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Las claves que desmienten el discurso agorero sobre la reforma laboral y el salario mínimo tras el acelerón del empleo

Ni las cicatrices económicas de la pandemia, ni la inflación, ni el difícil contexto internacional, ni tan siquiera la subida del salario mínimo como aseguraban algunos, frenan el dinamismo del mercado laboral en los últimos meses.

Oficina de empleo
Dos personas esperan fuera de una oficina del Servicio Público de Empleo Estatal (Sepe) en Madrid. Carlos Luján / EUROPA PRESS

"Han tenido que pasar 161 meses y cuatro ministros de Trabajo para dar la cifra de paro que damos hoy: hacía catorce años que España no tenía esta cifra de paro". Las palabras de Yolanda Díaz resumen la buena evolución del empleo en España durante los últimos meses: por primera vez desde noviembre de 2008 el número de parados se sitúa por debajo de los tres millones, una cifra muy simbólica que retrotrae a tiempos anteriores a la crisis. El paro se situó en mayo en 2.922.911 personas, gracias a la creación de cerca de 100.000 puestos de trabajo.

Ni las cicatrices económicas de la pandemia, ni la disparada inflación –se situó en el 8,7% en mayo–, ni el difícil contexto internacional con la guerra de Ucrania de fondo, ni tan siquiera la subida del salario mínimo como aseguraban algunos agoreros neoliberales, son capaces de frenar el dinamismo del mercado de trabajo. El empleo creció en mayo en todos los sectores económicos, en todas las comunidades autónomas y sobre todo entre los jóvenes. La afiliación a la Seguridad Social también aumentó significativamente y ya cuenta con con 20.232.723 ocupados entre sus filas. Y todo ello a las puertas de un verano en el que el turismo, uno de los motores económicos del país, promete mejorar aún más las cifras.

Ninguna comparación con períodos anteriores se resiste. En el último año se han creado 955.000 empleos. Si la mirada se alarga un poco más, a mayo de 2012, casi dos millones de personas han encontrado trabajo en la última decada. De hecho, en este momento ya están trabajando en España 540.000 personas más que en febrero de 2020, el mes que surgió la pandemia de covid, que ese año se llevó por delante 622.000 empleos.

El Gobierno no disimula su gran satisfacción. "Después de una pandemia y de las consecuencias económicas de una guerra, que el mercado laboral tenga este comportamiento habla bien claro de que la economía sigue creciendo, que es robusta y que entre todos estamos logrando sostener al tejido productivo de España, algo fundamental para el bienestar de los españoles y la economía", afirmó este jueves la ministra de Hacienda, María Jesús Montero.

La reforma laboral como antídoto contra la precariedad

El regocijo del Gobierno no viene determinado sólo por la cantidad de empleos creados, sino también por la calidad de los mismos. En este sentido, los datos del empleo han superado las expectativas. "Son muy buenos", sostienen desde los sindicatos Comisiones Obreras (CCOO) y UGT. Tanto el Gobierno como los sindicatos atribuyen a la reforma laboral el empujón en el empleo. "Los datos de mayo nos demuestran que cantidad de empleo y calidad pueden ir de la mano", aseguró Joaquín Pérez Rey, secretario de Estado de Empleo.

En lo que va de año se han firmado 1.156.558 contratos indefinidos, un 133% más que en el mismo período de 2021

Desde que a principios de año se aprobó la última reforma laboral impulsada por el Ministerio de Trabajo, mes a mes se ha ido acelerando el número de contratos indefinidos. En los cinco primeros meses de este año se han firmado 1.156.558 contratos de este tipo, un 133% más que en el mismo período del año anterior. A día de hoy, hay un 16% más de trabajadores indefinidos de los que había un año atrás.

Estos datos evidencian que un cambio legislativo puede servir de antídoto contra la precariedad. Algo que muchos ponían en duda. En ese sentido, en la reforma laboral el contrato de trabajo se presume concertado por tiempo indefinido. Además, la reforma puso punto final al contrato por obra y servicio (poniendo coto a los contratos por días) y el temporal también quedó muy limitado: ahora sólo puede optar por esta opción por circunstancias de la producción o por sustitución de persona trabajadora con derecho a reserva del puesto de trabajo.

Sin embargo, los sindicatos llaman a no confiarse y a profundizar en la calidad del empleo, en lucha constante contra la temporalidad. "Las empresas han sustituido temporalidad por parcialidad como fórmula de flexibilidad, por lo que tendremos que valorar más adelante si se consolida la mayor duración real de esos contratos y si de verdad tienen carácter indefinido", explicó este jueves Mari Cruz Vicente, secretaria de Acción Sindical y Empleo de CCOO.

La subida del salario mínimo no afecta al empleo

Los sindicatos también ponen el foco en la necesidad de "proteger los salarios de la inflación" ahora que los datos impugnan que subir el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) tiene consecuencias negativas sobre el empleo, tal como pronosticaron varios organismos, entre ellos el Banco de España, además de los empresarios y toda la derecha política. 

Cuando Pedro Sánchez llegó al Gobierno hace cuatro años en España había 3.252.130 personas en paro. El salario mínimo estaba en 735,9 euros al mes. Ahora está en 1.000 euros y el paro ha bajado este mayo de 2022 más de lo que bajó en mayo de 2018: 99.512 personas frente a las 83.738 que encontraron trabajo en el mismo mes de mayo de hace cuatro años. Ahora hay 329.219 parados menos y el SMI ha crecido un 26,5%. Es más, en este período el salario mínimo ha crecido acompasado al ritmo del empleo y todo ello con una pandemia por medio que paralizó la economía durante meses. Se desmonta así el mantra neoliberal de que la oferta y la demanda de empleo sólo se ajustan si los salarios son suficientemente bajos. En realidad, dándole la vuelta al argumento, un SMI más alto puede alentar el consumo y la actividad económica, lo que repercute positivamente en las empresas y, por tanto, en el empleo.

El peregrino argumento de Feijóo

Tan difícil es ponerle un pero a la evolución del empleo que al PP se le acaban los argumentos: ya no afirma que el salario mínimo destruye empleo ni menta la reforma laboral, de la que llegó a decir que era "mala para España". Ahora Alberto Núñez Feijóo, presidente del PP, ha recurrido a un argumento un tanto peregrino: sostiene, sin aportar pruebas concretas, que los datos son producto de un "maquillaje" del Gobierno. Según el líder del PP, lo que antes era un contrato temporal ahora es un fijo discontinuo y "no computa en el paro". A su entender, "cuando se maquilla la estadística, es difícil hacer comparaciones".

Feijóo también recuerda que España sigue siendo "el país de Europa con más paro de Europa". Es cierto: este pasado miércoles Eurostat, la Oficina Estadística de la Unión Europea, certificaba que con una tasa de desempleo del 13,3% en abril, España está a la cabeza del paro en toda Europa. Sin embargo, Eurostat también recordaba que en el último año España ha estado en el pelotón de cabeza a la hora de crear empleo, una realidad en la economía española que se confirma pese a los pesimistas pronósticos de hace unos meses.

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