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El fiasco policial hunde a la familia de Sara

La pista que llevó al pozo sólo halla huesos no humanos

SUSANA HIDALGO

La única pista que parecía certera tras tres años y medio de investigación sobre la desaparición de la niña canaria Sara Morales se ha perdido. La Policía Nacional dio hoy al mediodía por finalizados los trabajos en el pozo de Jinámar, en Las Palmas de Gran Canaria, donde se trataba de recuperar una bolsa con restos óseos localizada por una cámara subacuática durante la investigación sobre la desaparición de la menor.

La bolsa no ha aparecido, sólo han sido sacados 'huesos de menor tamaño al esperado', según explicó hoy Concepción de Vega, jefa superior de la Policía Nacional en Canarias. Es decir, que los huesos hallados no son humanos.

Las Palmas se volcó toda la semana en la búsqueda de los restos de la menor

La investigación se dio por concluida y el pozo fue precintado, ante la indignación de la familia de Sara Morales, que fue informada de lo ocurrido por una llamada de este periódico. 'Me quedo muerto', señaló Pedro Ramos, tío de la pequeña y uno de los portavoces familiares.

El carpetazo a la pista del pozo cierra también la posibilidad de investigar que los restos sean del pequeño Yeremi Vargas, que también desapareció hace cuatro años en el municipio grancanario de Vecindario. Las madres de los dos menores desaparecidos han vivido unos días de tensión y ansiedad ante la posibilidad de que los restos fueran de sus hijos. 'Todo me ha removido y estoy teniendo pesadillas', aseguró Ithaisa, la madre de Yeremi.

Las autoridades no saben explicar las razones de la confusión

Ni la jefa de Policía ni el subdelegado del Gobierno, Vicente Oliva, supieron explicar qué ha pasado. La policía no ha aclarado si la bolsa con los restos óseos se ha perdido en una de las galerías subterráneas, si se ha roto o si la imagen que tomó la cámara subacuática ha distorsionado el tamaño real de los huesos. Otros restos óseos más pequeños están ahora siendo analizados por la Policía Científica canaria. También se analizan 'otros objetos [ropa] encontrados dignos de investigación', afirmó De Vega. La responsable policial explicó el cierre de la investigación porque 'el especialista en el pozo' advirtió de que las compuertas están a punto de estallar por la presión del agua que entra continuamente de las galerías y dejó claro que no se responsabiliza de lo que pudiera suceder. 'Hay serios problemas de seguridad', afirmó De Vega.

El día anterior ya se habían producido problemas con la bomba que estaba extrayendo el agua del pozo y hacía días que los agentes habían perdido contacto visual con la bolsa que tenía los restos.

Si por la noche la familia de Sara se mantenía en la incertidumbre, por la mañana recibió el jarro de agua fría. Nieves Hernández, la madre de la menor, señaló el miércoles pasado a este diario que albergaba sentimientos contrapuestos. 'Por un lado, quiero que sean sus restos y así poder cerrar esta espera inaguantable, pero por otro me gustaría que no lo fueran para mantener la esperanza de que sigue viva'.

El problema es que, de momento, la bolsa con los restos óseos se ha esfumado. Hoy, Nieves y su marido se fueron varios días al campo con su otra hija, Alba, por consejo médico, ya que la niña estaba alterada desde que comenzó la investigación del pozo. La madre había pedido hacía dos semanas a la policía que rastreara una zona que le había señalado una vidente. No hubo éxito. Ahora, la última búsqueda también ha fracasado. Su teléfono móvil permanecía hoy apagado y con el buzón de voz lleno.

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