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El Gobierno de Aguirre admite el incumplimiento de contratos

El consejero de Economía atribuye a 'sinergias' las campañas fantasma

PERE RUSIÑOL

El consejero de Economía y Hacienda de la Comunidad de Madrid, Antonio Beteta, admitió ayer por vez primera que las campañas de publicidad fantasma que contrató el Gobierno de Esperanza Aguirre a las puertas de las elecciones de 2007 no se realizaron en los términos adjudicados, sino que se 'integraron' en otras campañas. 'Todo se llevó a cabo; se integró, se produjeron sinergias entre las campañas', aseguró Beteta en la Asamblea de Madrid.

Las campañas de publicidad fantasma que permitieron a tres empresas coordinadas con la trama Gürtel embolsarse 4,55 millones de euros en contratos publicitarios que no se materializaron, llegaron ayer a la Cámara madrileña por iniciativa del PSOE. Beteta defendió el éxito de las adjudicaciones del Instituto Madrileño de Desarrollo (Imade), que en verano de 2006 sacó por la vía de urgencia concursos publicitarios por valor de casi 10 millones, y los consideró claves para conseguir que la región aumentara, dijo, el 5,8% de empresas innovadoras entre 2006 y 2007.

Pero Beteta no aportó una sola prueba de que la campaña Made in Madrid, adjudicada a MQM por 1,25 millones de euros, se realizara. Tampoco la de El motor de nuestro desarrollo, adjudicada a Over Marketing y Comunicación por dos millones. Ambas fueron seleccionadas por Swat SL, consultora que elaboró la propuesta de adjudicación -asumida luego al 100% por la mesa de contratación-, por lo que se embolsó 1,3 millones. Las tres empresas se han coordinado con el núcleo duro de la trama Gürtel para obtener contratos en Madrid, según refleja el sumario que instruye el juez Antonio Pedreira.

Beteta exhibió ante el pleno fotografías pertenecientes a otro proyecto, adjudicado y pagado a la agencia Ruiz Nicoli, como supuesta demostración de que las campañas polémicas se hicieron. Su explicación fue que esa campaña, adjudicada el mismo día con condiciones distintas a las de MQM y Over Marketing, acabó en un único paquete: se 'integraron' con posterioridad, a la búsqueda de 'sinergias'.

La versión de Beteta implicaría la adjudicación más cara en creatividad de la historia de España: 4,5 millones. Los concursos equivalentes más caros de ámbito nacional, con actualización constante, sólo muy raramente superan los tres millones. Y los de ámbito regional en una zona como Madrid suelen rondar los 200.000 euros, el precio que costó, por ejemplo, la creatividad de Yes, we want.

Beteta ridiculizó los argumentos de Reyes Montiel, la diputada de IU que destapó el escándalo, y las del socialista Enrique Echegoyen. A Montiel le llamó 'vaga' por no haber encontrado las pruebas que él no fue capaz de exhibir y reiteradamente le instó a 'trabajar en lugar de decir mentiras'.

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