En una inesperada marcha atrás, el Ministerio de Fomento optó ayer finalmente por no rescindir el contrato con OHL para las obras del AVE en Barcelona. Un día después de que el Gobierno anunciara la rescisión tras el hundimiento de un andén en la estación de Renfe en Bellvitge –el sexto socavón en diez días-, la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, negó tajante que el Ejecutivo hubiera adoptado tal decisión.

Ese “planteamiento” –dejar sin efecto el contrato con OHL- nunca existió, proclamó la ministra, quien ni siquiera baraja la hipótesis de un relevo ministerial: “Nunca me he planteado dimitir, no voy a dimitir”, afirmó primero. “No me voy a ir”, agregó más adelante, dando así por hecho que el presidente del Gobierno la mantendrá en el cargo. “Correr es de cobardes”, apostilló al tiempo que culpaba a sus enemigos de convertirla en cabeza de turco: “A los que desde que me nombraron querían que me fuera ya les digo que no me voy a ir. He asumido una responsabilidad con los ciudadanos y voy a asumirla hasta el final”.

Los ciudadanos, afirmó la ministra, no deben preocuparse “porque vamos a solucionar el problema”. Fuentes del Ministerio de Fomento aseguraron más tarde que la rescisión del contrato con OHL, adjudicado en 2005 para la realización de los tramos Hospitale-La Torrassa y La Torrassa-Barcelona, es “técnicamente imposible”.

La titular de Fomento confirmó la paralización de obras en el segmento afectado –Hospitalet-La Torrassa-, reiteró que “la seguridad es lo más importante” y pidió tiempo: “La cuestión es compleja, necesita algún tiempo para solucionarla a fondo, con la serenidad necesaria para tener todas las garantías de seguridad”. “No es el primer problema –añadió- que me encuentro a lo largo de mi vida y les diré que en todos los casos los he solucionado bien, así que tranquilidad; les doy la garantía de que el Ministerio, y yo misma al frente, estamos trabajando en lugar de salir corriendo para solucionar cuantas cuestiones se planteen”.

 ¿Petición de dimisión, qué petición?

 Álvarez, que habló con los periodistas antes de participar en un acto del PSOE sevillano en el que fue recibida con aplausos por doscientos militantes, se fue creciendo a medida que se sucedían las preguntas. Y así, cuando se le preguntó por la petición del ayuntamiento de Barcelona para que dimita, aprobada el jueves con los votos la oposición (CiU, PP y ERC), la ministra respondió de esta forma: “A  mí no me consta que el ayuntamiento, que el alcalde de Barcelona, lo haya pedido, pero todos somos libres de pedir la dimisión de cualquiera y cualquiera es libre de tomar las decisiones que le parezcan oportunas”. La ministra pidió a los periodistas que se abstuvieran de hacer “afirmaciones para que conteste algo que a lo mejor ni siquiera ha ocurrido”.

Sin apenas disimular el enfado por la publicación de que el Gobierno había decidido rescindir el contrato con OHL, Álvarez espetó que no está dispuesta “a salir al paso” de cuanto difundan los medios de comunicación. Y, para ilustrar su posición, puso un ejemplo: “Un medio de comunicación se inventó que me llaman Maleni, y ahora, si me descuido, hasta mis amigos me llaman Maleni”. “Les estamos dando –añadió a modo de colofón- información de todo lo que pasa pero no me pidan que se las dé de lo que no pasa”.