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Trump El acuerdo de la OPEP para cerrar el grifo del petróleo no garantiza la recuperación de los precios

Apurado por la presión de los productores estadounidenses y por las próximas elecciones, el presidente Donald Trump logra un éxito político notable como mediador entre Vladimir Putin y Mohammed bin Salman.

Exteriores de la sede de la OPEP en Viena (Austria)./  Leonhard Foeger (REUTERS)
Exteriores de la sede de la OPEP -OPEC por sus siglas en inglés- en Viena (Austria)./ Leonhard Foeger (REUTERS)

eugenio garcía gascón

El acuerdo alcanzado el domingo por la OPEP+, que incluye a Rusia, prevé una considerable reducción de la producción de petróleo que empezará en el mes de mayo y que por lo tanto no afectará significativamente a la producción durante el corriente mes de abril, de manera que, en el mejor de los casos, los precios del barril no se estabilizarán hasta más adelante.

El objetivo de la OPEP+ es acomodar la oferta a la demanda en un momento en que la demanda se ha visto afectada por la pandemia del coronavirus, haciendo que haya disminuido de un modo importante, especialmente en los países desarrollados que se han visto obligados a hibernar la actividad económica para hacer frente al impacto del Covid-19.

El acuerdo patrocinado por el presidente Donald Trump, quien ha hecho de mediador en la pugna entre Rusia y Arabia Saudí, estará en vigor hasta abril 2022 y prevé una reducción en la producción de hasta 9,7 millones de barriles diarios -alrededor de un 10%- que deberá prorratearse entre los países que participan del cártel de la OPEP+.

La negociación entre las partes implicadas se desarrolló con intensidad en la última semana y en ella jugó un papel destacado la amenaza de EEUU de imponer tarifas a las importaciones de crudo saudíes, una presión que rápidamente ha dado resultado. En realidad, todos los países de la OPEP+ estaban perdiendo mucho dinero con el enfrentamiento personal entre el presidente Vladimir Putin y el príncipe Mohammed bin Salman.

La pugna entre Putin y Bin Salman provocó una caída espectacular de los precios hace un mes, cuando sus respectivos países se lanzaron a producir petróleo muy por encima de la demanda. Este exceso de producción tuvo repercusiones inmediatas en todo el mundo, especialmente en EEUU, donde los productores locales sufrieron el derrumbe de los precios, lo que metió en la fotografía al Congreso, el Senado y, finalmente, la Casa Blanca.

El presidente Trump, que se encuentra en un año electoral y presionado por los disgustados productores americanos, no quería que el problema de los precios repercutiera en su carrera a la reelección, de ahí que haya hecho todo lo que estaba a su alcance para resolver la cuestión.

Otros países productores ajenos a la OPEP+, como Canadá, Brasil y Noruega, además de EEUU, podrían aportar su granito de arena recortando la producción hasta que en total desaparezcan del mercado unos 20 millones de barriles diarios a partir de mayo, esperando que más pronto que tarde la economía mundial empiece a recuperarse.

La guerra de los últimos días condujo el precio del barril a menos de 28 dólares, su nivel más bajo desde hace 18 años. Teniendo en cuenta que la flota de vehículos de numerosos países occidentales ha estado aparcada desde hace semanas y que a la flota de aviones le ha ocurrido lo mismo, no es extraño que muchos vean planear el fantasma de una recesión peor que la que causó la última crisis financiera.

El presidente Trump felicitó efusivamente a Putin y Bin Salman por el esfuerzo que han realizado para llega a este "gran acuerdo" que salvará "cientos de miles de puestos de trabajo en el sector de la energía en los Estados Unidos". De hecho, algunos productores estadounidenses han tenido que cerrar el negocio porque el coste de la producción y la distribución era demasiado elevado. Sin embargo, el acuerdo hará que los consumidores americanos y del resto del mundo tengan que pagar más cuando acudan a las gasolineras a llenar sus depósitos.

En una primera reacción el precio del barril subió a los 31 dólares el barril, aunque algunos analistas dudan de que el acuerdo del domingo por sí solo, es decir de la OPEP+, sea suficiente para mantener la producción en los niveles apropiados por dos motivos: porque creen que el recorte debería haber sido mayor y porque hay productores ajenos a la OPEP+ que no se verán afectados.

Hubo analistas que indicaron que para compensar las tensiones de los mercados, la OPEP+ debería haber reducido la producción por lo menos el doble de lo que ha hecho ya que el consumo mundial de petróleo, que antes de la crisis del coronavirus era de unos 100 millones de barriles diarios, se ha reducido en un 35 por ciento.

En resumen, el precio del barril, que hace seis años alcanzó los 100 dólares, muy posiblemente continuará muy por debajo de esa cantidad durante muchos meses, quizás en torno a los 40 dólares por barril, y solo a medio plazo se verá si sube por encima de los 40 dólares.

Calculando sobre este precio, Arabia Saudí perderá este año unos 105.000 millones de dólares de ingresos en un momento en que necesita mucho dinero para llevar adelante el plan de modernización económica que plantea el príncipe Bin Salman.

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