italiano

Allí tuvo que compartir vestuario con jugadores como Didier Deschamps, Del Piero, Edgar Davis, Inzagui, Nedved, Vieri; todos jugadores con una personalidad marcadísima. También allí se educó bajo los principios de la disciplina rígida y espartana existente en el fútbol italiano. Como jugador lo ha visto y vivido todo, luego nada le llama la atención, nada le da miedo, nada le sorprende.

Y lo segundo, y no menos importante, es un palmarés. Zidane lo ha logrado todo como jugador, alcanzó cotas inimaginables incluso para algunos jugadores del Real Madrid. Precisamente en su etapa como jugador madridista alcanzó su hito más alto al lograr en el año 2002 la Liga de Campeones en Glasgow ante el Bayern Leverkusen, la archiconocida “Novena” con su famosa volea que ya forma parte de la historia del fútbol mundial. Pero además tiene 3 ligas, 2 Supercopas de Europa, 2 Intercontinentales etc..

Con Francia logró el Mundial de 1998 jugado en tierras galas y dos años después la Euro del 2000. A nivel individual ha logrado el Balón de Oro en una ocasión (1998), 3 veces el FIFA World Player (1998, 2000 y 20003). Títulos y reconocimientos que le acreditan ante el vestuario madridista; incluso ante el mismísimo Cristiano Ronaldo.

Su exigencia, contar como segundo con David Bettoni

La segunda prueba evidente de que Zinedine Zidane viene pisando fuerte desde el principio, que no se va amilanar, está en el hecho de hacer valer ante el club quien será su acompañante, su brazo derecha en el primer equipo.

La idea del Real Madrid era que Santiago Solari, ex jugador madridista y actual entrenador del Juvenil B, fuera su acompañante en esta aventura. De hecho ya estaba previsto que Guti se hiciera cargo del equipo que hasta ahora estaba dirigiendo Solari. Sin embargo, Zidane ha hecho valer su posición y tendrá como segundo entrenador a David Bettoni, su “alter ego”, su auténtica mano derecha que ya venía desempeñando estas funciones en el filial madridista.

Hablar de David Bettoni es hablar de uno de los mejores amigos de “Zizou”. Los dos son inseparables desde que se conocieran en su etapa como jugadores en el “Cannes”. Bettoni fue una de las peticiones personales de Zidane a Florentino Pérez cuando el francés pasó a formar parte de la dirección técnica del club.

Finalmente fue fichado en agosto del 2013 procedente del Cannes donde era el máximo responsable de centro de formación del club francés. En un primer momento compaginó su labor de ojeador del club madridista, la búsqueda de nuevos talentos, con la de asesoramiento de los jugadores de la primera plantilla madridista. Después, y una vez que Zidane se sentó en el filial madridista, este ex futbolista se convirtió en la mano derecha dentro del vestuario de “Zizou”.

El mejor ejemplo de la excelente relación entre Zidane y Bettoni la tenemos el 21 de febrero de ese mismo año 2013. Zidane recibió el encargo de asistir al Estadio de Gerland para ver la evolución de Gareth Bale, entonces jugador del Tottenham, que se enfrentaba ante el Olimpique de Lyon en un partido de Liga de Campeones. Ese día el francés no dudo en fotografiarse al lado de su amigo Bettoni. Con su nombramiento Zidane refuerza su peso dentro del vestuario, su clara determinación de exigir lo máximo a los jugadores. Y lo quiere hacer rodeado de su gente.

Bernardo Requena será el preparador físico del primer equipo

La otra gran novedad en esta cascada de movimientos tiene que ver con la parcela física, donde desde hoy Bernardo Requena se convierte en el nuevo responsable de la primera plantilla. Para quien no le conozca, Requena está considerado uno de los mejores preparadores físicos de España. Su primera aventura profesional en el fútbol español fue en el Sevilla de Joaquín Caparrós quien después se lo llevaría en el 2008 al Athletic Club de Bilbao. Posteriormente ha estado trabajando en la Federación Española de Fútbol hasta que en agosto del 2014 fue fichado por el Real Madrid como preparador físico de los jugadores lesionados.

Desde hoy mismo, este andaluz pasa a ser el máximo responsable de la forma física del Real Madrid. Algo en lo que también Zidane va a poner una especial atención. Porque el francés también es tremendamente exigente a la hora de hablar de la condición física de los jugadores, algo que también aprendió en su etapa como jugador de la Juventus de Turín. Su etapa en el fútbol italiano y bajo las enormes exigencias físicas que requerían en aquel Calcio, aprendió a darle un tremendo valor al trabajo físico así como también a la importancia de la alimentación.

De hecho el propio Zidane es un auténtico obseso en cuanto a su propia condición física, algo que queda demostrado al ver su condición física actual pese a haber abandonado hace ya diez años la práctica del fútbol, nada más finalizar el Mundial del 2006 y renunciado al año que le restaba de contrato con el Real Madrid.

Rescisión del contrato de Rafael Benítez: La cláusula del 15 de enero

Como suele decirse, a “Rey Muerto, Rey Puesto”; si bien a la destitución de Rafa Benítez le queda un importante problema que resolver: el finiquito que cobrará finalmente el entrenador madrileño.

Conviene recordar que Benítez firmó el pasado verano un contrato de 3 años de duración con unas cantidades económicas cercanas a los 3 millones de euros netos por temporada, un total de 9 millones. Esto en términos brutos suponen alrededor de 18 millones brutos por la duración total del contrato entre el técnico y el Real Madrid.

Considerando que ha sido destituido a mediados de la primera temporada, lo normal es que el Real Madrid tuviera que indemnizar al entrenador con lo que resta de la actual, alrededor de 1,5 millones; más las dos campañas restantes. Es decir en torno a 7,5 millones de euros netos, unos 15 millones brutos.

Pero resulta que en el contrato que en su día firmaron el club y el entrenador se introdujo una cláusula donde se estipulaba que si Rafa Benítez era destituido antes del 15 de enero del 2016 sólo cobraría lo que restaba de la temporada en curso, es decir los 1,5 millones de euros netos mencionados anteriormente.

Oficialmente la destitución se produjo en el día de ayer, 4 de enero, once fechas antes de la estipulada en dicho contrato. Lo normal es que Benítez sólo perciba la cantidad restante de esta temporada 2015-2016; pero ahora deben sentarse ambas partes a negociar y habrá que ver cómo acaban finalmente las cosas; más pensando el malestar existente en Rafa Benítez y su entorno más cercano con todo lo sucedido.

Esta etapa para Benítez quedará como una amarga y corta experiencia en el club de sus “amores”. El técnico anhelaba entrenar en el Bernabéu desde que Vicente del Bosque le fichó para la cantera madridista.

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