Este artículo se publicó hace 16 años.
Alonso protagoniza el primer acuerdo con e lPP tras el 9-M
Votan juntos el envío de nuevos efectivos militares a Afganistán. El ministro se enfrenta a Llamazares en el Congreso. Cerró el acuerdo con Rajoy la semana pasada y lo remató con Zaplana
La resaca de las elecciones amansa a sus señorías. Si lo que se vio ayer en el Congreso no es un espejismo aún hay esperanzas de que se inicie un nuevo clima político.
Ayer en el Congreso el ministro de Defensa, José Antonio Alonso, estaba de tránsito hacia la Portavocía del Grupo Socialista; una parte de los diputados que intervino ya no estará la próxima semana en sus escaños; otros serán senadores; algunos grupos parlamentarios, como IU y ERC, han dejado de serlo por su desastre electoral; Manuel Marín está a cinco días de cerrar su etapa de presidente de la Cámara y las tropas cuyo envío a Afganistán se autorizaba ya llevan unos días en aquél país. O sea que casi todo era irreal.
Con la legislatura acabada, la Diputación Permanente se reunió ayer a título póstumo para autorizar a posteriori el envío de 36 militares y cuatro vehículos aéreos no tripulados, una decisión que tomó el Consejo de Ministros tras las elecciones, sin posibilidad de someterlo antes a la autorización preceptiva de la Cámara Baja.
La estrella era José Antonio Alonso, que comparecía a título de ministro, pero pensando en el cargo de portavoz parlamentario que está a punto de estrenar. Si algo era verdad ayer, habría que concluir que tras las elecciones el patio parlamentario se ha sosegado y que la primera intervención estelar de Alonso acaba con acuerdo con el PP.
Si es verdad que su designación tiene por objeto diluir la crispación, restablecer consensos y enfriar el clima político, su primera aparición pública se salda con éxito. No sólo hubo intercambio de elogios, sino que el PP votó con el PSOE y le respaldó expresamente sin incluir ni una sola crítica al Gobierno.
Cruce de llamadasTodo fueron felicitaciones y buenos augurios a Alonso y despedidas a otros como Diego López Garrido, futuro secretario de Estado para la UE que deberá dejar el escaño. Eduardo Zaplana, próximo diputado de a pie, recibió también el reconocimiento de los suyos, inquietos por el gusto por el suspense que Mariano Rajoy acaba de descubrir. "Gracias por todo, Eduardo. He pedido a Mariano que me reciba para decirle que quiero seguir siendo portavoz de la comisión, ¿crees que tengo posibilidades?", le decía un diputado al portavoz en funciones del PP.
Los del PP saben que tienen líder, pero carecen de mandos intermedios y de referencias sobre cómo será su oposición. Ni ellos saben si se modulará con dureza o con acuerdos.Alonso ya habló hace dos semanas con Rajoy para notificarle y pactar el nuevo envío de tropas y anteyer por la tarde el aún ministro volvió a hablar por teléfono con Zaplana, en un tono más cordial, para intercambiar impresiones sobre su nuevo destino.
Con quien quiera que sea el nuevo portavoz del PP en el Congreso, Alonso tendrá que acordar en breve la renovación del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Constitucional. Tendrá como objetivo fundamental abordar con el ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, la mayor reforma de la Justicia, en cuyo diseño ha participado en los últimos meses por encargo de Zapatero.
Lo curioso es que con quien se enfrentó ayer dialécticamente Alonso fue con Gaspar Llamazares, al frente de un Grupo Parlamentario que los electores redujeron a escombros el 9-M. Izquierda Unida es uno de los teóricos socios parlamentarios del PSOE, pero ayer arremetieron con dureza contra el ministro por la misión en Afganistán. Llamazares dijo que es parte de la guerra preventiva de Estados Unidos y aseguró que el Gobierno mantiene una "escalada" de implicación en ese conflicto bélico.También el BNG, seguro socio del Gobierno, se opuso al nuevo envío de militares.
Alonso, muy breve y técnico, explicó que el envío de nuevas tropas para manejar los nuevos aviones espía no tripulados sirve para garantizar la seguridad de las tropas desplazadas en Afganistán y, por eso, hubiera sido imperdonable que por la celebración de elecciones se retrasara el envío y sufrieran algún percance. Según el aún ministro en funciones, estos aviones espía reducen el número de patrullas a pie o en vehículos, anticipan la información, disuaden al enemigo, facilitan la búsqueda y el rescate, mediante una localización rápida y son útiles para buscar itinerarios alternativos.
Diálogo y consensoSi lo de ayer no obedece sólo a que el PP aún no ha montado sus armas de oposición y anda aún desconcertado, podría parecer que empieza una nueva etapa. Por primera vez, Marín no tuvo que llamar la atención a nadie y ya hubiera querido tener una legislatura así. Si Rajoy cambia el rumbo de su oposición muchas sesiones parlamentarias de la nueva legislatura pueden ser así de aburridas.
Antes de entrar en la Diputación Permanente, Alonso aseguró a los periodistas que su objetivo es buscar el diálogo y el consenso en asuntos de Estado.Destacó que ejercerá su cargo con voluntad de trabajar y, sobre todo, de dialogar "mucho" con el resto de arco parlamentario. "La encaro con mucho trabajo y mucho diálogo con todos los grupos políticos para buscar consenso en asuntos de Estado", dijo.
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