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El PP premia al imputado Ripoll con la Presidencia del Puerto de Alicante

Fabra pretende ganarse al zaplanismo después de años de enfrentamiento con los afines a Camps

BELÉN TOLEDO

En el País Valencià, que el PP gobierna desde 1995, estar imputado por corrupción no es un obstáculo para medrar en política. Así se viene demostrando desde que estallaron los casos Gürtel y Brugal, cuyos principales sospechosos -a excepción del expresident Francisco Camps- siguen ocupando sus cargos públicos. Ayer, la Generalitat Valenciana volvió a hacer gala de esta forma de actuar y nombró a José Joaquín Ripoll, imputado en el caso Brugal, presidente de la Autoridad Portuaria de Alicante.

Ripoll está imputado por cohecho, fraude, tráfico de influencias, revelación de información privilegiada y actividad prohibida a funcionarios. Se le acusa de participar en el amaño de las adjudicaciones de los contratos públicos de gestión de basuras en la comarca de la Vega Baja. Desarrolló su presunta actividad delictiva desde la presidencia de la Diputación provincial, puesto que ocupó hasta julio.

Según informes policiales, Ripoll intercedió de forma irregular a favor de dos poderosos empresarios alicantinos. A cambio de sus gestiones, recibió presuntamente dos pisos por valor de un millón de euros, aunque el expresidente provincial niega haberse beneficiado de regalo alguno. Las conversaciones recogidas en el sumario también muestran que disfrutó, presuntamente, de viajes en el yate de uno de los empresarios.

Ripoll intercedió de forma irregular a favor de dos poderosos empresarios alicantinos

La portavoz del Govern valenciano, Lola Johnson, eludió contestar a la pregunta de si poner a un imputado al frente del puerto perjudicará la imagen de la infraestructura. A cambio, hizo un elogio de la figura de Ripoll y justificó su nuevo puesto por su gestión en cargos públicos anteriores. 'Estamos seguros de que su trabajo redundará en beneficios para la ciudad', afirmó.

El nombramiento, sin embargo, se explica en función de la situación interna del PP valenciano. Ripoll era el último bastión del zaplanismo, la única corriente dentro del partido que se enfrentó al exmandatario conservador Francisco Camps desde el primero hasta el último día de su mandato. Poco antes de su dimisión, el pasado 20 de julio, Camps consiguió descabalgar a Ripoll de su puesto como presidente de la Diputación a través de una maniobra orquestada por sus partidarios en la provincia de Alicante.

El nuevo presidente del PP y de la Generalitat, Alberto Fabra, tiene entre sus tareas internas cerrar definitivamente el enfrentamiento por los zaplanistas. Es por ello que ha compensado a Ripoll con la Presidencia del Puerto de Alicante. El gesto de Fabra escandalizó a la oposición. Tanto EUPV (IU en el País Valencià) como Compromís criticaron que el PP utilice el Puerto como 'lugar de acomodo' para resolver sus 'conflictos internos'.

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