Este artículo se publicó hace 14 años.
La fortaleza de las mujeres a los 60 años
La descarga de responsabilidades y el disfrute de la libertad causa una eclosión de vitalidad en la mediana edad
"La vida no acaba a los 40, ni a los 50 ni a los 60 años". La frase es de la actriz y cantante británica Jane Birkin (1946). La pronunció la semana pasada durante la presentación en Tokio de su última película Thelma, Louise et Chantal, una cinta que refleja la fortaleza y las ganas de vivir de las mujeres que se encuentran en la madurez. "Porque no es verdad que cuando ya no podemos tener hijos perdemos el interés", apostilló Birkin.
La voz que sedujo a medio planeta a ritmo de la canción Je taime, moi non plus junto a Serge Gainsbourg a finales de los sesenta, define bien un fenómeno que ha surgido en los últimos años y que, como señalan las mujeres consultadas por este periódico, se da por primera vez: la mujer, a partir de los 50-55 años, ya no se queda en casa o reduce su jornada al trabajo y al hogar. Comienza a apuntarse a cursos, al gimnasio, sale con sus amigas. O toma decisiones como la de jubilarse "algunos años antes que su marido para disfrutar ese tiempo de sí misma", según cuenta la escritora y profesora Clara Obligado (Buenos Aires, 1950) acerca de una alumna suya.
"Las hormonas te dejan y adquieres serenidad", dice Clara Obligado
"Sí, las mujeres de mi generación tenemos una nueva forma de hacernos maduras, envejecer y morir", apunta Dolors Renau, psicóloga y política. Ella misma es un ejemplo: desde hace un tiempo recibe clases de piano en su casa.
Además, a este fenómeno se une un curioso efecto espejo entre las mujeres de sesenta y las que se encuentran en la treintena. "Nuestra generación es la primera que luchó por la independencia y consiguió muchas libertades. Por eso es posible un diálogo con las más jóvenes, porque nosotras conocemos lo que ellas viven ahora. Entre nuestras madres y nosotras había muchísima más distancia, porque ellas habían vivido una vida totalmente distinta", apostilla Renau.
Este despertar hay que desarrollarlo con matices. Como advierte Clara Obligado, "a partir de los cincuenta empieza la mejor etapa de la vida, eso sí, si tienes solvencia económica, si tienes un trabajo y te encuentras bien de salud. Si pierdes el trabajo a esta edad, es muy complicado encontrar otro".
Sin niños ni hormonas¿Cuáles son las causas de este estallido de vitalidad? Los factores pasan por diferentes ámbitos. Uno muy importante es, según Obligado, que "las hormonas te dejan tranquila. En contra de lo que se ha dicho siempre, adquieres una mayor serenidad". Tranquilidad y sin la carga de los hijos. Tiempo para pensar en lo que quieres hacer. "Incluso salir del armario", sostiene Obligado.
A ello se suma el aumento de la esperanza de vida. "España es el país en el que más años vivimos después de Japón. Ya hay muchas mujeres de 90 años y, evidentemente, muchísimas más de 70 y 60 años muy activas", comenta Francisca Sahuquillo, directora en la actualidad del Instituto Nacional de Consumo.
El hecho de haber luchado por la libertad y la independencia cuando eran jóvenes, la llegada de la democracia y la paulatina aprobación de leyes que fomentan la igualdad son otras razones que explican el fenómeno. "Nosotras sabemos que las cosas no te vienen dadas, por eso intentamos disfrutar de esa libertad ganada", asegura Renau. Además, para muchas ha llegado el momento de no cumplir más con lo que la socióloga Amelia Valcárcel denominó ley del agrado: ser buena, eficaz y obediente.
"Disfrutamos de la libertad ganada", apunta la psicóloga Dolors Renau
Y bella. Un elemento al que estas mujeres tampoco dan importancia es el de la famosa invisibilidad. "Yo ahora me hago visible cuando quiero. Y se agradece bastante dejar de ser una mujer objeto", afirma tajante Clara Obligado, quien no duda en reconocer que practica un sexo "más placentero que cuando era más joven".
Hombres desganadosPero, ¿estas ganas por disfrutar de la vida pueden ceñirse a una cuestión de género? "A medias, aunque por mi experiencia veo que a los 60 años los hombres se cansan de la política y sólo dicen: Esto no vale para nada. Es el pesimismo ilustrado. La mujer, al haber estado acostumbrada siempre a cuidar de alguien, es más permeable a los problemas. Y, además, vemos qué podemos cambiar desde lo cotidiano", comenta Dolors Renau.
Francisca Sahuquillo, desde los datos que maneja en el Instituto de Consumo, apunta, además, a la curiosidad de las mujeres. "Nosotras somos más participativas y tenemos más intereses. Lo que pasa es que si con esta edad parece que se hacen más cosas es porque antes nos ha faltado tiempo".
La parte negativa a este movimiento es que "está teniendo poco reflejo en las generaciones más jóvenes. Creo que no son tan rebeldes como nosotras", reconoce Sahuquillo. La clave para Dolors Renau es que las jóvenes están noqueadas: "Han sido educadas en la igualdad, pero como las instituciones son patriarcales, cuando llegan al mundo laboral chocan con todos los obstáculos. Lo están pasando mal". Y esto contesta al interrogante sobre los motivos de esperar a esta edad para el disfrute.
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