El perro Luno es deportado a Ecuador tras nueve meses de cuarentena y una batalla legal por su regularización

El perro Luno ha sido finalmente deportado a Ecuador. Así lo ha anunciado el Partido Animalista Pacma en un comunicado después de que el animal haya sido retenido desde marzo en Madrid por no tener microchip a su llegada de Costa Rica.

Las abogadas de la asociación AGERAA y Pacma acompañaron a la propietaria en el proceso legal, que se resolvió con la aceptación de la propuesta del Ministerio de Agricultura presentada el pasado mes de abril. Así, se evitaba el posible sacrificio del animal por no tener consigo el microchip que confirmaría si el perro había sido vacunado de rabia.  

AGERAA y Pacma presentarían en abril la medida cautelar que salvaría la vida de Luno o, en todo caso, evitarían su deportación, que consistiría en su traslado al Centro Integral de Acogida de Animales de Madrid para cumplir cuarentena, donde permanecería hasta este viernes 9 de diciembre.

Las abogadas iniciarían entonces una batalla legal en la que se entendería una aplicación errónea de la normativa europea en los Puestos de Inspección Fronterizos, exigiendo rendir cuentas al Gobierno.

Pese a la presión de las abogadas por regularizar la estancia del perro en el país, y echando por borda los nueve meses de cuarentena que el perro ha tenido que pasar en el centro de acogida de animales, Luno ha sido deportado a Ecuador tras retirar las denuncias con el fin de agilizar el caso, tal y como recomendó públicamente en redes el director de la Dirección General de Derechos de los Animales, Sergio García Torres.

"Con Luno se logró descubrir el enorme agujero negro que son los aeropuertos españoles para los animales, donde se les sacrifica y se les deporta por una supuesta interpretación errónea de la normativa europea y, además, por carecer de protocolos para la atención y mantenimiento de animales en situación como la de este perro", explica a Pacma Mónica Olivares, una de las abogadas.

Lamenta, además, que se haya tenido que llegar a un "pacto con la administración y poder eludir el procedimiento" y que la única opción legal debió ser la regularización del perro Luno y su entrada al territorio español "con todas las garantías adquiridas durante su estancia".