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Feijóo recupera para una empresa pública a la conselleira cuyo marido ganó una oposición amañada

Rocío Mosquera dirigía la Sanidad gallega cuando la Xunta negó tratamientos de hepatitis C a varios pacientes, caso por el que la Fiscalía acusa a dos de sus altos cargos de un delito de homicidio imprudente

Sanidad Rocío Mosquera, cuando era conselleira de Sanidad, en una reunión de 2012 del Consejo Interterritorial de Salud.

JUAN OLIVER

La Xunta de Galicia ha recuperado para la gerencia de la empresa pública que elabora sus planes sanitarios a la ex conselleira de Sanidad Rocío Mosquera, cuyo esposo ganó una oposición amañada para ocupar la jefatura del servicio de Cirugía Digestiva del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago cuando ella era gerente del Servicio Galego de Saúde, organismo encargado de convocar el concurso.

Además, Mosquera era la titular de Sanidad cuando la Xunta negó tratamiento a varios enfermos de hepatitis C, un caso por el que el fiscal pide penas de prisión por homicidio imprudente para dos altos cargos de su Consejería.

El Gobierno gallego, que preside Alberto Núñez Feijóo, anunció ayer que Rocío
Mosquera será la nueva gerente de Galaria, una empresa en el que la Xunta es el
único accionista
y que tiene como objeto realizar los trabajos de asesoría y consultoría en materia sanitaria, y también de gestionar la prestación de atención médica en servicios de alta tecnología.

Galaria es la heredera del Instituto Galego de Medicina Técnica (Medtec), creado bajo el mandato de José Manuel Romay Beccaría, exministro de Sanidad con Aznar y exconsejero de esa área con Manuel Fraga. Medtec fue el buque insignia del plan que Romay ideó a mediados de los años noventa, con Feijóo como secretario general de la Consejería, para dotar de mecanismos de gestión privada a la sanidad pública.

Profesionales del sector consideran inaudito que Mosquera vuelva al frente de varias administraciones

El propio Feijóo defendió ayer la designación de Mosquera alegando que se trata "de un nombramiento dentro de la casa de una persona de la casa", subrayando su valía y acreditación "desde el punto de vista profesional". Una opinión que no comparten los profesionales del sector, que consideran inaudito que se recupere para la gestión pública a una persona con una más que polémica trayectoria al frente de varias administraciones.

Mosquera, licenciada en medicina y cirugía con especialidad en aparato digestivo, fue conselleira entre el 2013 y septiembre del 2015, fecha en la que fue destituida por Feijóo apenas unos días después de una multitudinaria protesta en Vigo contra las política sanitarias de la Xunta. Los manifestantes exigían el cese de Mosquera por el caos originado en la apertura del nuevo hospital de la ciudad y por la privatización de servicios en el mismo.

Además, bajo su mandato se produjo un sonoro escándalo por la aplicación de severos recortes en la prestación sanitaria que derivaron en la negativa o el retraso del Sergas a facilitar y financiar tratamientos contra la hepatitis C a varios pacientes de esa enfermedad. Pese a las denuncias de los propios médicos, algunos de esos pacientes murieron, lo que abrió una vía judicial a la polémica que hoy sigue abierta en el juzgado de Instrucción número tres de Santiago, donde la Fiscalía acusa de un delito de homicidio imprudente a los entonces responsables de Asistencia Sanitaria y de Farmacia del Sergas.

Durante el mandato de Mosquera se produjo el polémico caso de la hepatitis C

Por si fuera poco, Mosquera se vio envuelta en otro caso de irregularidades cuando los tribunales consideraron probado que su marido, el cirujano Manuel Bustamante, había ganado injustamente en el 2011 la jefatura del Servicio de Cirugía Digestiva del hospital de Santiago. Mosquera no era entonces consejera, pero sí gerente del Sergas, el organismo encargado de convocar una oposición que tanto el juez de primera instancia como el Tribunal Superior de Justicia de Galicia consideraron que fue objeto de un irregular "desvío de poder" destinado a otorgarle la plaza a Bustamante y a arrebatársela a Evaristo Varo, el médico que entonces la ocupaba.

Con Mosquera ya en la consejería siguieron produciéndose casos similares, en un
proceso de purga en la sanidad gallega en la que al menos media docena de
facultativos fueron relevados de sus puestos con concursos trampeados
, según los tribunales, para colocar en ellos a galenos más afines al PP de Feijóo.

Por su parte, fuentes de la Asociación Batas Blancas, que agrupa a profesionales de la sanidad pública en Galicia, considera que el nombramiento de la ex consejera al frente de Galaria "no es adecuado", no sólo "por su nefasta gestión pasada, por el escándalo de la hepatitis C y por los casos de enchufismo, sino también por su falta absoluta de talante y capacidad de diálogo".

Además, Batas Blancas mostró su extrañeza porque Mosquera no se haya"autodescartado" para ocupar la gerencia de Galaria, teniendo en cuenta que durante su carrera profesional también ha ocupado varios puestos de relevancia en la gestión de empresas y hospitales privados que facturan millonarias cantidades anuales al Servicio Galego de Saúde, como la clínica Povisa de Vigo.

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