Este artículo se publicó hace 13 años.
La Delegación del Gobierno prohíbe el recorrido de la marcha antipapa
Propone un recorrido más corto y alude al "reto de la imagen de la ciudad de Madrid" con la visita de Benedicto XVI
"Los católicos pueden campar a sus anchas, con dinero público, por todo Madrid, pero al resto de ciudadanos se nos restringe ese derecho". Francisco Delgado, presidente de Europa Laica, una de las 140 entidades convocantes de la manifestación contraria a la visita de Benedicto XVI a Madrid, que debía celebrarse el próximo 17 de agosto entre Tirso de Molina y Sol, se mostraba visiblemente enfadado. El motivo: la Delegación del Gobierno en Madrid ha prohibido el recorrido de la marcha, aduciendo problemas de seguridad ante una posible "confrontación" entre los manifestantes y los jóvenes católicos, así como la necesidad de preservar "la imagen de la ciudad de Madrid para más de un millón y medio de turistas que llegan a la capital" y que se congregarán en torno al papa en la Jornada Mundial de la Juventud.
En su resolución, el departamento dirigido por María Dolores Carrión subraya que los recorridos elegidos para la manifestación (que llevará por lema "De mis impuestos, al papa cero" y "Por un Estado laico") "imposibilitan no sólo un dispositivo policial o de emergencias, sanitario o de protección civil cuando el espacio público va a estar ocupado por más de un millón de personas que llegan a Madrid".
El lema de la protesta es: "De mis impuestos, al papa cero"
Algo con lo que no están de acuerdo los manifestantes. "Lo que pretenden es arrinconarnos, y por eso nos mandan a dos calles en Lavapiés", señala Delgado, quien apunta que, a la espera de una reunión con la delegación del Gobierno, los organizadores mantienen "sí o sí" el recorrido inicial, que había sido pactado con anterioridad con las autoridades. "Saldremos desde Tirso de Molina hasta donde nos dejen llegar", aseveró.
En el escrito, la delegada del Gobierno subraya que la marcha podría suponer "una tensión para la seguridad ciudadana", pero no la suficiente como para prohibir la manifestación, aunque sí advierte que, en caso de incidentes, la responsabilidad final de lo que ocurra será de los organizadores.
Como en la procesión atea"Lo que pretenden es arrinconarnos", se quejan los convocantes
A su vez, el vicealcalde de Madrid, Manuel Cobo, aseguró que el Ayuntamiento emitirá un informe desfavorable a cualquier manifestación contraria a la visita papal, y mucho menos "en las proximidades, cuando va a haber cientos de miles de personas celebrando justo lo contrario".
En este sentido, Cobo señaló que debería seguirse la misma pauta que cuando se prohibió la "procesión atea" por el centro de Madrid: "El informe del Ayuntamiento fue desfavorable y lo será también en este caso cuando nos llegue esa petición de informe por parte de la Delegación del Gobierno".
Finalmente, la Comunidad de Madrid (cuya presidenta Esperanza Aguirre ya pidió la semana pasada que se prohibiera la manifestación antipapa) también instó a la Delegación de Gobierno a que ponga "todos sus efectivos" a disposición de la Jornada Mundial de la Juventud ante posibles manifestaciones delMovimiento 15-M, y pidió a los indignados "que respeten los derechos de todos", según advirtió la consejera de Presidencia, Regina Plañiol.
Iniciativas ciudadanasLa manifestación del 17 de agosto es una de las múltiples iniciativas que los colectivos laicos y ciudadanos, apoyados por los cristianos de base y con el aval del 15-M, pretenden llevar a cabo en Madrid para protestar contra la financiación estatal de la visita de Benedicto XVI. "No estamos a favor ni en contra de que el papa se reúna con sus fieles, lo que nos molesta es que lo haga con el dinero de todos, y poniendo de manifiesto los privilegios que la Iglesia católica sigue teniendo en nuestra sociedad", denunció el presidente de Europa Laica.
Entre los actos que se preparan, destaca un festival de disfraces en Rivas-Vaciamadrid, así como un pasacalles por las calles de Madrid. Del mismo modo, se ha advertido a la Fiscalía General del Estado contra los posibles delitos que puedan derivarse de las palabras de Benedicto XVI condenando leyes aprobadas por el Parlamento, como el matrimonio homosexual o la ampliación de la Ley del Aborto.
Por su parte, en sus últimas asambleas, el Movimiento del 15-M apuntó una serie de actos de protesta, que van desde la escenificación de un vía crucis reivindicativo, la colocación de puestos informativos en los lugares donde se hospedarán los peregrinos y una manifestación en Neptuno paralela a la misa del martes 16 en la Plaza de Cibeles con la que se inaugurará la Jornada Mundial de la Juventud. Algunos han propuesto, además, desplazarse al parque del Retiro durante la jornada en la que Benedicto XVI confesará a varios jóvenes.
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