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El BCE esquiva los números rojos en 2022 por sus subidas de tipos gracias a su 'colchón' antirriesgos

La entidad echa mano de 1.627 millones de euros de su provisiones, y deja su resultado contable a cero. Por ello, el instituto emisor de la Eurozona "no distribuirán beneficios a los bancos centrales nacionales".

El logo del BCE a la entrada de su sede en Fráncfort. REUTERS/Wolfgang Rattay
El logo del BCE a la entrada de su sede en Fráncfort. Wolfgang Rattay / REUTERS

El Banco Central Europeo (BCE) sufrió pérdidas el año pasado, ya que sus propias subidas de los tipos de interés le obligaron a depreciar el valor de algunos bonos y a desembolsar miles de millones de euros en balances creados durante una década de emisión masiva de dinero.

Sus cuentas de 2022, no obstante, aparecen al dejar a cero su beneficio neto, frente a las ganancias de 192 millones contabilizadas en 2021, después de recurrir a 1.627 millones de euros de su provisión para riesgo. De este modo, el instituto emisor de la zona euro explicó que "no se distribuirán beneficios a los bancos centrales nacionales de la zona del euro".

El recurso a la provisión para riesgos financieros se elevó en 2022 a un total de 1.627 millones de euros con el fin de cubrir las pérdidas incurridas durante el ejercicio, en contraste con los 610 millones provisionados en 2021. La utilización de estas provisiones plantea interrogantes sobre si el BCE podría quedarse algún día sin esos colchones y quién pagará la factura de su pasada generosidad ahora que la inflación ha vuelto y los tipos son altos.

La mayor parte de las pérdidas reveladas el jueves proceden de amortizaciones en la cartera relativamente pequeña de fondos propios y dólares estadounidenses del BCE y de los intereses que pagó a los bancos centrales de los países miembros de la zona euro.

Pero el BCE aún no ha abordado la valoración de cientos de miles de millones de euros en bonos adquiridos en el marco de su programa de estímulo, una cuestión mucho más importante, especialmente para los bancos centrales nacionales que realizaron la mayor parte de las compras.

Es probable que los valores se hayan desplomado desde que el BCE empezó a subir los costes de los préstamos y a frenar las compras de activos el año pasado para luchar contra un repentino aumento de la inflación.

Los dirigentes monetarios decidieron no anotar el valor de esos bonos en el balance del BCE, donde se contabilizan "a coste amortizado sujeto a deterioro", una fórmula que les permite ignorar algunas fluctuaciones del mercado.

A finales de diciembre, el BCE valoraba en 457.300 millones de euros los bonos mantenidos en su balance y adquiridos en el marco de sus programas de estímulo, lo que equivale a algo menos del 10% de todos los bonos mantenidos por el Eurosistema de bancos centrales en el marco de dichos programas.

El banco central de la zona euro, que cuenta ahora con 20 países miembros, dispone aún de 6.600 millones de euros de provisiones, 8.900 millones de euros de capital y 36.100 millones de euros en una "cuenta de revalorización" destinada a cubrir las pérdidas del mercado.

Si estos colchones se agotaran, podría solicitar a sus accionistas (los 20 bancos centrales nacionales de la zona euro) una ampliación de capital o, lo que es más probable, trasladar las pérdidas a ejercicios futuros.

Esto supondría un desafío a la doctrina del BCE de que un banco central con escasos recursos propios "puede considerarse que no es independiente desde el punto de vista financiero y, en consecuencia, que sus medidas políticas no son creíbles".

Algunos de los mayores bancos centrales nacionales de la zona euro también presentarán sus informes anuales en las próximas semanas.

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