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Griñán pide a los suyos que cambien el paso

El nuevo líder del PSOE andaluz alerta de la merma de apoyos

ÁNGEL MUNÁRRIZ

José Antonio Griñán, elegido este viernes secretario general del PSOE andaluz, quiere que el partido cambie el paso en la comunidad para ajustarse a una nueva realidad que desborda los viejos esquemas del socialismo. Según Griñán, Andalucía es más cosmopolita y emprendedora y contacta menos con el PSOE por haber desarrollado un mapa sociológico más próspero y moderno. Y eso es fruto, precisamente, de tres décadas de acertados gobiernos socialistas.

Con este mensaje, que le permitió combinar el reconocimiento a sus predecesores con la alerta por el descenso en las encuestas, se presentó ayer en Sevilla ante el congreso extraordinario del PSOE andaluz el presidente de la Junta, que se convirtió en cuarto secretario general del partido con el 99,8% de los votos (497 a favor y uno en blanco), un porcentaje jamás alcanzado ni por Chaves, que también ganó en 2008 por aclamación.

La urgencia de Griñán por hacerse con el control orgánico, alterando los planes de Chaves, precipitó la convocatoria del congreso, concebido para darle un espaldarazo. Misión cumplida. Pero el cierre de filas en torno a Griñán no oculta cierta desazón en la organización por su tendencia al bandazo inesperada. Es aún una mayoría heredada.

El congreso le dio un apoyo (99,8%) que ni siquiera consiguió Chaves 

Los mayores recelos provienen del modo en que abrió la caja de los truenos en el PSOE de Sevilla al anunciar la marcha del alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, lo que ha suscitado una pugna entre el regidor y el secretario provincial, José Antonio Viera, por decidir el sucesor. Los ecos de esa batalla interna trasladaban por momentos su centro de gravedad de la tribuna de oradores a los pasillos.

Por lo demás, todo estaba diseñado para tenderle una alfombra roja, incluyendo la asistencia de cuatro ministros: Bibiana Aído, Ángel Gabilondo, Cristina Garmendia y José Blanco. Sabedor de que tenía garantizados los votos pero aún debe ganarse el liderazgo, Griñán se presentó al congreso con humildad, remarcando que era sólo un candidato y desgranando sus grandes apuestas: protección social, innovación, educación, igualdad, equilibrio...

'No somos de fulano ni de mengano', subrayó, intentando taponar un eventual surgimiento de frentes derivados del reequilibrio de poderes. Griñán pidió un 'compromiso de unidad' y trabajo para 'enamorar día a día a Andalucía', en una frase con tan evidente vocación de titular que sonó rara en el habitualmente frío Griñán.

Es una mayoría heredada. Su liderazgo aún está por consolidarse 

Luego llegó el zarandeo por las solapas al partido, que el año próximo se expone al riesgo cierto de dejar en manos del PP la Alcaldía de las ocho capitales. 'Si el PSOE no consigue apoyos en determinados núcleos urbanos, si los pierde en determinados sectores y si muchos jóvenes se quedan en casa a la hora de votar, no podemos pensar que todo el mundo lleva el paso cambiado', dijo.

La crítica apuntó sobre todo en un sentido: la falta de contundencia contra las prácticas que perpetúan el mito de la Andalucía subsidiada, pícara e indolente. 'Algunas de nuestras actuaciones producen sentimientos de agravio cuando no se combate con energía el fraude en las prestaciones sociales o cuando no elegimos siempre por el mérito y la capacidad', afirmó Griñán.

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