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Asamblea del FMI ¿Tipos negativos eternamente? Los bancos centrales buscan la salida

Dos preocupaciones centran el debate en las reuniones del FMI: la desaceleración económica mundial, y los riesgos para los fondos de pensiones, la banca y la estabilidad financiera general que suponen los 15 billones de dólares en bonos con interés negativo.

El logo del BCE aparece reflejado durante la conferencia de prensa sobre los resultados de la reunión del Consejo de Gobierno de la entidad, en Fráncfort, en marzo de 2019. REUTERS/Kai Pfaffenbach

Leika Kihara, Howard Schneider y Megan Davies/Reuters

A los dirigentes económicos con más poder en el mundo les está costando mitigar el dolor por la ralentización de la economía mundial, con poca munición a su alcance y la creciente preocupación de que una de ellas, los tipos de interés negativos, ya esté creando problemas adicionales.

En un mundo ideal, los dirigentes electos recurrirían más a programas fiscales y reformas estructurales que mejorarían el crecimiento y permitirían que los tipos de interés puedan subir.

Sin embargo, tras tres días de conversación en Washington, en el marco de la asamblea anual del FMI y del Banco Mundial, el dilema ha quedado claro: ya sea la guerra comercial entre Estados Unidos y China, la austera disciplina de Alemania o el prolongado proceso del Brexit, las políticas gubernamentales se están moviendo en la otra dirección, impulsando a los banqueros centrales a realizar mayores esfuerzos de rescate y es probable que conduzcan a unos tipos aún más negativos.

"Todavía tenemos herramientas que pueden utilizarse según sea necesario", dijo el gobernador del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda. "No creo que el efecto de la política monetaria haya disminuido significativa o materialmente." Con todo, Kuroda dijo que una situación prolongada de bajos tipos de interés podría tener "efectos secundarios en el sistema financiero. Hay que tener cuidado".

Los tipos de interés negativos son ahora una realidad en Europa y Japón, y muchos otros países, entre ellos Estados Unidos, están reduciendo los niveles a los que quieren situar sus tipos de interés.

"No está muy claro cómo vamos a salir de esta situación", dijo el profesor de economía de la Universidad de Stanford John Taylor en una reunión del Instituto de Finanzas Internacionales (Institute of International Finance).

Taylor hizo estas declaraciones en una mesa redonda sobre bancos centrales, donde se puso de manifiesto lo mucho que ha cambiado el panorama en la década transcurrida desde la crisis financiera de 2007-2009. Lejos del debate sobre si las políticas no convencionales son apropiadas o no, la discusión se centra ahora en si los bancos centrales tradicionales pueden incluso sobrevivir, o si situaciones anómalas como las tasas negativas se han convertido en escenarios que se perpetúan a sí mismos, y si los bancos centrales necesitarán comenzar a financiar abiertamente programas estatales para obtener el gasto fiscal que les dé un salida de los mismos.

"Tenemos que facilitar a los políticos la gestión de la política fiscal cuando la política monetaria no está funcionando bien", dijo el exvicepresidente de la Reserva Federal Stanley Fischer, ahora asesor principal de la firma de inversión BlackRock.

A la baja

El debate en las reuniones del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial de esta semana estuvo dominado por dos preocupaciones: una desaceleración económica mundial marcada por cambios drásticos en las estrategias económicas, y los riesgos para los fondos de pensiones, los bancos y la estabilidad financiera general planteados por los aproximadamente 15 billones de dólares, estimados por el FMI, en bonos que ahora pagan un tipo de interés negativo.

Ante la utilización de la relajación monetaria para amortiguar el impacto de la guerra comercial y otros riesgos, a algunos analistas les inquieta el riesgo que implica que los bancos centrales avalen las mismas medidas que según ellos podrían frenar el crecimiento.

"Existe una especie de visión benigna de que los bancos centrales están haciendo todo lo posible para compensar el daño causado por un grupo de dirigentes desde las instancias gubernamentales", dijo Brian Coulton, economista jefe de Fitch Ratings. "Hay un peligro real por la confianza errónea que se deposita en la capacidad de los bancos centrales a la hora de solucionar todos estos retos para el crecimiento."

Sin embargo, es posible que no tengan otra opción.

Antes de la conferencia, los economistas del FMI recortaron sus previsiones de crecimiento mundial al ritmo más lento desde la crisis financiera de 2008-2009, lo que dio pie a un inicio sombrío de las reuniones.

En un comunicado emitido el sábado, la comisión directiva del FMI dijo que los países miembros deberían "emplear todas las herramientas apropiadas, individual y colectivamente, para mitigar los riesgos".

Con tipos de interés cercanos a cero o por debajo, la compra de activos es ahora la principal herramienta monetaria para algunos bancos centrales. El BCE, por ejemplo, ha reducido su tipo de interés básico a un mínimo histórico del -0,5% y ha puesto en marcha un programa de compra de bonos por tiempo indefinido que probablemente hará que esté actuando en el mercado durante los próximos años.

"Los riesgos de que se incumplan las perspectivas de crecimiento de la zona del euro siguen inclinados a la baja", afirmó el presidente saliente del BCE, Mario Draghi, en la reunión del FMI celebrada el viernes. "El consejo de gobierno sigue dispuesto a ajustar todos sus instrumentos."

Más allá de la zona euro, Estados Unidos y Japón, otros países también están bajando los tipos de interés. El banco central ruso, que ha estado recortando los tipos de interés este año a medida que el crecimiento económico se desaceleraba y la inflación disminuía, estará listo para actuar "más decisivamente" a la hora de rebajar los tipos de interés, dijo la gobernadora Elvira Nabiullina.

La vicegobernadora del Banco Central de Ucrania, Kateryna Rozhkova, dijo que el banco tiene la intención de reducir gradualmente el tipo de interés oficial.

Síntomas de enfermedad

Si bien los tipos más bajos favorecen el crecimiento, la consecuencia de una política ultralaxa es que puede generar una mayor asunción de riesgos, al buscar rentabilidad los inversores, según los expertos.

"Sí que nos preocupa el efecto secundario, que es que los inversores están buscando rendimiento", dijo Tobias Adrian, asesor financiero y director del departamento de mercados monetarios y de capitales del FMI. "Eso es, en última instancia, lo que está llevando a los bonos de alto rendimiento a un territorio negativo en algunas partes del mundo."

Adrian señaló el aumento del apalancamiento en el sector corporativo y dijo que el FMI ha observado un aumento de las valoraciones en algunos mercados de renta variable, en muchos mercados de bonos corporativos y en los mercados de bonos gubernamentales de todo el mundo.

Los tipos de interés negativos pueden estar ocultando "profundos problemas subyacentes", dijo Ásgeir Jónsson, gobernador del Banco Central de Islandia. Son un "signo de enfermedad para las economías desarrolladas".

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