Cuando el conseller de Interior catalán, Joan Saura, expresó su deseo de incorporar inmigrantes a la policía autonómica, recibió un alud de críticas y se le acusó de discriminar a los autóctonos en favor de los foráneos.
Ahora, la Comisión del Consejo de Europa contra el Racismo y la Intolerancia (ECRI) viene a darle la razón y hace una llamada a las policías europeas a 'reclutar a miembros de grupos minoritarios infrarrepresentados y asegurarse de que disfrutan de una igualdad de oportunidades en el desarrollo de su carrera'.

No discriminación positiva

Desde que hizo públicas sus intenciones, la Generalitat ha puesto mucho énfasis en negar cualquier tipo de discriminación positiva en las pruebas de acceso al cuerpo y también en resaltar que los candidatos tiene que tener la nacionalidad española. Por ello, lo que ha hecho es ofrecer a los candidatos inmigrantes cursos de catalán para que preparen mejor esas pruebas y no estén en condiciones de inferioridad.

Los expertos policiales coinciden en que es muy importante contar con agentes que conozcan los idiomas y costumbres de las diferentes comunidades, así como que sean capaces de inspirarles confianza. El otro argumento de Saura es que ahora el número de agentes de origen inmigrante representa sólo el 0,4% del total; es decir, 49 de 11.757. Para Saura lo ideal sería tener un porcentaje del 13,71%, el que hay en la sociedad catalana actual. Eso en números reales serían 1.600 agentes, una promoción entera de mossos.

El informe europeo reconoce que la actividad de la policía se ha complicado 'en este periodo de globalización y de terrorismo internacional', que confronta a agentes a 'una sociedad cada vez más diversa, compuesta por personas de orígenes étnicos y religiosos variados, con los que a veces están poco familiarizados y ante los cuales en ocasiones no saben como reaccionar'.