El presidente del BBVA, Carlos Torres Vila, ha dicho este jueves que la investigación sobre la relación del banco con la empresa Cenyt, del excomisario de Policía José Manuel Villarejo, "se está alargando demasiado".

Durante la rueda de prensa virtual celebrada con motivo de la presentación de los resultados del pasado ejercicio, Torres Vila se ha referido a la última prórroga decretada por el juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón, y ha abogado por que "sea la última", ya que "es muy cansino esto".

La pasada semana, el titular del juzgado central de Instrucción número 6 amplió el plazo de las pesquisas hasta el próximo 29 de julio, al quedar pendientes varias pruebas, incluidas seis testificales, de las que podrían surgir nuevas diligencias.

"Querríamos que no hubiera más prórrogas. Es muy cansino esto, y creo que las diligencias se pueden dar en estos seis meses", ha insistido el presidente del BBVA, que ha manifestado su respeto por la Justicia sin olvidar que "la instrucción se abrió en 2018 y estamos en el 2022".

No obstante, ha preferido no entrar a valorar la causa: "Actualizamos en la web nuestro punto de vista y hay una buena evolución histórica del banco, de colaboración con la Justicia, de qué ha pasado aquí y tomar acciones".

Ante el interés de los periodistas, Torres Vila ha explicado que, desde el primer momento, la estrategia del BBVA "ha sido investigar qué ha pasado, con toda profundidad", y ha hablado del informe forensic encargado a PwC, que fue un trabajo "muy profundo".

También "se ha entregado al juez toda la información en bruto", ha añadido el presidente de la entidad, que entiende que "es difícil colaborar de manera más intensa".

"No ha surgido nada distinto de todo lo que hemos entregado. Se ha constatado nuestra colaboración y entiendo que haya percepciones distintas, que cada uno perciba lo que perciba, pero la realidad es la que yo estoy diciendo, que sería difícil colaborar de una manera más intensa. Lo que queremos es que avance la instrucción con todas las diligencias que sean necesarias, por supuesto, pero sin dilación", ha recalcado.

La operación Trapa tuvo lugar entre 2004 y el primer trimestre de 2005 tratándose del primer proyecto contratado de los al menos ocho hasta 2016 que se investigan en la novena pieza separada del caso Villarejo. El nombre de Trapa (y luego Trampa corrigiendo la ortografía) viene de la palabra trampantojo ("trampa ante el ojo") el juego visual que mediante sugestión hace ver como real lo que tan solo es una apariencia. El análisis de Público del proyecto Trapa o Trampa concluyó en que bajo el relato trampantojo, se escondía una operación financiera redonda tanto para el presidente del banco Francisco González en términos de consolidación de su puesto, como para los accionistas de Sacyr que obtuvieron ganancias millonarias cuando esta constructora vendió lo que en realidad resultó que tenía de "acciones" de BBVA: opciones.  

A mediados de 2019 el juez acordó la imputación tanto del BBVA como del que fuera su presidente Francisco González en una causa en la que figuraban como investigados otros exdirectivos del banco, como el exjefe de Seguridad Julio Corrochano, o el ex consejero delegado Ángel Cano.