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El arzobispo de Granada será juzgado hoy por injurias y acoso moral a un cura

Las calumnias fueron supuestamente vertidas en una carta en la que acusaba al sacerdote demandante de apropiación indebida relacionada con su trabajo de archivero

EFE

El arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, se convertirá hoy en el primer prelado que se siente en el banquillo de los acusados para responder de los delitos de injurias, calumnias, acoso moral, lesiones y coacciones que le atribuye un sacerdote.

La vista oral, que será seguida por una treintena de periodistas, tendrá lugar en el Juzgado de lo Penal 5 de Granada, cuyo titular es Miguel Ángel Torres, que se incorporó al mismo el pasado septiembre tras dar por concluida su labor en la instrucción de la operación Malaya contra la corrupción urbanística en Marbella (Málaga).

El prelado ya prestó declaración judicial, durante la fase de instrucción, el 5 de junio de 2006, y en aquella ocasión recibió el apoyo de varias decenas de fieles que le recibieron con aplausos y aguardaron su salida rezando el rosario.

El cura denunciante, Francisco Javier Martínez Medina, se querelló contra el arzobispo después de que en febrero del año pasado acabara sin avenencia el acto de conciliación en el que estaba llamado a participar el prelado tras ser demandado por injurias y calumnias.

Esas injurias y calumnias fueron supuestamente vertidas por el arzobispo en una carta en la que acusaba al sacerdote de una apropiación indebida relacionada con su trabajo de archivero y de quedarse con los derechos de propiedad intelectual de un libro sobre la Catedral de Granada, cuyos autores demandaron también al prelado.

El denunciante, ex archivero de la Catedral de Granada, pide multa para el arzobispo, al que acusa de los delitos de calumnias, injurias, coacciones, lesiones psíquicas y acoso moral.

La Fiscalía, por su parte, pide la absolución del arzobispo, al considerar que no ha quedado acreditado que el prelado actuara con el ánimo de atentar contra el honor del querellante.

El domingo pasado, durante la homilía de la misa que oficia en la Catedral de Granada, el arzobispo dijo sentir un 'dolor grande' y no haber querido nunca conscientemente dañar a nadie, aunque, precisó, 'todos podemos equivocarnos y ofender aun sin quererlo'.

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