Desde la noche del 22-M se barruntaba. El presidente de Foro Asturias, Francisco Álvarez-Cascos, ganó las elecciones por un escaño al PSOE, pero sin alcanzar la mayoría absoluta. Si se echaban cuentas, el PP le venía como anillo al dedo. Pero las rencillas pasadas y la falta de entendimiento en las reuniones de estas últimas semanas conducían irremediablemente hacia un camino sin salida. Y en el Comité Ejecutivo Regional del PP, se dio a conocer: los conservadores piensan abstenerse en su investidura.

En un comunicado, la formación regional reitera 'su disposición a garantizar un Gobierno sólido y estable en Asturias' y señala que su prioridad es 'la recuperación económica'. Pero las formas no ocultan el fondo. Y este tiene su advertencia: 'Si persiste la actitud de Cascos, quien ya rechazó el pasado 14 de junio los votos del PP para su investidura y quien también rechazó el 4 de julio un pacto de Gobierno que supondría un Gobierno fuerte, el PP se abstendrá'. La decisión salió respaldada de la reunión por el 93,75% de los votos.

Aunque hasta el último minuto todo está abierto, el Partido Popular da por hecho que eso es lo que ocurrirá el próximo día 13 en la votación y el 15 en segunda vuelta.

La formación regional tiene el visto bueno de la dirección nacional para hacer lo que crea oportuno. En la cúpula habrían preferido un frente de centro-derecha pero Mariano Rajoy, con 11 comunidades autonómicas en su haber, ha dado libertad a los suyos.

Con Cascos gobernando en minoría, el PP augura 'batallas diarias' hasta, al menos, las generales. 'Les va a ser muy difícil sacar adelante cualquier proyecto y el conflicto va a ser permanente', lamentan. Algunos miran hacia los socialistas. Estos prometieron que no presentarían candidato a la presidencia del Principado por no haber sido la fuerza más votada, pero ahora, tras conocer la decisión hay quien teme que se lo puedan replantear.