Este artículo se publicó hace 14 años.
Dos detenidos en Tarragona por el incendio que mató cinco bomberos en junio
Dos vecinos de Tarragona y Castellón acusados de provocar el incendio de Horta de Sant Joan en junio pasado
Los Mossos d'Esquadra detuvieron el jueves a dos personas como presuntos autores del incendio forestal del 21 de julio en Horta de Sant Joan (Tarragona), donde murieron cinco bomberos.
Son Antoni P.M., de 26 años y vecino de L'Aldea (Tarragona), y Lorenzo F.M., de 27 años y vecino de Calig (Castellón). Ambos han ingresado en prisión preventiva tras declarar ante el juez, y fueron detenidos el pasado 7 de enero por agentes del Área Territorial de Investgación de Terres de l'Ebre, según informaron los Mossos en un comunicado.
El juez les imputa un delito de incendio forestal, cinco delitos de homicidio por imprudencia y un delito de lesiones. La investigación, que se inició hace 6 meses, indica que los acusados iniciaron una hoguera pese a la prohibición y las malas condiciones climatológicas, informa Albert Martín Vidal.
Los cinco bomberos, naturales de Lleida, murieron durante la extinción del fuego cuando estaban en una zona de difícil acceso, y después de un cambio súbito de la dirección del aire, al quedar rodeados por las llamas.
Un rayo, la primera hipótesisEl devastador incendio calcinó 1.140 hectáreas, 400 de las cuales pertenecían al parque natural de Els Ports de Beseit. Horas después de haberse controlado el incendio, el conseller de Medio Ambiente de la Generalitat, Francesc Baltasar, atribuyó el origen del fuego a un rayo caído seis días antes.
El rayo, según la versión de Baltasar, había caído el 14 de julio y provocado un pequeño incendio en la hojarasca que había acumulada a los pies de un pino y aguardó en forma de brasa hasta encontrar unas condiciones climatológicas propicias para propagarse, ya que hasta entonces la humedad era del 50%, casi no soplaba viento y el calor era soportable.
Sin embargo, la situación cambió a partir del día 20, cuando la humedad cayó en picado, la temperatura subió y el viento empezó a soplar con fuerza, lo que avivó las brasas que aún persistían entre la hojarasca, que se convirtieron en una mecha que acabó dando pie al mortal incendio, relató entonces Baltasar.
Los técnicos informaron al conseller de que el incendio se habría iniciado la noche del 20 de julio y avanzado muy lentamente, ya que al mediodía del día 21 el perímetro alcanzado por las llamas era de tan sólo 50 hectáreas.
En esas 50 hectáreas se halló el epicentro barajado: un pino de 14 metros de altura y 30 centímetros de diámetro que presentaba las típicas marcas que dejan los rayos, una larga herida muy reciente, de la que aún supuraba resina.
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