Este artículo se publicó hace 4 años.
Emergencia por el coronavirus¿Por qué cae tanto el precio del petróleo?
Antonio Turiel, doctor en Física Teórica y estudioso sobre la explotación de materias primas, pronostica unos años "muy turbulentos" y económicamente "muy inestables".
Marià de Delàs
Barcelona-Actualizado a
"No se había visto nunca en la historia". "Los productores pagan a los clientes para que se lleven los excedentes". "El petróleo se hunde y cotiza en negativo", se ha podido podido leer y escuchar en diferentes medios de cualquier lugar del planeta.
Lo cierto es que, tal como informaba la agencia Reuters este martes, "centenares de millones de barriles de crudo han tenido que ser almacenados en todo el mundo en los últimos dos meses después de que las medidas de confinamiento impuestas a causa del coronavirus hundieran en un tercio la demanda global de petróleo".
¿Cómo se tiene que interpretar esta bajada tan espectacular?
"No hay ningún misterio. Hay una caída del consumo a escala mundial brutal", explica a Públic el científico Antonio Turiel, conocido por sus estudios sobre el agotamiento de combustibles fósiles y materias primeras.
Le pedimos que nos ayude a entender el fenómeno y explica: "De hecho en el último informe sobre el estado del mercado del petróleo de la Agencia Internacional de la Energía, se dice que el consumo de petróleo en el mundo ha caído un 30%, que es una burrada. Tenemos que pensar que en las profundidades de la crisis de 2008 cayó en torno a un 4% o un 5%, y ahora ha caído en un 30%".
"Esto es una animalada y es básicamente porque hay menos consumo", remarca Turiel, pero aclara: "Sigue habiendo demanda, pero mucha menos, y entonces se ha producido este fenómeno curioso, que hemos visto que se ha interpretado bastante mal en algunos lugares, sobre aquello que dicen de los precios negativos del petróleo que en realidad son los precios negativos de los contratos a futuro. No se trata del precio del petróleo que se sirve inmediatamente, sino que lo que simplemente pasa es que había unos futuros, que son este tipo de productos comerciales con los cuales comprador y vendedor se aseguran un buen precio".
"Obviamente, ahora que el petróleo está bajo de precio, lo que ha hecho todo el mundo, como es normal, es comprar ahora", porque se puede almacenar sin perder calidad durante unos seis meses. "Mucho más no, porque uno de los problemas que tiene el petróleo es que cuando lo sacas de bajo tierra, entra en contacto con el oxígeno, y entonces se empieza a oxidar y a degradar", precisa Turiel.
"El problema está en eso, en que están a punto de vencer en una semana los contratos a futuro en Estados Unidos, y entonces lo que pasa es que en el mercado del petróleo se ha pasado del 'me lo quitan de las manos' al 'que me lo quiten de las manos'".
"Ahora están pagando una prima para que alguien se haga cargo de esto, porque además el problema que tienen es que han de hacer frente a indemnizaciones y no quieren. Es por eso por lo que se producen estos precios digamos negativos, de los que están vendiendo contratos de futuros", añade Antonio Turiel.
Reactivación económica, ¿cuándo?
Hay quién dice, sin embargo, que los operadores han comprado mucho petróleo porque confían en una rápida recuperación. Piensan que la actual crisis no es sistémica, que por lo tanto durará poco y que cuando se acabe estarán en una posición de privilegio.
"Obviamente cuentan con que habrá una gran reactivación económica y que en un futuro no muy lejano se podrán deshacer de este petróleo. En caso contrario no tendría sentido, porque a partir de seis meses los costes de mantenimiento de este petróleo, con el peligro que se degrade y acabe siendo inservible, empiezan a ser importantes", señala Turiel, que advierte que antes de la pandemia y del confinamiento "ya se estaba preparando una crisis económica" y que "habrá una caída del consumo muy importante, mucha gente que se quedará sin trabajo, muchos negocios pequeños, medianos y alguno de gordo cerrarán en los próximos meses y habrá una recesión económica bestial". "No habrá recuperación rápida", prevé.
Todo esto llega después de muchos años de deterioro de las condiciones del mercado para los productores de petróleo, porque "la producción se había vuelto muy cara", porque el petróleo bueno ya hace tiempo que se acabó, insiste el científico. Los precios que había y la consecuente desinversión ya hacían prever que se produciría una crisis no solo de consumo, sino de producción. "Íbamos hacia una situación de contracción muy fuerte del mercado de producción de petróleo", que la propia Agencia Internacional de la Energía ya había detectado hace unos años, "la cual, combinada con esta caída tan rápida y la crisis económica que inevitablemente sobrevendrá", le llevan a advertir que "nos estamos adentrando en un terreno realmente peligroso y complicado en los próximos años", "aunque se supere la pandemia, que no sabemos cuándo la superaremos", porque no se puede descartar que "caigan varias oleadas", tal como pasó con la gripe de 1918, que duró hasta 1920.
Subidas y bajadas
Antonio Turiel, pronostica "unos años realmente muy turbulentos", muy inestables. "Ya se preveían unos años complicados y creo que todo esto lo ha acelerado y todavía serán peores, "con subidas y bajadas muy rápidas", y lo argumenta de la siguiente manera:
"Cuando una materia prima se vuelve escasa lo que hace el precio es oscilar. Hay momentos en los cuales se produce más de lo que el mercado puede absorber, y el precio baja, y entonces lo que pasa es que, como que la materia se va volviendo escasa, los productores no se ganan bastante la vida porque tienen costes muy elevados, algunos empiezan a quebrar, cierran el negocio, cae la producción, y como consecuencia, como que la producción está por debajo de lo que la demanda quiere, los precios suben mucho. Eso hace daño a la economía, hace daño a la demanda. Ha pasado con muchas materias primas. Una parte de la demanda queda destruida, desaparece. Hay negocios que ya se entiende que no son rentables y desaparecen, y vuelve a bajar el precio. Como que existen esos ciclos, que primero se destruye la demanda, después se destruye la oferta y así sucesivamente, el precio lo que hace es oscilar, va dando bandazos, porque básicamente el suministro de esta materia prima se vuelve no fiable. No puedes confiar ... Lo que necesitas para hacer una planificación económica medianamente buena es que las cosas sean estables".
A la crisis del petróleo, seguramente, habrá que añadir la de otras materias primas, "porque hay muchas que dependen del petróleo, para su extracción y para el transporte, y hay muchas que se encuentran en una situación muy complicada", prosigue el investigador Antonio Turiel, que reconoce su preocupación por lo que "seguramente sobrevendrá y que ya se empieza a ver: una crisis alimentaria global". "Esta es mi previsión por los próximos años", afirma.
Angustia a partir de ahora, a pie de calle
"Existe un riesgo directo e inmediato, en la situación que tenemos actualmente, empezando por los autónomos obviamente. Muchos no podrán mantener su actividad. Tiendas pequeñas, medianas, y en general el comercio está muy resentido, y esto lo que generará será una tasa de paro muy fuerte". Turiel recuerda las previsiones según las cuales, en el Estado español, la caída del PIB podría ser incluso superior al 20%. "Es algo que no se había visto nunca".
La primera preocupación a nivel de calle piensa que es la pérdida de puestos de trabajo, y para quienes no vayan al paro prevé una bajada muy importante de sus ingresos. "Todo esto todavía contraerá más el consumo, con lo cual todavía comprometerá más la viabilidad de muchos negocios", advierte.
"Seguramente sobrevendrá, y ya se empieza a ver, una crisis alimentaria global"
"Entonces después de esta primera bofetada, que se alargará seguramente durante este año y el año que viene, tendremos que ver un poco dónde estamos y hacia dónde podemos ir", porque el panorama que dibuja es evidentemente oscuro: "Si fuera solo una caída de un año y medio o así, sería duro, sería muy complicado, porque estamos hablando de tasas de paro muy elevadas, pero después tendríamos una esperanza de remontar. Si empieza a escasear el petróleo, que es hacia donde vamos, y después el resto de materias primas, el problema es que no puedes remontar, porque te falta el combustible. Entonces resultará que habrás caído a un agujero y ya no podrás volver a remontar. Tendrás que continuar allí abajo o quizás incluso bajar más".
"La preocupación para el ciudadano yo creo que es esta, la gran inseguridad que nos plantea el futuro, de mantener el trabajo, un sueldo digno, y las malas previsiones para los próximos años, y entonces aquí la dificultad final. La angustia es la de qué hago yo a partir de ahora", dice, pero también lanza avisos "a más largo plazo": "Empezarán a faltar cosas que son más importantes, empezando evidentemente por la alimentación. Pero no solo esto. Podemos tener un problema y es que falte ropa. Esto será una preocupación en los próximos años, que verás que los precios de ciertas cosas que consideramos poco caras e indispensables, en ciertos casos serán más caras. Esta será la segunda preocupación que tendremos. Aparte, evidentemente, de que podemos ver también una escalada en el precio de la electricidad, del gas y en general de los servicios.
Así que tendremos una situación de más inseguridad laboral, escasez de algunas cosas que pueden ser importantes y, en general, encarecimiento" de la prestación de servicios. Yo pienso que son estas las preocupaciones más importantes a pie de calle".
"No necesitamos tanto de todo"
"Hemos acumulado problemas durante muchos años, y no les hemos hecho frente porque hemos pensado que se resolverían como si nada. Entonces, ya antes de esto, de lo que ha pasado ahora, que ha sido una cosa inesperada, la situación no era muy buena", señala el doctor Antonio Turiel, que trabaja en un laboratorio de Ciencias Ambientales, y no pasa por alto los más que preocupantes efectos del cambio climático.
"Es evidente que cuando tú haces una cosa que está mal hecha durante mucho tiempo, llega un día en el que toca castigo. Tienes que pagar por aquello que has hecho.
"Si la idea es continuar con el mismo sistema consumista, ya digo de entrada que esto no. No es posible"
¿Perspectivas optimistas? Yo soy una persona muy optimista, porque creo que a pesar de todas las dificultades que tenemos por delante, se pueden hacer cosas y se puede actuar de muchas maneras y no podemos salir de esta situación. Si la idea es continuar con el mismo sistema consumista, ya digo de entrada que esto no. No es posible. Ahora si se habla de cómo nos adaptamos, como hacemos cambios, como hemos de actuar para no necesitar tanto de todo. Que no necesitamos tanto de todo. Cómo hacemos para poder resolver estas dificultades de manera que incluso pueda resultar muy provechosa y muy beneficiosa para todos, creo que nuestra calidad de vida mejoraría en muchos aspectos. Se puede hacer de muchas maneras, con cambios importantes en nuestros hábitos, nuestras relaciones económicas y comerciales. Lo que no se puede hacer es mantenerse con la perspectiva que necesita el sistema económico para salir adelante, que es el capitalismo. Mantener un sistema económico que se basa en un crecimiento infinito y además acelerado en un planeta que es finito, era evidente que tarde o temprano tendría que estallar... Es lo que está pasando ahora, que simplemente está estallando porque ha habido esta chispa del coronavirus, que lo que ha hecho es acelerar un proceso en el que ya estábamos inmersos. Ahora es un buen momento para pararse a reflexionar. Lo que no puede ser es que estemos acumulando paja y otras cosas que queman fácilmente y ahora ha venido la chispa y todo está ardiendo".
Lo que no podemos pensar, concluye el científico, es en continuar con un sistema que se encarga de alimentar más el fuego.
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