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Deuda insostenible o más supervisión de entidades financieras no bancarias: así ve el FMI la economía global

La actividad productiva mundial apenas crecerá un 2,8% este año y un 3% en 2024, según el diagnóstico primaveral del FMI, que mantiene para la zona del euro una inflación alejada del límite del BCE. Te lo desgranamos en diez puntos clave.

El logo del Fondo Monetario Internacional (FMI) en el exterior de su sede en Washington. OLIVIER DOULIERY / AFP
El logo del Fondo Monetario Internacional (FMI) en el exterior de su sede en Washington. Yuri Gripas / REUTERS

La recesión acecha al ciclo de negocios post-covid. De hecho, en la terminología multilateral cualquier crecimiento del PIB por debajo del 3% y del comercio del 3,5% se adentra en el terreno de la contracción. Y los augurios de la reunión semestral de primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI) sitúa sus cálculos por debajo de esta doble frontera. La de la actividad mundial la coloca en torno a su barrera de delimitación -un 2.8% este año y un 3% en 2024- y la del vigor del comercio internacional en el 2,4% y el 3,5% en cada uno de los ejercicios del actual bienio.

Por si fuera poco, los vestigios inflacionistas persistirán. En especial, en el bloque de potencias industrializadas. Con pronósticos del 5,3% y del 2,9% para la zona del euro; del 6,8% y del 3% en Reino Unido o del 4,5% y del 2,3% en Estados Unidos. Todas estas predicciones están por encima del 2% del tope a los que les encomiendan los estatutos fundacionales a sus bancos centrales.

Incluso Japón, el enfermo económico mundial de los últimos dos decenios - aquejado de una larga, tortuosa y estructural metástasis deflacionista-, mantendrá su IPC en el 2,7% y el 2,2% este año y el siguiente. Además, el índice de la escalada global de precios será del 7% en 2023.

En este contexto, España prolonga la visión del FMI de mercado industrializado más dinámico, tanto en 2003 como en 2024 con el que concluyó el pasado ejercicio, en el que el PIB registró un repunte del 5,5%. Este año crecerá un 1,5%, una décima menos que el de EEUU, y un 2% el próximo, nueve por encima de la primera potencia global. Asimismo, se situará por encima del 0,8% y del 1,4% de la zona del euro.

El recorte en la previsión de 2024 se justifica, a los ojos del FMI, por los efectos de las subidas de tipos del BCE para contener la inflación, que pasará factura a las rentas de los hogares y, por ende, a sus gastos de consumo con una cesta de la compra que sigue aumentando el coste de los alimentos. Pese a la tregua que el resto de las materias primas -esencialmente, las energéticas y las metálicas- están dado a los IPC en los primeros meses de este año.

Ante esta compleja tesitura, ¿cuáles son las lecturas que se extraen de los diagnósticos del FMI? Este decálogo ofrece varios de los versículos más relevantes del evangelio económico primaveral del fondo.

1.- Un crecimiento a merced de las presiones financieras

La tormenta bancaria americana y la guerra en Ucrania, con sus consecuencias geopolíticas y económicas, siguen alertando sobre la conveniencia de detener el encarecimiento del dinero más fulgurante e intenso desde la década de los ochenta en el bloque de potencias industrializadas. Palabra del World Economic Outlook (WEO).

Uno de sus autores, Olivier Gourinchas, director del Departamento de Estudios del FMI, no tiene reparos en admitir que el colapso del Silicon Valley Bank (SVB) y de los otros tres bancos en quiebra, que condujo al trágico marzo pasado y que se llevó por delante los 167 años de vida del Credit Suisse al otro lado del Atlántico, "ha reactivado las alarmas sobre la estabilidad de la arquitectura financiera internacional".

Olivier Gourinchas: "Los riesgos han aumentado en el último mes y medio pese a la apariencia de control actual"

"Los riesgos han aumentado en el último mes y medio pese a la apariencia de control actual, porque cualquier distorsión adicional [de los sistemas bancarios occidentales] podría perjudicar significativamente las condiciones financieras y el dinamismo económico", explica Gourinchas. De ahí, añade, que alertara de la "trascendencia de los supervisores, reguladores y autoridades para evitar futuras vulnerabilidades que pudieran surgir".

A lo que dijo, el economista jefe de la institución suma como amenazas globales sobre la economía el alto voltaje geopolítico entre EEUU y China y en el conflicto armado en Ucrania, la ralentización del vigor de los mercados laborales y el descenso productivo a largo plazo de economías como la china o la surcoreana.

2.- El actual será el lustro de menor vigor desde los 90

La advertencia, en este caso, es de su directora gerente, Kristalina Georgieva, quien considera que el PIB global apenas se expandirá un 3% anual en los próximos cinco años. Todo ello será fruto de las políticas proteccionistas, la mayor fragmentación de las relaciones económicas y comerciales, las tensiones geopolíticas y la pérdida de productividad, explica.

Añade, además, que alrededor del 90% de las naciones de rentas altas reducirán sus potenciales de crecimiento por las subidas de tipos. A ello se añade que la invasión rusa de Ucrania ha elevado los riesgos de conflicto entre EEUU y China, mientras su pulso geoestratégico impulsa los precios y se debilitan las transferencias de ayuda y financiación a los países en desarrollo. "El dividendo de la paz ha desaparecido", incide Georgieva.

3.- China e India acapararán la mitad del dinamismo mundial

Asia refuerza su estatus de centro gravitatorio de la economía planetaria. Y lo hace en mitad de la amenaza sobre la globalización de un más que probable decoupling en dos bloques comerciales: uno liderado por EEUU y sus aliados y otro por China con una incierta presencia de socios en su club.

De esta manera, germina otra fragmentación que tiene que ver con el diferencial de dinamismo en los ciclos de las potencias industrializadas y el de los grandes mercados emergentes. Este desacople se vivió por primera vez en la historia durante la crisis financiera de 2008.

India y China serán los motores de esa expansión al acaparar la mitad del futuro crecimiento global. Este modelo encierra dificultades, sobre todo, para las economías de rentas bajas que verán sus exportaciones debilitadas por "la pérdida de demanda de sus productos", explica Georgieva, en un clima dominado por recetas proteccionistas, y, con ello, los ingresos per cápita de sus ciudadanos.

"La pobreza y los episodios de hambruna como los que se crearon durante la pandemia volverán a aparecer", aventuró Georgieva, quien trasladó un contundente mensaje: "Hay que volver a restablecer los lazos de la libertad de tránsito de mercancías, servicios, capitales y trabajadores y acabar con la fragmentación de la economía mundial".

Las mayores correcciones de crecimiento del FMI las protagonizan Arabia Saudí y Sudáfrica. El principal productor de petróleo expandirá un 3,5% su PIB, medio punto más que su predicción de enero, mientras el gran mercado africano apenas crecerá este año una décima después de que el FMI le haya restado nada menos que un 1,1% a su predicción de repunte del PIB.

4.- FMI: "Es demasiado pronto para decir que la tormenta financiera ha pasado"

"Es demasiado pronto para decir que la tormenta financiera ha pasado". Esa es la consigna que lanza Tobias Adrian, director del poderoso departamento monetario y financiero del fondo, a la que acompaña de dos precisiones: existe una "combinación peligrosa de que el colapso bancario americano de marzo reduzca la confianza inversora y añada estrés al ya frágil sistema financiero global" y, además, es preciso que las autoridades y las instituciones ayuden a "restablecer los niveles de resiliencia" de los mercados de capitales.

Continúa explicando Adrian que "quizás, para sorpresa de muchos, las condiciones de financiación puedan verse perjudicadas" todavía, a pesar de los escudos protectores del Tesoro y la Fed, y de las acciones concertadas de la gran banca privada para absorber las entidades que han entrado en quiebra. Y es posible, considera, que se avecine otra etapa de "riesgos financieros", se contraiga el crédito y el precio de los activos sufran "nuevos ajustes".

Tobias Adrian: "Las condiciones de financiación pueden verse perjudicadas aún"

Aun así, Adrian sostiene que el escenario actual "es más parecido a la carencia de ahorros y de concesión de préstamos de los años ochenta en EEUU que al credit crunch de 2008". Aunque, a continuación, explica que los responsables económicos y monetarios deben velar por prevenir "riesgos sistémicos" derivados de la crisis bancaria americana, "incluso si ello implica una pausa en las subidas de tipos de interés" dirigidas a contener las espirales inflacionistas.

5.- Supervisión más rigurosa a las entidades no bancarias

Otra lectura del evangelio, según el área monetaria del FMI, llega desde la sala de máquinas de Adrian, donde se advierte de que se "deberían intensificar" los controles fiscalizadores sobre las entidades prestamistas no bancarias y, de forma especial, las que operan en mercados emergentes.

Los años de bajos tipos de interés y de escasa volatilidad y amplia liquidez han creado bolsas de vulnerabilidad financiera que han protagonizado este tipo de instituciones que se alejan de la supervisión de los bancos centrales y cuya liquidez y solvencia pueden haberse deteriorado con el cambio de tendencia y el reverso que ha generado la crisis bancaria de EEUU. El FMI también incluye en esta petición cambios de precisión regulatoria y que se amplíen las tareas de vigilancia a fondos de pensiones, aseguradoras y hedge funds.

6.- La losa de la deuda empieza a ser insostenible

EEUU y China están llevando las obligaciones de endeudamiento soberano a cotas históricamente altas. El Fiscal Monitor, informe que dirige el departamento de Vitor Gaspar, alerta de que las dos superpotencias económicas son las que más están contribuyendo a elevar la ratio de deuda, por lo que es el momento de rescatar los instrumentos de consolidación presupuestaria y de un reajuste de la deuda que, en los últimos cinco años, se ha disparado.

No obstante, los pronósticos del FMI reflejan pesimismo. En 2028 se rozará el 100% del PIB de deuda global. En concreto, el 99,6%, un nivel similar al que alcanzó a finales de 2020 con los más de 20 billones de dólares de estímulos fiscales y monetarios liberados para hacer frente a la pandemia y que se corrigieron ligeramente en el ejercicio de bonanza de 2021.

El fondo cita expresamente el elevado peso de la deuda americana, que alcanzará el 136,2% en 2028 -desde el 121,7% de finales del pasado ejercicio-, de la china, que llegará al 104,9% del PIB en los próximos cinco años -desde el 77,1% de 2022-, de Brasil, Japón, Sudáfrica, Turquía y Reino Unido. Todos ellos tendrán alzas superiores al 5% de sus índices actuales.

7.- Es hora de sacar las facturas de la covid-19 del cajón

El final de la época de displicencia que recomendó el FMI para capear los daños colaterales de la crisis sanitaria del coronavirus empieza a hacerse realidad. Tras varios ejercicios de flexibilidad, aclara Gaspar, es preciso que se pongan en marcha los primeros instrumentos para alcanzar el equilibrio de las cuentas públicas. Eso sí, a medio plazo.

Paguen lo que sea preciso, pero conserven las facturas: ese fue el consejo del fondo para combatir la pandemia. Ahora, toca sacar esas facturas para satisfacer los adelantos y ayudas, sin prisa pero sin pausa, puesto que un contexto de estanflación no permite dispendios.

Paguen lo que sea preciso, pero conserven las facturas: el consejo del FMI contra la pandemia

"Se deben reconstruir los estabilizadores automáticos porque se necesitará acumular recursos para hacer frente a posibles adversidades económicas y financieras", justifica Gaspar. A su juicio, los gobiernos deberán "fortalecer sus posiciones presupuestarias", en la línea, admite, con la que han desarrollado desde 2021 la mayor parte de las potencias industrializadas.

Todo esto se deberá hacer no solo para atender "hipotéticas amenazas sistémicas a corto y medio plazo", sino también para abordar crisis de mayor dimensión como pueden ser el combate climático, el tránsito hacia la neutralidad energética o las presiones demográficas.

8.- Ayuda multilateral al desarrollo y a la transición energética en países de rentas bajas

La ayuda multilateral al desarrollo y a la transición energética en países de rentas bajas es la función que el FMI trata de asumir desde hace décadas, en combinación con su condición de prestamista de última instancia.

De este modo, habrá que inyectar fondos que resuelvan asuntos como la escalada de la deuda en países en desarrollo o alternativas energéticas que les permitan sortear el "colapso de su climatología", como acaba de enfatizar el FMI, desde donde se lidera desde el inicio del siglo el programa de condonación de deuda a naciones cuyas obligaciones con el exterior les impide generar crecimiento económico.

El FMI estima que se deberán movilizar entre 250.000 y 400.000 millones de dólares en 2030 para sortear las crisis

Para ello, reclama a sus contribuyentes netos -principales potencias industrializadas y grandes mercados emergentes- que aporten mayores cuotas financieras para abordar lo que denomina como la triple amenaza sobre los servicios de pagos soberanos, sobre el clima y sobre el impulso de las agendas sostenibles.

Esta sería una cobertura para la que, calcula el fondo, se deberían movilizar entre 250.000 y 400.000 millones de dólares en 2030. Además, esta iniciativa, aclaran sus directivos, daría cumplimiento al compromiso de la COP27 de Egipto de crear una coalición para la gestión de deuda soberana vinculada a fondos de sostenibilidad en países de rentas medias y bajas.

Asimismo, generarían recursos financieros, una resiliencia más activa frente a las emisiones de CO2 y recetas de reducción de deuda con mayor margen fiscal con los que impulsar el dinamismo de sectores estratégicos y elevar el empleo.

9.- Comercio y petróleo se colocan en un estado de incertidumbre

El WEO ofrece unos datos de crecimiento de las relaciones comerciales del 2,4% este año y del 3,5% en 2024, dentro de la horquilla que impulsaría al PIB mundial al receso de la actividad, y baraja una cotización promedio del precio del barril un 24,1% más barato este ejercicio y otro 5,8% el próximo. No obstante, ambas previsiones son, quizás, las que más reservas ocasionan al fondo.

La tregua del crudo, que ha favorecido la diversificación urgente de fuentes de suministro a la UE durante el último invierno, queda a expensas de las embestidas geopolíticas y de factores exógenos y difícilmente controlables. Entre otros, depende de las decisiones en el seno de la OPEP +, por lo que, para el FMI, "la consolidación de unos precios a la baja es poco probable y dependerá de la ausencia de shocks negativos en la oferta", un enigma que entorpece la predicción de inflación y el poder de adivinación del comportamiento de las materias primas.

Del comercio cita la reanudación de posibles y nuevos cuellos de botella ante la ralentización de la actividad en las potencias industrializadas y el aminoramiento de sus sectores exteriores ante las medidas de proteccionismo que ya se atisban en sus mercados.

10.- España, en vías de capear el temporal

El FMI redobla su apuesta por España como potencia industrializada más dinámica del bienio en curso, aunque su pronóstico sigue lejos del 2,1% del Gobierno este año y cuatro décimas respecto a su predicción de enero para 2024. Esto es debido a los efectos que el precio del dinero tendrá sobre las hipotecas y los gastos familiares, lo cual supondrá que España recuperará este ejercicio el nivel del PIB previo a la pandemia.

El FMI redobla su apuesta por España como potencia industrializada más dinámica de este bienio

Esto lo hará con una de las inflaciones más controladas de la zona del euro, pero con una caída de la tasa de desempleo paulatina en torno al 12% de la población activa en el trienio 2022-24 que no permite a la cuarta economía de la zona euro salir de su gran diferencial estructural con sus socios monetarios, y un menor superávit de la balanza financiera por cuenta corriente.

El FMI estima que el déficit en España será del 4,5% este año y bajará al 3,5% el que viene. Además, sostiene que la deuda pública se corregirá hasta el 110,5% del PIB este año y al 108% en 2024, de modo que se situará entre las más altas del euro, pero lejos de las de Italia y Grecia. Todo ello se encuentra en línea con las pautas de consolidación de las cuentas públicas que recomienda la institución.

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