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Las trabas de las eléctricas bloquean cientos de proyectos de autoconsumo de renovables

La alianza de organizaciones sindicales, empresariales, ecologistas y de consumidores calcula que se pierde casi la quinta parte de la producción de un parque que ya suma la potencia equivalente a cinco nucleares.

Dos instaladores colocan placas solares en el edificio de una vivienda, en una imagen de archivo
Dos instaladores colocan placas solares en el tejado de una vivienda, en una imagen de archivo. PxHere

"Estamos perdiendo excedentes de energía limpia y eficiencia por las malas praxis de las compañías distribuidoras al dificultar el acceso a la red", señala Raquel Paule, directora de la Fundación Renovables y coordinadora de la Alianza por el Autoconsumo.

En esta alianza confluyen más de setenta sindicatos, organizaciones de consumidores, grupos ecologistas, fundaciones, entidades empresariales y empresas del sector energético.

Juntos han puesto sobre la mesa en un informe algo que no deja de ser un secreto a voces entre quienes se han acercado al autoconsumo energético: las trabas con las que, a base de bloqueos y ralentizaciones, las distribuidoras están torpedeando su despliegue.

La dilatación de los plazos en los tratos con las compañías distribuidoras y los cambios de estas actúan en la práctica, junto con las demoras que genera el atasco de papel en las administraciones autonómicas, como un factor desincentivador para el desarrollo del autoconsumo.

El autoconsumo permite reducir entre un 30% y un 60% la dependencia de la red para las instalaciones domésticas y hasta el 100% en las de carácter industrial.

Un gráfico muestra la evolución del crecimiento de instalaciones de autoconsumo fotovoltaico en España
Un gráfico muestra la evolución del crecimiento de instalaciones de autoconsumo fotovoltaico en España.- ELABORACIÓN PROPIA

Esas trabas para conectarse a la red están haciendo que numerosas empresas opten por la calle de en medio y decidan no conectarse a la red para verter sus excedentes y apagar sus placas durante los cierres vacacionales y de fin de semana.

En otros casos, apuestan por instalar conmutadores de cero que actúan como tajaderas.

"Se pierde mucha generación eléctrica industrial, porque muchas empresas se han cansado de esperar y han decidido no conectarse a la red para verter sus excedentes", anota Raquel Paule.

Un informe señala que se ha desperdiciado cerca del 19% del potencial de generación de las instalaciones de autoconsumo

"Según datos del sector, se ha desperdiciado cerca del 19% del potencial de generación de las instalaciones de autoconsumo con un total de 1.067 Gw.h desaprovechados", que darían para cubrir el "0,4% de la demanda eléctrica" española, señala el informe.

"La principal causa" por la que esto ocurre, añade el documento, "son las barreras regulatorias y técnicas que impiden actualmente el vertido a red de los excedentes, calculados en 160 millones de euros".

Un atasco de calado en el autoconsumo

¿De qué calado es el atasco en la tramitación del autoconsumo? El informe, cuyos registros han seguido creciendo tras la publicación, reseña incidencias en un total de 564 proyectos que suman una potencia instalada de 3,58 Mw y en las que se han detectado hasta 68 tipos de anomalías.

El grueso de los puntos de suministro afectados, 897 de 910, con una potencia de 3,48 Mw, se correspondían con Código Único de Punto de Suministro (CUPS) de autoconsumo colectivo, lo que da una idea de la concentración de las trabas en este tipo de usuarios, entre los que se encuentran comunidades energéticas, grupos vecinales e iniciativas públicas, preferentemente municipales.

"Tenemos recogidos más de 500 casos con alrededor de mil CUPS afectadas en consumo colectivo. Llegar a 500 casos y mil CUPS denota que hay una conducta maliciosa", anota Paule.

Las incidencias se concentran en las gestiones con las distribuidoras, algo que en la práctica se traduce en chocar en "más del 90% de los casos" con filiales de Endesa, Iberdrola y Naturgy.

Dichas filiales, al atrasar en unos casos y bloquear en otros la posibilidad de que los consumidores produzcan su propia energía, actúan como garantes del negocio de las comercializadoras de sus respectivos grupos.

Las distribuidoras, piezas clave del oligopolio

El visto bueno de las distribuidoras es una condición sine qua non para poner en funcionamiento las instalaciones de autoconsumo, ya que de ellas depende tanto el desenganche en un sentido, para dejar suministrar a las CUPS cuando las placas fotovoltaicas se encuentran operativas, como el enganche en el contrario, para verter a la red los excedentes de la producción.

El catálogo de las incidencias incluye dilaciones indebidas de los tiempos de respuesta a los consumidores, la emisión de respuestas incoherentes, la imposición de modificaciones en las instalaciones, en algunos casos sin respaldo legal, la solicitud de información improcedente y los retrasos en las visitas de los técnicos.

Alianza por el Autoconsumo: "Exigimos una estandarización de los procedimientos, para agilizar y desbloquear los proyectos"

Además, se incurre en irregularidades en las facturas, la lectura de consumos o la compensación de los excedentes y, también y entre otras como la ausencia de canales de información y reclamación, la "anulación improcedente de expedientes" una vez iniciada su tramitación.

"Las respuestas a las consultas superan a menudo la fecha límite para cumplir los plazos", explica Paule, que llama la atención sobre dos ausencias: la de un tramitador de referencia en las compañías y la de un procedimiento sancionador para atajar este tipo de prácticas.

"Exigimos una estandarización de los procedimientos, que es algo que permitirá agilizar y desbloquear los proyectos", anota la coordinadora de la alianza.

Una progresión prácticamente geométrica

Pese a esas trabas, que las propias eléctricas focalizan en la vertiente colectiva y residencial ante la obvia complejidad de intervenir en el industrial por tratarse de usuarios de mayor autonomía, el autoconsumo avanza en España con un ritmo tan exponencial como insuficiente para cubrir los objetivos.

Desde que a finales de 2018 quedara abolido el conocido como impuesto al sol, y con la regulación de las instalaciones de autoconsumo en abril del año siguiente, la potencia de las instalaciones de autoconsumo ha experimentado una progresión prácticamente geométrica.

La potencia instalada en tejados de viviendas y de empresas casi se duplicó en 2018, cuando sumó 236 Mw a los 122 del año anterior, y en 2019, cuando las nuevas placas alcanzaron los 459, antes de ralentizar el crecimiento en el año de los confinamientos, en el que, no obstante, llegó a aumentar un 30% para llegar a 596 en un solo ejercicio.

Un gráfico muestra la evolución del crecimiento de instalaciones de autoconsumo fotovoltaico en España
Un gráfico muestra la evolución del crecimiento de instalaciones de autoconsumo fotovoltaico en España. Fuente: UNEF

Tras ese frenazo, volvió a duplicarse en dos ejercicios consecutivos al alcanzar los 1.203 Mw en 2021 y los 2.507 en 2022, con lo que el total del parque suma 5.249, el equivalente en potencia a la de cinco centrales nucleares del tamaño de las que siguen operativas en España, aunque su rendimiento es menor.

Esa progresión queda, sin embargo, lejos de los planteamientos que contempla la actualización del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) que el Gobierno envió a Bruselas hace semanas y que prevé llegar a 19 Gw (19.000 Mw) en 2030. Un dato que en la alianza ven improbable si no se desatasca el autoconsumo colectivo.

Un avance del 1.200% en cinco años

"El crecimiento ha sido superior al 1.000% en cinco años, y ese es el siguiente escalón, en el que deberían entrar las comunidades energéticas", explica la coordinadora de la alianza, que maneja la previsión de llegar a los 7.000 Mw de nuevas instalaciones.

"El sector está en un momento de consolidación", apuntan fuentes de la UNEF

"El sector está en un momento de consolidación. El autoconsumo industrial sigue yendo a muy bien ritmo pero sí hemos notado una ralentización del autoconsumo doméstico", señalan fuentes de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF) -la principal asociación empresarial del ramo-, que todavía no pueden "prever cómo serán los datos del cierre de 2023".

Actualmente, el 47% de la potencia de las instalaciones de autoconsumo de energía solar tiene como finalidad abastecer a industrias, un 32% suministra a viviendas, otro 20% corresponde al sector del comercio y el 1% restante se encuentra en inmuebles aislados, como granjas o viviendas diseminadas.

La directora de la Fundación Renovables llama la atención sobre la necesidad de desbloquear e impulsar el autoconsumo colectivo.

"Son procesos muy complicados, y ahí el bloqueo resulta peligroso porque desincentiva", señala, mientras recuerda cómo solo un 1% de las instalaciones residenciales son colectivas cuando solo un tercio de la población vive en edificios unifamiliares.

El riesgo de repetir el impuesto al sol

"Corremos el peligro de que vuelva a pasar como cuando se instauró el impuesto al sol", señala Paule, al tiempo que anota cómo "en España tenemos menos superficie de tejados que en otros países europeos, pero en el país del sol no podemos permitirnos no aprovecharlo".

Un informe elaborado por el Observatorio de la Sostenibilidad y por Aliente (una plataforma que agrupa a dos centenares de plataformas y entidades locales críticas con el apabullante modelo español de despliegue de las renovables) cifra en 176.026 hectáreas la superficie de tejados susceptible de acoger placas solares en España.

Esa extensión supera en más de un 30% a las 132.282 hectáreas que suman las superficies susceptibles de aprovechamiento en invernaderos, industrias, vertederos, canales, vías de ferrocarril, carreteras y áreas mineras.

La expansión del autoconsumo influye en factores como la reducción de la demanda de la red y, con ella, en el abaratamiento del precio y el recorte de la dependencia de otros Estados en materia de energía.

"Dada la importancia de los productos energéticos en las cadenas de producción y en el consumo de los hogares, la dependencia de terceros países en las importaciones de energía puede constituir, en principio, una significativa fuente de vulnerabilidad", advertía hace unas semanas el Banco de España en un artículo de su boletín económico.

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