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La banca prepara otros 12.000 despidos tras migrar a internet más de la mitad del negocio

Santander, Sabadell e Ibercaja ponen sobre la mesa sendos ERE y planes de salida con más de 5.000 bajas mientras las fusiones y la digitalización amenazan la continuidad de otros 7.000 empleos en un sector que ha expulsado a casi 90.000 trabajadores en una década.

Imagen de la sede central del BBVA en Madrid.
Imagen de la sede central del BBVA en Madrid. REUTERS

eduardo bayona

La pandemia ha acelerado la migración a internet del negocio bancario hasta el punto de que los clientes de las entidades financieras españolas ya realizan a través de la red más de la mitad de las operaciones, algo que, junto con las fusiones previstas, va a provocar en los próximos meses un nuevo recorte de al menos 12.000 empleos en un sector que ya prescindió de casi 90.000 trabajadores en la última década, la misma en la que, tras engullir 73.000 millones de dinero público a través del rescate, las cuentas de resultados sumaban unos beneficios acumulados de 100.000.

La reconversión del negocio tras la anterior crisis se llevó por delante a 87.900 trabajadores entre 2009 y 2019 (96.726 si se añade el anterior) para reducir las plantillas a 181.575, lo que equivale a prescindir de un tercio de la mano de obra, según indican los datos del Banco de España, que también recogen cómo en la segunda mitad de ese decenio cerraron una de cada cuatro sucursales (7.876 de 32.073) y desaparecieron 40 entidades.

Y todo apunta a que la pandemia, que ha provocado una intensa migración de los usuarios desde las oficinas presenciales a los portales de internet de las propias entidades, entre otros cambios en un negocio que subsiste gracias a las comisiones, va a acelerar el achique del empleo en el sector financiero. De hecho, así lo adelantan los propios bancos en los informes de resultados del tercer trimestre del año (disponibles aquí) que han ido remitiendo a la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores).

"La crisis sanitaria provocada por la covid-19 está siendo un factor de aceleración de la digitalización", señala el BBVA, que considera que "esta crisis ha puesto de manifiesto lo acertado de la apuesta" por esa transformación tecnológica.

Ventas y transacciones migran a la red

La actividad virtual de todos los bancos se ha disparado con la pandemia, que ha reducido prácticamente, aunque no eliminado por completo, todas las actividades económicas y sociales de carácter presencial.

El de mayor tamaño del país, Santander, ha realizado en lo que va de año por canales digitales el 44% de sus ventas, lo que engloba créditos, seguros e hipotecas, entre otros seguros. Tiene 41 millones de ciberclientes en el mundo (5,1 de ellos en España), de los que 34 operan a través del móvil.

El siguiente en ese ránquing, BBVA, es el más digitalizado con un 63,6% de ventas a través de internet en los nueve primeros meses del año. Casi dos tercios de sus clientes globales (35,6 millones, 62%) operan por internet en mayor o menor medida y, de estos, nueve de cada diez (32,8, 57%) acceden a sus cuentas desde el teléfono. El 22% de los usuarios de banca móvil en España trabajan con BBVA, que efectúa por ese canal el 57,6% de sus ventas, que suponen más del 40% de su volumen de negocio.

La entidad resultante de la absorción de Bankia por CaixaBank también centrará en la red el grueso de sus operaciones. Algo más de la mitad de los clientes de la primera (4,1 millones, 58,8%) operan a través de internet, canal en el que cierra un 40,5% de sus ventas tras un avance de más de catorce puntos en lo que va de año, mientras que la segunda supera los siete millones de usuarios digitales, lo que supone un 66,1% del total.

En la clase media bancaria, mientras Bankinter solo ofrece datos de EVO, que comercializa una hipoteca con tramitación 100% digital y que aplica sistemas de biometría para identificar la voz de sus clientes, Sabadell cerró en el tercer trimestre a través de canales remotos el 93% de las operaciones de servicios y el 36% de las ventas de préstamos.

"El número de clientes digitales (web y app) a finales del tercer trimestre de 2020 ha representado un 54% del total" en el caso de Unicaja, mientras que en el de Ibercaja, entidad en la que "el 76,3% de las transacciones se realizan ya por canales digitales", el "52,5% de los clientes ha utilizado los activos digitales del banco en el último trimestre".

Santander, Sabadell e Ibercaja recortan empleos

Esa mutación del negocio ya estaba teniendo en el empleo del sector bancario unos efectos destructivos que con la pandemia van a verse intensificados con un ritmo vertiginoso. De hecho, ya han comenzado a hacerlo en entidades como Santander e Ibercaja, que han puesto sobre la mesa sendos ERE, y en Sabadell.

Este último avanza que su adaptación a esos cambios tecnológicos, que prevé financiar con lo que saque de la venta de parte de su cartera de renta fija, tendrá como objetivo "ajustar la estructura de la organización y los costes a la nueva realidad competitiva" con un "plan de eficiencia y transformación digital" que comienza a implementar ahora, y que incluye un plan de salidas con 1.800 bajas que planteó esta semana a los sindicatos.

El banco prevé ahorrar 115 millones de euros anuales con un paquete de medidas que, además de "reducir las estructuras regionales de soporte", contempla simplificar los procesos internos, fomentar el "autoservicio en actividades transaccionales" y automatizar las actividades de los centros de operaciones. También incluye "otras actuaciones que permitirán a la entidad reducir costes, como la reducción del uso de espacios y otros menores costes discrecionales", algo que, traducido a lenguaje coloquial y entre otras cosas, significaría un cierre de oficinas paralelo a los recortes de personal.

También Santander ha abierto el periodo de quince días previo a la negociación de un ERE que, aunque todavía no existen cifras oficiales, los sindicatos temen que contemple de entrada el recorte de 3.000 empleos dentro de un proceso con el que el banco pretende ahorrarse 1.000 millones al año en Europa.
Tampoco en este caso la mejora del negocio en la red, ni su vinculación con el coronavirus, queda al margen. "El uso de productos y servicios digitales siguió aumentando, en parte gracias a un mayor crecimiento durante la pandemia", índica su informe, que también anota que "el avance en la digitalización y una mayor reducción de costes" le permitirán mejorar los resultados. La inversión digital, añade, "mejora la eficiencia operativa".

La pequeña banca y las fusiones

Ibercaja, que también destaca cómo "el avance en el proceso de digitalización" le ha permitido "reforzar la actividad" en "unas coordenadas con limitaciones para la operativa presencial", es el tercer banco que ya ha puesto sobre la mesa un ERE, en este caso de hasta 790 bajas frente a las 550 que contemplaba el que acabó retirando la pasada primavera y que irá acompañado del cierre de una de cada cinco oficinas.

Mientras fusiones como la de CaixaBank y Bankia amenazan con llevarse por delante otros 5.000 empleos, a los que se añadirían otros 1.500 con la eventual de Liberbank y Unicaja, esos anuncios indican que la digitalización y los recortes de empleo van a ser simultáneos tanto en la gran banca, que ya ha reducido sus plantillas en más de 1.700 trabajadores en lo que va de año, informa Europa Press como en la de menor tamaño.

Así, Liberbank habla de "una reasignación eficiente de los recursos" y de la necesidad de adaptar "el sistema productivo a la nueva realidad" cuando se refiere a los "indicios de que la pandemia acelerará cambios estructurales en la economía", mientras que Unicaja declara que "incorporar una mayor eficiencia en los procesos de funcionamiento internos" es uno de los objetivos de su transformación tecnológica.

Sin comisiones pero con riesgo de 'hackeo'

La progresiva digitalización de la actividad bancaria, que las entidades financieras pretenden utilizar como una vía para reducir costes, también afecta a una de las patas fundamentales de su negocio como son las comisiones, y que ya suponen un tercio de sus ingresos brutos.

Los recargos por la prestación de servicios no se le cargan al cliente como cuando opera en ventanilla por una sencilla razón: es él mismo quien realiza las operaciones, sin que intervenga el personal del banco.

En este sentido, BBVA reseña cómo entre enero y septiembre los ingresos de su grupo bancario por comisiones se redujeron un 8,7%, "resultado principalmente de las menores comisiones por operaciones con tarjetas de crédito y de banca de inversión, así como por un aumento en la transaccionalidad a través de canales digitales, los cuales no generan comisiones para los clientes particulares". Ese descenso rondó en el BBVA los 300 millones de euros en los primeros nueve meses del año.

Esa migración del negocio bancario a la red tiene otro fleco abierto, y que en este caso afecta tanto a los clientes como a los bancos, en la actividad de los hackers o piratas informáticos. De hecho, el BBVA admite que "el incremento del trabajo en remoto y las transacciones digitales a raíz de la crisis del coronavirus han provocado un aumento en el riesgo de ciberataques" que les ha obligado a tomar medidas para "asegurar la protección de datos y la información corporativa".

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