Este artículo se publicó hace 14 años.
John Lennon le sale caro a Almería
Ser mito tiene inconvenientes incluso después de muerto, cuando el recuerdo se reduce a una inofensiva estatua. La que Almería le dedicó al beatle John Lennon en 2007, casi 40 años después de visitar la ciudad donde compuso Strawberry Fields Forever, ha sufrido ya siete agresiones: le han destrozado las gafas varias veces, su guitarra ha perdido las clavijas y ahora el mástil ha quedado destrozado. La efigie, de bronce fundido, llegó a ser pintada con los colores de la bandera española.
¿Viven en Almería los mayores fanáticos de los Rolling Stones –eternos rivales de la banda de Liverpool–, o quizá estén más dolidos los seguidores de Mc Cartney, la cara opuesta del propio Lennon? Sin más concesión al humor, la concejal de Cultura, Lola de Haro (PP), no da crédito.
“Si se tratara de fanáticos habrían dejado una pintada o una nota para manifestar su protesta. La estatua no aguanta más de tres o cuatro meses sin ser atacada”, explica De Haro, que tampoco considera que detrás de los ataques haya un motivo político o ideológico. “Sin embargo, otras estatuas con características similares, como la de Nicolás Salmerón [presidente de la I República], están intactas”, matiza.
A ras de suelo –Lennon es representado sentado y tocando su guitarra–, la efigie, obra de Carmen Mudarra, ya fue trasladada desde su primera ubicación –La Rambla– a un lugar más transitado, el Paseo de Almería. Pero el cambio tampoco surtió efecto. “Creo que es un acto vandálico, porque a nosotros también nos tiran los arbolillos de la entrada”, explica Diego, empleado del hotel Costa Sol, a unos 50 metros de la estatua. ¿Y por qué sólo atacan a Lennon? “Puede ser que alguien le tenga manía u otras preferencias musicales”, admite riendo.
Si la agresión es consecuencia de preferencias, la nueva ubicación, según los vecinos, tampoco ayudará mucho: fue Avenida de la República en 1931 y Avenida del Generalísimo en el 39.
5.000 euros por reparación
Mitos aparte, el problema es serio. Además de los actos vandálicos, la historia presenta un cariz económico importante, y más en tiempos de crisis. Las constantes reparaciones del monumento han supuesto un desembolso de más de 5.000 euros de las arcas municipales cada vez que ha sido restaurado, una cifra que supera incluso el coste inicial de la estatua, en torno a los 36.000 euros.
La cantidad, no obstante, dista mucho de los 3,6 millones que pagó el vecino Ayuntamiento de El Ejido por traer a los Rolling. Dicen que el alcalde, Juan Enciso (PAL), se tomó el concierto como un reto tras romper con el PP y que presumía de negociar directamente con Mick Jagger. Ahora está en la cárcel acusado de cinco delitos.
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