Público
Público

Galicia se blinda contra el fuego

Esta comunidad sufrió más de la mitad de los incendios de la última década, pero las cosas mejoraron en 2007, que fue el año con menos incendios. Más medios, más coordinación y más prevenci&oa

PANCHO TRISTÁN

Hay veranos, en Galicia, que apestan a humo y a tragedia. El terrorífico estío de 2006, por ejemplo. Ardió tanto que la superficie quemada podría compararse con la que ocuparían 96.000 campos de fútbol. Las cosas mejoraron mucho en 2007: fue el año con menos incendios de las últimas décadas, ardieron poco más de 7.000 hectáreas. “Este año queremos continuar con esta tendencia”, dice Alberte Blanco, el director general de Montes de la Xunta de Galicia.

Más medios, más coordinación, más tecnología y más prevención. Ésa es la receta de la Consellería de Medio Rural de la Xunta para evitar y combatir las llamas.

Cuando explica los procesos puestos en marcha para eliminar el humo del imaginario estival de los gallegos, Blanco siempre habla de trabajos de largo plazo, de procesos que llevan tiempo. La primera de las tareas es la generación de una cultura de la prevención. “Entre el 70% y el 80% de los incendios forestales son provocados, voluntaria o involuntariamente”, explica.

Además, hay otras cuestiones pendientes cuyo abordaje resulta mucho más complejo. El abandono del medio rural por parte de la población, por ejemplo. La deserción del arado, el éxodo de la población del campo hacia las ciudades, es uno de los agentes fundamentales para entender la magnitud que ha adquirido el problema de los incendios en los últimos años: cuando la gente se va, la biomasa se acumula en los bosques. De ahí que Óscar Lama, miembro de la Asociación para la Defensa Ecológica de Galicia (ADEGA), reclame políticas que potencien el aprovechamiento ganadero de los montes.

Si los animales se comen la maleza, el fuego se queda sin combustible. “Además, se genera una actividad económica que ayuda a fijar población en el campo”, añade Lama.

Blanco coincide con Lama en que “el abandono del campo está en la base de la proliferación de incendios”. Es un problema a corregir a largo plazo. Pero para él, la temporada de incendios ya está aquí.

El Plan de Defensa contra Incendios de Galicia (Pladiga) tiene entre sus objetivos tanto la reducción del número de incendios como la minimización de la superficie que arde en cada uno de ellos. Según fuentes de la Xunta, cerca de 15.000 personas trabajarán durante los meses de verano en combatir el fuego en Galicia. Si su trabajo y las labores de prevención que se desarrollan durante todo el año logran sus objetivos, España entera respirará mejor: según los datos del Gobierno central, el 53% de los incendios que asolaron España entre 1995 y 2006 tuvo lugar en alguna de las cuatro provincias gallegas.

El cambio de Gobierno en Galicia (2005) supuso un giro radical en la estrategia para atajar el problema del fuego. Antes, las brigadas antiincendios eran gestionadas por cada municipio. “Hemos unificado el mando”, explica Blanco. Además, el operativo funciona todo el año para anticiparse al fuego: preparando el monte, reuniéndose con los vecinos para evitar incendios provocados de manera involuntaria, detectando focos de peligro.

Desde el PP, la percepción es otra. Recuerdan que el cambio de modelo en la lucha contra incendios ha generado excluidos. Algunas personas que formaban parte de las brigadas municipales en otra época no están ahora integradas en el operativo. “No podemos prescindir del conocimiento que tienen”, sostiene el diputado autonómico del PP Roberto Castro. “Ojalá que me equivoque, pero es un error dejar fuera a alguna gente que lleva muchos años trabajando”.

El responsable de Montes de la Xunta confía en que conseguirán continuar menguando la negra estadística de las superficies quemadas. Y se aferra, entre otras cosas, a la tecnología de la que ahora se dispone en la batalla contra las llamas. Desde 2007, la Consellería de Medio Rural cuenta con una aplicación informática específica para gestionar la lucha contra el fuego en tiempo real. Fue diseñada por técnicos propios y por investigadores de las universidades gallegas. “Hemos abandonado la pizarra en la lucha contra incendios”, bromea alguien desde la Consellería.
Mientras tanto, el calor ya ha regresado a Galicia. Y con él, la amenaza de incendios. Las brigadas antiincendios ya están desplegadas. El verano, largo y quizás cálido, apenas comienza.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias