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La banca dispara su beneficio y exprime a familias y empresas con 19.600 millones en intereses por la subida de tipos

Los seis grandes bancos aumentan sus ganancias un 13% en el primer trimestre. El nuevo impuesto a la banca 'corrige' la presión fiscal de las entidades financieras que hasta ahora venían pagando menos impuestos que los hogares y las empresas.

Varias personas son atendidas en una sucursal bancaria, en una imagen de archivo
Varias personas son atendidas en una sucursal bancaria, en una imagen de archivo. Depositphotos

El negocio de la banca ha dado un acelerón con las subidas de tipos de interés. Las mismas que llevan a una situación límite a la economía europea y transforman el escenario inflacionista de EEUU en otro de recesión, combinada con una crisis bancaria al devaluar los activos de sus bancos al mismo tiempo que las familias se empobrecen y el acceso a la financiación para hogares y empresas se complica.

Algunos de esos rasgos comienzan a darse en España, donde los resultados del primer trimestre de los seis grandes bancos -Bankinter, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Santander y Unicaja- sitúan en 19.604 millones de euros en tres meses los ingresos que han obtenido el llamado margen de intereses.

Ese ritmo de ingresos netos por créditos e hipotecas, de 215 millones de euros diarios, se encuentra en la base de unas ganancias finales de 5.696 millones de euros que suponen una mejora del 13,3%, que llegan tras un año de récord. Estas ganancias se habrían disparado al 23,5% sin el gravamen especial para hacer frente a la necesidad de recursos públicos por las consecuencias de la guerra de Ucrania y la espiral inflacionista.

Los avances en los beneficios netos del primer trimestre alcanzan un 21% en CaixaBank, un 10% en Santander y un 14% en BBVA, cuyos réditos reducen algunos analistas en 184 millones al ir destinados a participaciones minoritarias.

Ese desmesurado volumen de ingresos por intereses se combina con otras dos patas: algo más de 6.000 millones de euros en comisiones, a una media de 66 diarios, y una remuneración prácticamente nula para los depósitos y baja para los plazos de las mismas familias y empresas que pagan vía intereses los platos rotos de las recetas monetarias que aplica el Banco Central Europeo (BCE). Unas recetas con las que se pretende atajar una inflación desatada, si no por completo, sí en gran medida, como consecuencia de sus políticas expansivas frente a la crisis asociada a la pandemia.

"Hay unos márgenes millonarios. Seguimos con los depósitos bajo cero mientras cada mes suben los intereses de créditos e hipotecas y se mantienen las comisiones", explica Antonio Luis Gallardo, economista de la Asociación de Usuarios Financieros (Asufín). Gallardo recuerda cómo "las comisiones estaban subiendo porque los ingresos por intereses eran bajos, pero se están manteniendo ahora que están aumentando".

"Todavía no se ve todo el efecto de las subidas de tipos, pero ya se nota", señala el economista Carlos Sánchez Mato, para quien resulta "preocupante que se esté manteniendo el coste de intermediación", que es como se denomina en términos técnicos a las comisiones.

Las subidas de los tipos de interés han provocado una notable mejora del negocio bancario, ya que el margen de intereses (los ingresos netos por ese concepto una vez descontados lo pagado de lo cobrado) ha aumentado un 26% en el negocio global de la gran banca española al pasar de 15.965 a 19.604 (8,97 por hora), unos datos que para el negocio local son de 4.720 y 6.721.

Ese aumento de 2.001 millones de euros en el margen de intereses en España, donde gigantes de origen local como Santander y BBVA solo tienen entre la cuarta y la quinta parte de su negocio, da una idea del grado de intensidad que el que las familias y empresas del país están sufriendo las consecuencias de la subida de los tipos de interés.  Supone casi la mitad del avance global (4.241), cuando el volumen es de apenas un tercio. Y con un aumento del 42% en relación con el primer trimestre de 2022.

Los 6.721 millones que esos seis bancos tienen anotados como ingresos netos por intereses han dado lugar a beneficios a escala local de 2.286 millones de euros. El avance del 20,5% habría sido del 108%, más del doble, sin los 1.120 destinados a pagar el primero de los dos plazos del gravamen, anotado de manera íntegra en sus cuentas en el caso de Unicaja.

La clave del negocio se encuentra en lo que los bancos cobran por el dinero que prestan y en lo que pagan por el que depositan en ellos familias y empresas y, en menor grado, las administraciones públicas.

Según los datos del Banco de España, las entidades financieras españolas están gravando con una media del 3,54% las nuevas hipotecas y con una horquilla del 7,94% al 8,94% los créditos al consumo, mientras aplican una media del 4,11% a los préstamos a las empresas.

Mientras tanto, los depósitos de los hogares reciben una remuneración media del 0,08%, y los de las empresas, otra del 0,27. Los rendimientos  se sitúan en el 1,31% y el 2,38% para los plazos, aunque solo para las operaciones cerradas en marzo, ya que al cierre del año esas tasas estaban por debajo de la mitad con la excepción de los depósitos aplazados de las compañías.

Esa política comercial deja por ahora sin retribución el billón largo de ahorros y fondos, 915.606 millones de los hogares y 263.180 de las empresas, depositados en cuentas corrientes y de ahorro y los más de 110.000 millones (69.886 y 41.828) provisionalmente inmovilizados en plazos fijos.

"Al final van a verse obligados a ofrecer algo de remuneración, aunque va a estar muy alejada de los niveles de mercado", pronostica Gallardo. El economista llama la atención sobre el hecho de que "los bancos están viendo cómo mantienen unos saldos multimillonarios sin dar nada por ellos y los clientes no se mueven".

"La crisis de EEUU anima a no poner todos los huevos en la misma cesta, pero aun así es una minoría de clientes la que se muestra activa y busca mejores refugios para su dinero", añade.

"El cliente se queda con una remuneración del 0%, y en esa situación a la banca no le compensa hacer movimientos, no le sale rentable. Los que han ido a hacer cola en invierno al Banco de España para coger letras del Tesoro al 3% son una minoría", añade.

El otro punto central de interés en los resultados del primer trimestre de la gran de española se encuentra en el impacto del gravamen especial en sus cuentas. Eso, siempre que se pasen por alto algunas cosas que no están pasando, como el no refuerzo de las entidades a través de las provisiones ante un escenario de previsible aumento de los impagos a corto o medio plazo.

"Todavía no empiezan a notarse los problemas de morosidad, pero tampoco están aumentando las provisiones en previsión de que las cosas puedan comenzar a torcerse. No están aprovechando la situación para reforzarse y mejorar su solvencia", señala Sánchez Mato, en una tendencia que podría considerarse cronificada en un sector financiero cuya realidad, pese a la propaganda, tiene bastante de frágil.

El gravamen extraordinario le ha supuesto a la gran banca española un desembolso de 1.120 millones de euros, en unas cantidades que oscilan entre los 64 de Unicaja, la única que ha imputado todo el pago a las cuentas del primer trimestre, y los 373 de CaixaBank. Esta última, como el resto, ha hecho un primer desembolso en espera de cerrar el segundo en unos meses. Esto situaría el montante final en el entorno de los 2.180 millones de euros.

Propaganda y catastrofismo al margen, ese impuesto va a tener entre sus efectos el de elevar la presión fiscal a una gran banca que hasta ahora venía pagando proporcionalmente muchos menos impuestos que las familias o el común de las empresas españolas.

El año pasado, el margen bruto de las seis principales entidades financieras del país (sus ganancias antes de almacenar una parte como provisiones, pagar los impuestos y repartir el resto como beneficios entre sus accionistas) se elevó en su negocio global hasta 57.529 millones mientras que su tributación fue de 6.117, es decir, de un 10,6%.

Esa tasa queda muy lejos de la del 14,1% que soportaron las familias en el IRPF, el 15,2% con el que fue gravado el consumo a través del IRPF o el 20,4% sobre la base imponible (9,4% sobre el resultado contable), según indica el resumen de tipos efectivos de la Agencia Tributaria.

De cumplirse las previsiones de recaudación del gravamen (las finales, superiores a las previas de 1.500 millones), y si la gran banca española soporta liquidaciones similares a las del año pasado en el resto de tributos, su presión fiscal comenzará a alinearse con la de familias y empresas, ya que se situará en el entorno del 14% y el 15%.

Y está por ver cómo le impacta la obligación de tributar un mínimo del 15% de los beneficios en el Impuesto de Sociedades que, en línea con las directrices de la OCDE y el G20, entre en vigor dentro de unos meses.

Las cuentas oficiales y las estimaciones sobre el primer trimestre inflan esa presión fiscal al no extender para el resto de trimestres el pago del gravamen ni los anticipos de impuestos que se liquidan en enero.

"El gravamen supone un 7,4% del negocio de la banca en España", explica Sánchez Mato. Anota que a pesar de los 1.120 millones del primer plazo, los bancos "han ganado un 14% más, lo que da una idea del brutal incremento de márgenes".

"Me sabe a poco. Sobre todo porque el gravamen solo se recauda en 2 trimestres" y "siguen teniendo beneficios obscenos", indica en un hilo de Twitter. En el mismo señala que "el 62% del incremento del beneficio neto obtenido por los principales bancos españoles a nivel global ha ido a pagar el nuevo gravamen, y el 38%, a los accionistas".

"El impuesto a la banca en realidad lo están repercutiendo al cliente al no remunerar el ahorro", añade, por su parte, Gallardo.

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