Este artículo se publicó hace 14 años.
La memoria histórica se hace eficaz en La Andaya
Las familias de 44 asesinados en Burgos reciben los restos identificados tras un proceso de exhumación ejemplar
Tenía cuatro años cuando mataron a mi padre. Fue tan impactante que me acuerdo como si fuera hoy. Los gritos de mi madre, el dolor y la mudanza. De buenas a primeras inundaron de tristeza nuestra casa". Ampelio Antón tiene 78 años. Nada le devolverá la alegría que recuerda de su hogar antes de que los falangistas le arrancaran a su padre, también Ampelio, carpintero y concejal de Izquierda Republicana en Lerma (Burgos), en agosto de 1936. Ni siquiera supo dónde estaba enterrado, pero hoy, cuando reciba sus restos recuperados de una fosa común en el monte de La Andaya, dice que sentirá "tranquilidad".
Después de tres años de trabajo, los forenses y antropólogos que han colaborado con la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) han conseguido identificar, gracias a la comparación genética de familiares, a 44 fusilados de la comarca de la ribera del Duero que los falangistas quisieron hacer desaparecer de por vida en el monte. En total, han recuperado 87 cuerpos de tres fosas que reflejan la represión del verano sangriento de 1936 en una comarca donde no hubo frente de guerra.
Un capitán sanguinario fue el culpable de la matanza
"Bastaba con tener un mínimo cargo del Frente Popular para ser detenido y ejecutado. Entre los fusilados en La Andaya hay siete alcaldes, varios concejales y el diputado provincial Tomás Reguero", explica el investigador de la ARMH en Burgos, José Ignacio Casado. La reconstrucción de lo sucedido en estas fosas está perfectamente detallado. Todos los testimonios orales y la documentación recopilada por Casado denuncian al capitán de la Guardia Civil, Enrique García de la Sierra, como el responsable de las matanzas.
"Este hombre era un auténtico psicópata que llevó su fama de sanguinario durante toda su vida", describe Casado. Ampelio, cuya familia permaneció viviendo en Lerma, también conoce la historia. "Siempre se dice que los familiares de fusilados no buscamos venganza. Y es verdad. Pero el rencor y el dolor siguen ahí. Dicen que el odio es la venganza del cobarde y yo soy muy cobarde", reflexiona Antón.
La familia Antón ya tiene pensado qué hacer con los restos. "Los llevaremos al cementerio de Lerma, donde pondremos una placa que diga lo que defendía mi padre. Aquí hay mucha gente de derechas que igual no lo entiende, pero no me importa, yo no comparto sus ideas", razona Ampelio.
"No busco venganza, pero el dolor sigue ahí", dice un familiar
Un banco de ADNLas pruebas genéticas han conseguido reconstruir la identidad de 44 personas, pero para otros esqueletos ha sido imposible extraer ADN o no se han encontrado familiares. "Estaban en una zona de arado y puede que entre el agua y el abono hayan deteriorado los restos", explica Casado. Los científicos que han identificado los esqueletos aprovecharán para tomar pruebas genéticas. Su intención es crear un banco de ADN útil en futuras exhumaciones en la zona.
Los familiares recibirán los restos de sus antepasados en la Casa de la Cultura de Aranda de Duero. El acto servirá para homenajear a los siete miembros de la corporación municipal de Aranda, incluido el alcalde, Felipe Gutiérrez Catalá, que fueron asesinados tras el 18 de julio.
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