Este artículo se publicó hace 16 años.
El 40% del Congreso, a estrenar
La legislatura arraca con la entrada en el hemiciclo de 136 diputados y 119 senadores
España ha vivido el mismo ritual diez veces en 31 años de democracia. La sesión constitutiva de las Cortes Generales. En 1977, 1979, 1982, 1986, 1989, 1993, 1996, 2000, 2004 y, por fin, 2008. Es el arranque de un nuevo tiempo político.
Hoy, martes 1 de abril, abre sus puertas la IX Legislatura. Novena porque el intenso bienio 1977-1979 cae dentro de la historia preconstitucional de España. El sexto mandato con mayoría socialista.
El Congreso de los Diputados y el Senado han quedado a la misma hora. A las 10. Para entonces, la Cámara baja alojará al número de siempre, 350 señorías. La alta, hoy, a 253. Once menos de lo previsto porque el Parlamento andaluz aún tiene que designar a sus nueve senadores autonómicos; el hemiciclo extremeño, buscar el sustituto del popular Carlos Floriano, y porque ya nunca podrá ocupar su escaño el socialista navarro Carlos Chivite, fallecido ayer.
Serán Cámaras nuevas a todos los efectos. Y viejas a la vez. Elecciones generales nunca fueron sinónimo de tabla rasa. Dos cifras hablan: 214 diputados, del total de 350, ya tuvieron acta en la pasada legislatura, la VIII. Es decir, el 61,1% de los escaños son viejos. El 38,9%, nuevos. A estrenar.
En el Senado, los porcentajes menguan. Se tira a un mayor equilibrio. Repiten mandato 135 señorías, un 46,8% del total de 254 escaños con nombre asignado. No son 253, por tanto, porque ya hemos sumado uno: ya se conoce la identidad del sustituto de Chivite, Javier Sanz, que no tuvo sitio en la última legislatura.
El comportamiento de los partidos es desigual. El PP recambia al 44,8% de sus diputados; el PSOE, al 34,9%. Pero ni IU ni Iniciativa per Catalunya Verds –castigadas duramente el 9-M– han podido colocar a sus fichajes.
Sólo un tercio de mujeres
En la paridad, tampoco andan las Cortes finas. Y eso que la Ley de Igualdad no es una entelequia. La norma de 2007 apenas ha producido cambios en el rostro del Parlamento. Dos tercios de los dos hemiciclos los dominan los hombres. Sólo uno, las mujeres. En el Congreso, se sentarán 126 féminas (36%), todavía una menos que en 2004. En el Senado, por ahora, 72, un 28,3%.
El PSOE consigue mejor puntuación en representación paritaria en la Cámara baja: 43,19%. Porcentaje deslucido por la pobre marca del Senado, 29,2%. Los populares igualan: 29% raso en los dos hemiciclos. La mala nota global obedece, no obstante, a la desproporción existente en los grupos minoritarios. PNV, ERC, IU e ICV han colado sólo a hombres en la Cámara baja. A la contra, Nafarroa Bai y UPyD subrayan su 100% de mujeres: Uxue Barkos y Rosa Díez. CiU, en cambio, luce los porcentajes mínimos exigidos en la ley: 60% (de hombres, claro) y 40% (de mujeres).
Mesa de Edad con Fraga
Pero a las 10 no estará todo hecho. Constituir ambas Cámaras llevará toda la mañana porque se sucederán, al menos, tres votaciones nominales, con papeleta en la urna.
En primer lugar, se configurará la Mesa de Edad, formada por el presidente, el miembro de mayor edad –Juan Manuel Albendea, en el Congreso y Manuel Fraga en el Senado, ambos del PP– y los secretarios, los más jóvenes, dos en la Cámara baja y cuatro en la alta.
Después, se procederá a la elección de la verdadera Mesa. Por orden. Primero, el presidente. Los diputados deberán escribir un solo nombre en la papeleta, como harán los senadores. Si José Bono y Javier Rojo obtienen mayoría absoluta en la primera votación, serán investidos presidentes. De lo contrario, se celebrará una segunda ronda, pero ya habrá que elegir tan sólo entre aquellos dos que hayan obtenido un mayor respaldo.
Elegido el presidente, llega el momento de nombrar a los vicepresidentes, cuatro en el Congreso y dos en el Senado. Son designados automáticamente los que recaben más votos. Es decir, en la Cámara baja, será vicepresidente primero el que tenga más papeletas. El segundo en el recuento será el vicepresidente segundo. Y así de forma sucesiva. El procedimiento para elegir a las cuatro secretarías –y aquí empatan Congreso y Senado– es el mismo.
Cuando quede constituida cada Mesa, todos los diputados y senadores ocuparán sus escaños y jurarán o prometerán la Constitución. A continuación, el presidente de cada Cámara declarará inaugurada la IX Legislatura y dirigirá sus primeras palabras desde la tribuna. La última fase es la comunicación oficial de la sesión: al rey, a la otra Cámara y al Gobierno.
Hoy se abren otros cuatro años de democracia. Tan distintos y a veces tan parecidos a otras legislaturas.
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