Con el viento favorable del incremento de la inflación, especialmente visible durante los años 2021 y 2022, resulta inevitable que la Agencia Tributaria haya recaudado más en el capítulo de los impuestos, sobre todo en el caso del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), un tributo indirecto independiente de los beneficios y de la renta del contribuyente. Pese a la aparente buena noticia, existe un reverso en esta tendencia: el impacto que ha tenido la inflación sobre el IVA soportado por los hogares en los años 2021 y 2022.

Este aspecto es el que analiza Funcas, la fundación de las antiguas cajas de ahorro, en el último número de sus Cuadernos de Información Económica. De esta forma, en un ejercicio de discernir el grano de la paja, Funcas concluye que en los hogares catalanes, la carga fiscal acumulada de IVA en los años 2021 y 2022 como consecuencia exclusiva de las tensiones inflacionistas fue de una media de 280 euros, 17 menos que el índice estatal.

La Fundación admite que la afectación ha sido más grande en los municipios pequeños y los hogares con menos capacidad de gasto por el efecto del impuesto en el precio de los alimentos y la energía. La previsión es que la retirada de las medidas de estímulo, fijada para el año 2024, como la rebaja de los carburantes o la supresión del IVA de productos como el pan, las harinas, la leche, los quesos, los huevos, las frutas, verduras, hortalizas, legumbres, tubérculos y cereales, todavía agrave más este impacto a dos velocidades.

La escalada de la inflación tiene un efecto directamente relacionado con los impuestos. El encarecimiento de los productos y el aumento de los beneficios empresariales supone una subida de la recaudación que hace el Estado. A pesar de que el estudio de Funcas no pone el foco en los datos de 2023, momento en que ya se puede contabilizar la rebaja del IVA a los alimentos, la realidad estadística de la recaudación tributaria ya dibuja una ecuación de más ingresos derivados de los impuestos indirectos y menos por los beneficios empresariales.

En su Informe Mensual de Recaudación Tributaria (IMRT), Hacienda señala que "continúa el considerable crecimiento de las retenciones del trabajo, que son los ingresos que más aportan al aumento de la recaudación". En el caso del IVA, la Agencia Tributaria especifica que "los impuestos ligados al gasto tienen una menor participación en el incremento de los ingresos, aunque hay que tener en cuenta el impacto de las rebajas de tipos que reducen el crecimiento del IVA en más de un 4%".

Más IVA e IRPF y menos Sociedades

En el mismo informe, se hace un repaso de la evolución de los ingresos por territorios entre enero y agosto de este año. En el caso de Catalunya, se ha recaudado un 9,6% más de IRPF, superando los 16.000 millones de euros. En relación con el de Sociedades, los ingresos han bajado un 5,7%, quedándose en los 2.600 millones y en el IVA, la recaudación ha crecido un 5,1%, logrando los 13.100 millones.

A la espera del cierre del 2023, las previsiones indican que la recaudación global será menor por el efecto de las medidas del Gobierno sobre los precios de los alimentos y de la energía y la ralentización de la actividad económica. Pese a este supuesto, el miembro de la Plataforma per una Fiscalitat Justa Xavier Martínez Gil recuerda que "la inflación, sin aplicar una deflactación que ajuste el aumento de los precios al menor incremento de los salarios, no deja de ser un impuesto más que castiga las rentas bajas".

Martínez Gil advierte de la ineficacia del sistema tributario actual, de los que menos recauda sobre el Producto Interior Bruto (PIB) de toda la Unión Europea (UE). Por eso, considera que uno de los agujeros en el capítulo de los impuestos se presenta en el exceso de beneficios fiscales que tiene el IVA, puesto que un 48% de lo que se recauda se hace con un tipo reducido del 10 o súper reducido del 4%, lejos del habitual 21%. En este contexto, el experto aboga por una evaluación que justifique la necesidad de los beneficios fiscales.

"Con las exenciones del IVA se ha conseguido favorecer el acceso a la vivienda de los colectivos vulnerables?", se pregunta Martínez Gil. Este ejemplo le sirve para pedir una fiscalización y un control de los beneficios fiscales asociados al pago de impuestos. "Necesitamos más luz y control sobre los resultados". De hecho, otro interrogante que deja en el aire es "¿si resulta justo el incremento de la recaudación de impuestos, impulsado por la inflación?".

¿Hacia un IVA único?

Martínez Gil alude a las tesis de algunos economistas que aseguran que, a consecuencia del sistema tributario tan ineficiente y la acumulación de exenciones, el Estado español recaudaría el mismo con un tipo único del 10%. Aunque un 50% del IVA que se recauda en Catalunya va a parar al gobierno autonómico, desde la Plataforma per una Fiscalitat Justa alertan que "los anticipos y transferencias, como que se hacen con retraso, no reflejan la realidad de la recaudación de la Generalitat".

En esta línea, la Generalitat reclama al Gobierno una compensación de 1.700 millones a consecuencia de las rebajas fiscales adoptadas durante la pandemia de la Covid-19, una situación que ha impactado, según señalan desde la administración catalana, en sus ingresos. En este contexto, se encuentran reducciones como el impuesto especial sobre la electricidad, las rebajas del IVA del gas y la luz, sobre las mascarillas o alimentos básicos.

Para revertir el descenso de ingresos con la compensación, la Generalitat propone un calendario de transferencia de los fondos: 172 millones durante el 2023, 642 millones más en 2024 y 862 millones en 2025. "Reclamamos lo que nos corresponde", precisa la consellera de Economía, Natàlia Mas.

En el marco de un sistema de financiación totalmente caducada, que revierte en una carencia de autonomía financiera, algunas voces reclaman que la carga tributaria se reparta de manera más equitativa, sobre todo en impuestos como el IVA, un tributo indirecto que afecta a todo el mundo igual, independientemente de la renta. Como que no es ni progresivo ni objetivo, puesto que se aplica sobre la transacción, una posible medida sería ajustar el crecimiento de la inflación a las rentas salariales a través de la deflactación. Sería un primer paso para dibujar un nuevo sistema tributario más justo y eficiente.