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"De la crisis, al PP sólo le interesa el desgaste del Gobierno"

El portavoz del PSOE en el Congreso se muestra seguro de que los pactos le permitirán aprobar en el Congreso los Presupuestos de 2010

LUIS CALVO

Cuando, hace poco más de un año, el presidente de Gobierno decidió relevar a José Antonio Alonso (León, 28 de marzo de 1960) del Ministerio de Defensa para confiarle la portavocía del Congreso, él receló. Zapatero, amigo del ex ministro desde la infancia y compañero de facultad, necesitó una larga conversación para que aceptara el puesto, en primera línea de la batalla política. Trece meses después, a José Antonio Alonso se ha metido en el personaje y se le ve cómodo siendo la voz de los socialistas en la Cámara. Sosegado y reflexivo, piensa durante un instante antes de contestar con la misma convicción que utiliza sobre la tribuna. En un momento en que los antiguos aliados socialistas huyen y las mayorías se estrechan, el portavoz sigue convencido de que encontrará los apoyos necesarios para desarrollar su proyecto político.

Le ha tocado una etapa difícil en el Congreso ¿Confía en poder recuperar la estabilidad parlamentaria?

Bueno, vamos a seguir trabajando por objetivos políticos coherentes con nuestro programa político, un programa muy social. Creo que hay un modelo de comportamiento político progresista y otra de comportamiento conservador. Nosotros estamos por ayudar desde el poder público a todos los ciudadanos que lo necesitan. Los conservadores están por lo de siempre: menos gasto público y quien quiera educación o sanidad, quien atender a situaciones de desprotección social, que se lo pague.

Pero, para ese programa necesitará mayorías. ¿Es el momento de buscar un socio?

Tenemos margen de maniobra: 169 diputados que son la traducción política de 11 millones de votos. Eso es mucha fuerza política. Tenemos, además, una gran capacidad para llegar a pactos con otros grupos para cubrir esos objetivos. Y vamos a seguir haciéndolo. En una situación económica tan dura estamos obligados a hacer una política fina. Más allá de los tactismos están los intereses de los ciudadanos. Lo otro es sólo un medio para conseguir ese fin.

¿Pero no teme que una pinza entre el PP y los nacionalistas deje al Gobierno en minoría?

Los conservadores se están acercando fundamentalmente al PNV para tratar de aprovechar su situación de enfado por la pérdida de poder. Después de lo que el PP ha dicho de ellos, eso dará buenos motivos para la reflexión política en un futuro. CiU, por su parte, es un proyecto político que no tiene reparos en estar con el PSOE o con el PP o con quien le interese en cada momento. Además, tiene sus intereses políticos puestos en un plazo determinado en Catalunya que coincide con las elecciones autonómicas. Y en función de ello actúan. Ahora, ¿estamos en situación de llegar a acuerdos con todos, menos circunstancialmente con el PNV? Sí. Nosotros tenemos capacidad para ello, el PP, quitando cuestiones muy concretas, no.

Los catalanes CiU, ERC e ICV lo supeditan todo a la financiación. ¿Si no hubiera acuerdo podríamos ir a unas elecciones anticipadas?

Vamos a llegar a ese acuerdo y va a ser pronto. Ninguna va a ver mermada su financiación y cualquier ciudadano de nuestro país, con independencia del territorio donde resida, recibirá la misma calidad en prestaciones sociales y públicas básicas. Además será respetuosa con los estatutos, en particular con el catalán.

¿Hay algún tipo de presión por parte de los diputados del PSC?

En absoluto, los diputados del PSC se están comportando con una responsabilidad que está registrada en las votaciones de la Cámara.

En todo caso, si no hubiera acuerdo, ¿podría el Gobierno sobrevivir teniendo que prorrogar los Presupuestos?

No tengo la más mínima duda de que sacaremos adelante los Presupuestos. También este año hubo ciertas expectativas sobre si los sacábamos o no los sacábamos y los sacamos.

Pero los de este año se aprobaron gracias al apoyo del PNV

Bueno, tenemos margen de maniobra con todos los grupos políticos menos con el PP y dadas las circunstancias, con el PNV a día de hoy. Con el resto de grupos tenemos posibilidades de pacto. Lo hacemos todos los días. Con dificultades, pero estamos sacando adelante todos los temas.

Jáuregui era, en gran parte, el encargado de esas negociaciones. ¿No cree que en este momento era más útil en el Congreso que como número dos en Europa?

Ramón ha sido una persona muy útil en la vida parlamentaria socialista y Eduardo Madina seguirá siendo igual de útil. Nosotros tenemos un buen reparto de tareas dentro de la dirección del grupo y entre los propios diputados, una tarea colectiva.

¿Qué peso tuvo usted en la elección de Madina?

Lo hablé con el presidente del Gobierno. Es mi interlocutor. Además, es una designación razonable. Joven, con experiencia , versátil y, tal y como ha demostrado, con capacidad para llegar a acuerdos. Con esto, además, da un salto en su carrera política que el partido le estaba pidiendo.

¿Pero quién propuso el nombre?

Bueno, cuando a Ramón se le ofrece ir a Europa y acepta, queda un puesto libre. Y ya lo he dicho claramente: yo lo hablo con el grupo y con el presidente de Gobierno.

Tendrá que afrontar multitud de temas pendientes. ¿Cómo avanza con el nuevo ministro el Pacto por la Justicia con el PP?

El nuevo ministro ha dicho que va a poner toda la carne en el asador. El PP, por su parte, hace, como siempre, una aproximación muy táctica. No aporta nada en término netos.

Supongo que, entre otras cosas, se refiere a la renovación del Tribunal Constitucional.

Si, claro. El PP bloqueó la renovación del Constitucional al designar a dos personas cuya imparcialidad es muy discutible. Y por el momento todo indica que el Alto Tribunal tendrá que seguir funcionando así.

¿No se han fijado ningún plazo?

Nosotros estamos en condiciones de renovarlo hoy mismo, pero el PP ni está en condiciones ni tiene voluntad para ello.

¿Qué prioridades legislativas tiene hasta 2012?

Las prioridades la marcó el Presidente en la reunión del grupo parlamentario. Pero si hay que fijar una prioridad, yo diría que tenemos que seguir dando una respuesta a la crisis económica es lo que a día de hoy más nos ocupa y nos preocupa.

¿La lucha contra la crisis no ha producido cierto parón legislativo?

No, en el Parlamento hay una veintena de leyes en diferentes niveles. Pronto tendremos la ley del aborto y la de la Libertad Religiosa. Seguiremos teniendo producción legislativa, pero nuestra gran cuestión, siendo un partido de Gobierno, es priorizar la respuesta ante la crisis. Eso nos distingue del PP. A ellos, lo único que les interesa de la crisis es el desgaste del Gobierno socialista, es decir, la posibilidad de recuperar el poder político.

¿No teme que las leyes del aborto y la Libertad Religiosa vuelvan a sacar a la calle a la Iglesia?

Vivimos en un estado que constitucionalmente es aconfesional. Eso quiere decir que en este país se gobierna en virtud de la moral pública y no de morales privadas. La Iglesia puede hacer lo que crea conveniente. Nosotros gobernaremos con la Constitución.

También está pendiente la reforma de la ley electoral ¿Qué cambios cree que hay que hacer?

La legislación electoral debe ser fruto de un consenso político y no es fácil. Tenemos que introducir todas las mejoras que permitan mejor y mayor representatividad a los ciudadanos además de cuestiones como el voto emigrante e inmigrante. Veremos si llegamos a soluciones de consenso, pero no es tarea fácil.

¿Hay voluntad de corregir la falta de proporcionalidad que sufre, sobre todo, IU?

Con la actual arquitectura electoral el grupo más perjudicado sea el PSOE. En unas elecciones generales el PP sale con una ventaja de 12 o 14 diputados. Por eso, cuando hay quejas sobre representatividad las comprendemos porque somos los primeros que las sufrimos. Ahora, hay que reformarla con consenso por que afecta a todos. No puedo adelantar nada más.

¿Merece la pena sufrir en el Congreso por tener un lehendakari socialista?

Esta fue una opción moralmente legítima y políticamente conveniente. Sabemos lo que significa una estabilidad de tres años que garantizaba acuerdos con el PNV aquí. Pero, sobre esos acuerdos de partido están los generales del país. Y los intereses generales aconsejaban que en el País Vasco hubiera un Gobierno con Patxi López.

Frente a lo dulce, lo amargo. ¿Qué coste para el PSOE supone perder Galicia en sólo cuatro años?

Aquí la única evidencia es que si el PP hubiera perdido, el PP y el propio Rajoy estarían en dificultades muy claras. Toda la contestación interna, que sigue ahí, hubiera aflorado con una virulencia extraordinaria. Nosotros en Galicia hemos mantenido un suelo electoral muy estimable. En todo caso, son elecciones autonómicas, son importantes, pero tampoco pasa nada. Podemos soportar el coste de haberlas perdido.

¿Qué falló?

El bipartito no supo explicar a los ciudadanos su gestión política, que había sido muy buena.

Decía que la contestación interna del PP sigue viva.

Sin duda, el PP sigue teniendo unas convulsiones internas tremendas.

¿Una derrota en Europa sería un golpe duro para el PSOE?

Vamos a ganar las elecciones europeas. Tenemos la voluntad y la capacidad de hacerlo. No puede haber ni el más mínimo desánimo, ni la más mínima melancolía. Podemos y debemos ganarlas.

¿Cómo explica que, acosado por la trama Gürtel, el PP siga liderando las encuestas del 7-J?

Los ciudadanos son inteligentes y estoy convencido de que acabaran facturando los escándalos de corrupción y espionaje. Las encuestas tiene el valor que tienen, lo que vale es lo que se decide en las urnas.

¿El cambio de Gobierno servirá de revulsivo electoral?

Servirá de revulsivo, pero sobre todo para la lucha contra la crisis. El Gobierno de Aznar fundamento el crecimiento en la especulación y el ladrillo. Necesitamos profundizar en el cambio del modelo productivo y para eso era necesario un nuevo Gobierno.

¿Y para eso no era adecuado el anterior gabinete?

Bueno, el anterior Gobierno se crea cuando nadie podía calibrar la dimensión de la actual crisis y la evolución económica del mundo. Ninguna agencia fue capaz de prever la intensidad de la crisis. Zapatero había dispuesto un Gobierno para unas circunstancias menos agresivas. La evolución hacía necesario reforzar políticamente ese Gobierno.

¿Qué valoración hace de los últimos datos del paro?

El dato es objetivamente muy malo. Tenemos que redoblar los esfuerzos. Esa es nuestra prioridad y esperamos que las medidas del Gobierno comiencen a dar resultados. No dejamos de trabajar ni un minuto en ello.

¿Cree que el gobernador del Banco de España se equivocó al hablar de las pensiones?

Nosotros podemos debatir todo lo necesario, pero no se pueden lanzar mensajes u opiniones catastrofistas que están totalmente injustificadas. Está claro que en nuestro país el sistema de pensiones está totalmente garantizado y hay que decirlo. Por tanto, los ciudadanos merecen un mensaje de tranquilidad. Los mensajes disolventes son muy peligrosos para la cohesión social de nuestro país.

Usted fue ministro de Defensa, ¿cree que Trillo debe asumir responsabilidades políticas en el caso Yak?

La gestión de la catástrofe fue penosa por parte del Gobierno de Aznar y quiero resaltar que estamos con las familias de las víctimas. Yo ya hubiera asumido responsabilidades políticas.

¿Cree que se puede vencer a ETA en un futuro próximo?

La historia de la democracia es la historia de la desaparición de ETA, poco a poco, sin pausa. La Policía y la Guardia Civil, los jueces, el sistema penitenciario la acción del Gobierno de cara a la desaparición definitiva de ETA está siendo muy eficaz. Ahora, mucho cuidado, porque la organización terrorista mantiene capacidad de atentar y hay que estar con la guardia muy alta. Acabaremos con ETA

El Gobierno cambió de estrategia hace año un medio. ¿Se equivocó al negociar?

Felipe González, Aznar y Zapatero hicieron lo que debe hacer el presidente de un Gobierno democrático. Ante la posibilidad de acabar con el terrorismo iniciaron procesos de diálogo. En los tres casos, las cosas salieron mal por la absoluta esquizofrenia de una banda que es terrorista y se mostró incapaz de salir de la espiral del terrorismo. Se acabó simplemente cualquier posibilidad de diálogo.

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