El mundo de la Formación Profesional (FP) y el de la universidad, que tendrían que ser la puerta de entrada al mercado laboral, viven de espaldas a las necesidades de las empresas. Esta afirmación, que es una de las conclusiones extraídas por parte de los sindicatos en el marco del Informe General de Prospectiva 2023-2026, presentado a principios de enero por la Generalitat de Catalunya, evidencia las diferencias entre la oferta formativa actual y las demandas de puestos de trabajo y también analiza los cambios que habrá en el futuro mercado laboral, incidiendo en la urgencia de anticiparse a las necesidades formativas.

La medida se enmarca en el Acuerdo para la Planificación del Mapa de Centros de Formación Profesional 2035, firmado entre el Govern de la Generalitat y los sindicatos. El pacto prevé crear plazas en formaciones con demanda, fomentar cursos con vacantes e incrementar materias como la informática, la química, la sanidad, la atención a las personas, el transporte o el mantenimiento de vehículos.

A pesar de este consenso, el responsable de FP de UGT Catalunya, Jesús Martín, pide implantar herramientas para vincular la formación y el trabajo. "Los certificados de profesionalidad y la formación continuada son los grandes olvidados del mundo laboral, que serían acciones que facilitarían adquirir las competencias profesionales para adaptarnos a los cambios del mercado".

Martín pone como ejemplo la importancia de fomentar el reciclaje de los antiguos empleados de las plantas de automóviles para poder reincorporarse a las demandas de la industria 4.0 o los de las empresas auxiliares de este sector, como el ámbito del metal.

"La patronal tiene que facilitar la formación, invertir en las prácticas. Este es el gran desafío de las empresas, que tienen que colaborar en el desarrollo de la Formación Profesional Dual". Martín insiste que los futuros trabajadores requieren ejercer una parte de su recorrido académico en las empresas, motivo por el cual estas "tendrían que ser capaces de articular un sistema de tutores a los nuevos empleados que los ayuden a trasladar los conocimientos teóricos a la realidad del mercado".

Las asignaturas pendientes

En este proceso de transición entre el mundo académico y el laboral, los expertos admiten que existe un factor esencial que se está descuidando: la formación constante para consolidar la tendencia que se está produciendo de entradas y salidas habituales del mercado de trabajo. Entre las acciones que recomiendan, se encuentran impulsar campañas de información sobre las posibilidades de determinadas ocupaciones, los puntos de orientación, la formación y las inserciones laborales.

Tal como asegura el responsable de Formación Profesional de UGT Catalunya, "se trata de despertar vocaciones, formar personas, captar y retener el talento. Para hacerlo posible, hay que trabajar las competencias en áreas pretecnológicas".

En el Barómetro de Ocupaciones y Competencias de Catalunya, elaborado conjuntamente por la patronal Pimec y la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), se indica que la capacidad de los profesionales para adaptarse al cambio es la competencia más valorada por las empresas en la hora de contratar futuros profesionales.

Así, la Unidad de Prospectiva y Análisis Laboral de la UOC concluye que "adaptarse al cambio es la competencia blanda más demandada por parte de las empresas en todos los ámbitos profesionales, constatando que un 51% de las ofertas laborales publicadas en Catalunya en 2023 requerían esta competencia".

El informe también muestra que las ocupaciones relacionadas con la tecnología son las que tienen más vacantes. Los analistas de sistemas representaron el 3,2% de las ofertas de trabajo, y los desarrolladores de software, el 3,1% durante 2023. Asimismo, hay una demanda considerable de profesionales del ámbito comercial y la publicidad y de las instalaciones, estos últimos son particularmente buscados en las provincias de Tarragona y Lleida.

Alianza universidad-empresa

Para la rectora de la UOC, Àngels Fitó, proyectos como el del barómetro son "fruto de un trabajo de colaboración institucional" y tienen la intención de "proveer de información y conocimiento relevante sobre el mercado laboral a las empresas y la sociedad en general en un momento en que la transición tecnológica y ecológica altera las dinámicas económicas y sociales".

Por su parte, el presidente de Pimec, Antoni Cañete, explica que el acuerdo "es un proyecto estratégico y de país". "A menudo hablamos de la necesidad de establecer sinergias y ahora lo escenificamos con una de las universidades más centradas en el ámbito de la empresa, puesto que unimos nuestro know-how y presentamos esta herramienta necesaria y esencial para el tejido empresarial y económico del país", añade.

Una de las críticas recurrentes de los representantes de los trabajadores es que las universidades se han convertido en centros generadores y transmisores de conocimiento, dejando a un lado el aprovechamiento de la inserción laboral y el desarrollo del talento profesional. Para paliar este déficit, la misma UOC ha desarrollado una herramienta basada en la implantación de un sistema de inteligencia artificial en el mercado laboral.

Esta permite hacer un seguimiento de qué competencias profesionales se piden respecto de las salidas profesionales de las titulaciones. Con esta información, el profesorado puede diseñar propuestas de formación nuevas o revisar y mejorar los planes de estudio actuales para adecuarlos a las necesidades del mercado laboral. Un primer paso para reducir la brecha entre los planes formativos y las demandas de las empresas.